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lunes, 18 de noviembre de 2024

La AHS contra la soledad y a favor de la belleza

El arte es también un modo y un medio de vida para el creador y no solo un vehículo subjetivo de expresiones y sentimientos…

Mauricio Escuela Orozco en Exclusivo 21/10/2021
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Aniversario AHS
La AHS llega a al 35 aniversario, su legado dentro de la vanguardia cubana mantiene las esencias y los aportes de cada creador. (Foto: Tomada del perfil de Twitter de la Asociación Hermanos Saíz).

La Asociación Hermanos Saíz (AHS) llega a su aniversario 35. Casi tenemos la misma edad. En todo el periplo descrito por este organismo hemos llegado a asumir que, más que una entidad, se trata de una casa inmensa de amigos. Hoy la cultura está en el centro del debate acerca de lo identitario, de lo propio, de la vida y la soberanía. La formación de los públicos, el protagonismo de los creadores, la esencia del proceso cristalizador de la belleza y de la ética, son elementos que atañen a la AHS. Hecha por jóvenes, llevada adelante por la vanguardia, esta Asociación no solo tiene el derecho de ocupar un rango destacado en la hechura de la nación, sino que le compete el deber de la defensa, de la construcción del soñado horizonte en el que cabemos todos.

Se ha dicho del arte que es la coraza de los pueblos, aquello que nos cubre ante los embates azarosos, pero más allá de la frase está la certeza de que, en este aniversario 35 de la AHS se está mucho mejor unidos, militantes en una vanguardia con retos, incluso con dificultades. Aún es precaria la situación del joven artista de provincias, alejado de los procesos capitalinos de promoción y desarrollo. Y no solo se trata de las oportunidades, sino de la dignidad, del respeto que merece un creador en cualquier sitio donde exista y haga su obra. El arte no debiera ser cuestión de zonas geográficas, sino de justicia, de valorar cada aporte en su peso, en su dimensión, en la sustancia de la vida y de la obra que pasan a formar parte del universo inmortal.

A veces, cuando estudiamos la historia de la cultura cubana, hallamos sucesos como los de un Regino Botti en las montañas del Oriente cubano, haciendo una de las mejores poesías de su época. ¿O acaso el genio de Rimbaud era parisino? No, las grandes ciudades se nutren del artista, pero en ocasiones desecan la savia de otras regiones y vidas, las cuales pasan al olvido.

La AHS debe marcarse como ruta una lucha contra el ostracismo, una sentencia contra el aislamiento y las élites fatuas que se adueñan de las instituciones rectoras para su beneficio. Mucho se hace para ello, sobre todo en el caso de las editoriales anexas a cada sede provincial. Sed de Belleza, en Villa Clara, es un sello que prestigia y da luz a esos escritores que forman parte de la hornada de la vanguardia. Otros ejemplos también en esa misma cuerda intentan salvaguardar proyectos teatrales, investigaciones, espacios de debate, plataformas artísticas. Pero nunca es suficiente.

La vida del artista es corta, pero el aporte no. Ars longa vita brevis. Y sucede que no podemos pensar que todo se resuelve con la vitalidad del joven artista, con su empuje, con sus ansias de salir adelante. Hace falta que la AHS busque y halle su nexo con la academia, con otras generaciones de artistas, con los grupos de vanguardia establecidos a nivel mundial. La Asociación no debe ser un gueto localista que se concentre en una obra efímera, que no vaya más allá del más estrecho horizonte. En tal sentido, el arte es también un modo y un medio de vida para el creador y no solo un vehículo subjetivo de expresiones y sentimientos. Se requiere que la AHS sirva de intermediario, de tramitador y representante y mucha seriedad falta por cobrar en tales campos.

El 35 aniversario no debe ser solo una edad, una fecha, sino el punto de inflexión, la cuerda para tejer la madeja, el camino entre la niebla de las batallas culturales. El sector que más vale y donde se definen tantas cosas hoy es sin dudas el simbólico, el del plano de las ideas. Precisamente, sin la juventud será imposible establecer un plano realista y sólido en dicho campo. Para librarnos de las cadenas que nos arrastran al vacío posmoderno, a la banalidad, nada como un grupo de amigos que se acompañen, que tengan en vilo el buen gusto y el sentir honesto. Pero más que todo, más allá de las intenciones provechosas, están el trabajo concreto, el empuje, la obra.

El sistema de becas y premios de la AHS es una buena oportunidad para el artista desconocido. Pero en este mundo lleno de elucubraciones chismográficas, de ruido, de luces de neón, un creador jamás luce lo suficiente. La opacidad del mundo de la belleza acontece a la par que florece el de la fealdad hecha producto comercial. Y ahí tenemos un Bad Bunny que ha arrasado en los Grammy cuando lo único que ha hecho son letras menos que mediocres y melodías cromañonas. Es un medio que desprecia al hombre de bien, que lo destruye, que hace que sus valores nada sean y que lo lanza al lago hirviente del peor azufre. Se trata de un clima infernal, que requiere de la savia curadora de otros proyectos alternativos. Y la AHS, en nuestro país, por lo menos ha querido ser lo opuesto a aquellas corrientes tóxicas.

La Asociación surge como bálsamo, como cura para el mal y esa es su función inaplazable, su eje de trabajo. El día que se transforme en una instancia burocrática habrá que cerrarla. Se requiere de arte y armonía, seriedad y obra, equilibrio y talante crítico. Cada artista afiliado consta como una pieza del igual peso, con la responsabilidad de sumarse a un discurso colectivo que no aplasta al individuo, sino que lo potencie. Hay un arte mayor que cualquiera, el de ser buenas personas, practicado por aquellos que nada desean más que la belleza misma.

A ese anhelo se dirigen los que se afilian y crecen.


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Mauricio Escuela Orozco

Periodista de profesión, escritor por instinto, defensor de la cultura por vocación


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