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domingo, 17 de noviembre de 2024

Las realidades de una ucronía

As de ases (1982), dirigida por Gerard Oury y exhibida este mes en la sala Charlot del cine Chaplin como parte del ciclo “Homenaje al actor Jean-Paul Belmondo” programado por la Cinemateca de Cuba...

Cubahora en Exclusivo 20/02/2022
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Jean-Paul Belmondo-As de Ases
As de Ases es una de las reflexiones más certeras sobre las heridas de las ideologías eugenesistas y supremacistas provocadas a la humanidad. (Tomada de MUBI)

Por: Sender Escobar

No solo la literatura se ha encargado de hacer juegos con la historia de la humanidad. Desde el cine, hechos trascendentes han servido de inspiración para generar argumentos. La capacidad de la ficción ha permitido, entonces, navegar entre las aguas de la veracidad y el enigma de lo sucedido a lo largo de los tiempos y las civilizaciones.

Planos aéreos toman la pantalla, un combate se desarrolla entre dos pilotos de aviones en el frente de batalla de la Primera Guerra Mundial. Afectadas por artimañas y disparos, ambas naves deben aterrizar forzosamente y el combate se prolonga a los puños. Sin embargo, el fuego cruzado de la artillería de sus respectivos ejércitos hace que deban refugiarse en un cráter abierto por una bomba.

La situación de riesgo de ambos hombres, rivales en primer instante, hace que el antagonismo se convierta en amistad, vínculo que será trascendental años después.

Jo Cavalier (Jean-Paul Belmondo), de veterano aviador se ha convertido en el entrenador del equipo de boxeo que asistirá a los juegos Olímpicos de Berlín en 1936. Este personaje constituye una especie de alter ego del propio Belmondo, pues el francés era un gran apasionado de este deporte.

En el viaje hacia la capital alemana, un niño llamado Simon (Rachid Ferrache) le pide un autógrafo mientras le muestra un catálogo de postales sobre aviones. Durante el trayecto, unos inspectores solicitan los pasaportes de ambos pasajeros. El apellido del niño: Rosenblum, es judío, y las miradas de los inspectores esconden dudas acerca del destino que puede esperarle.

Berlín ha florecido económicamente, sumado al auge del fascismo con Hitler como líder del partido nazi, pero el trasfondo del esplendor de la bella ciudad que va develando Jo comienza a preocuparlo.

As de ases (1982), dirigida por Gerard Oury y exhibida este mes en la sala Charlot del cine Chaplin como parte del ciclo “Homenaje al actor Jean-Paul Belmondo” programado por la Cinemateca de Cuba, reflexiona desde la comedia sobre el daño provocado por un sistema que se ensañó bajo el argumento de la pureza racial con comunidades étnicas a las cuales casuó daños irreparables, como a los judíos, principales objetivos de sus purgas culturales.

El ambiente deportivo que se respira en el filme, así como la reconstrucción de la época puesta en pantalla, recuerdan las grabaciones realizadas por la cineasta alemana Leni Riefenstahl durante la celebración de los juegos para la película de culto Olympia. También lo hace el empleo de imágenes reales durante la inauguración y las competencias, como los momentos en los que el mítico atleta Jesse Owens ganaba el oro en los 100 metros planos o el salto largo.

Jo decide salvar a Simon y su familia, pues la Gestapo los persigue. Para ayudarlos busca el apoyo de su antiguo enemigo, el general Gunther von Beckman (Frank Hoffman), quien le explica que las cosas no van del todo bien ante la vigilancia que es sometida la población.

La sombra del totalitarismo se ha extendido a todos los sectores sociales, sumada a la prohibición de artistas y obras de renombre mundial.

“Me gusta todo lo que no le gusta a Hitler”, comenta preocupado el honrado militar, luego de mencionar a pintores y escritores vedados en el país.

Las obsesiones bélicas de Hitler son disfrazadas en una entrevista que sostiene con la periodista Gaby Delcourt (Marie-France Pisier), pero faltarán solo tres años para que Europa sea el teatro de operaciones de la guerra más cruenta de la historia.

Desde la aparición de Hitler (Günter Meisner) al principio del filme como soldado y durante varias escenas, hasta convertirse en líder de la Alemania nazi, puede apreciarse la influencia directa de otra magnífica sátira política: El gran dictador (1940), de Charles Chaplin, en la que Hitler es puesto en ridículo.

Otros filmes como La vida es bella (1997), de Roberto Benigni, y Bastardos sin gloria (2009), de Quentin Tarantino, son obras que, en cierta medida, pudieron inspirarse en As de Ases.

En el filme italiano, similar a la película de Oury, un niño es el protagonista de los horrores de una política sin tener en cuenta lo que sucede a su alrededor; y en el caso de Bastardos sin gloria, la ucronía es el centro de su argumento.

As de Ases es una de las reflexiones más certeras sobre las heridas de las ideologías eugenesistas y supremacistas provocadas a la humanidad, aunque las realidades de una ucronía, pueden, a veces, salvarnos de la barbarie.


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