Lucía Altieri anuncia despedida de la escena musical

En uno de los salones de su casa, en el reparto Siboney, recibe a un grupo de periodistas, locutores y directores de radio la cantante italiana Lucia Altieri Nasillo (Foggia, 13 de abril de 1938).

Las paredes del recinto recogen la memoria de su participación en diferentes festivales, fotos de familia, conciertos, espejos que nos devuelven a una diva, aplatanada en la Mayor de las Antillas desde 1976 cuando comenzó a formar parte de la cultura cubana y el Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, la nombró como artistas ítalo-cubana.

En el venidero año 2023, Lucía se despedirá oficialmente luego de 60 años de carrera artística de los cuales ha vivido 47 en la Mayor de las Antillas. Así lo anunció, vía telefónica, el cantante y productor Laronte, quien fuera su compañero sentimental.

Para cerrar, con broche de oro, una prolífica carrera musical, Laronte está preparando un fonograma, licenciado por el sello Egrem, que llevará por título Si pudiera amarte (Se podessi amare te), tema con el que la cantante obtuvo el segundo lugar, en 1966, en el festival della canzone Popolare y que estuvo en el hit parade brasileño durante 19 semanas.

De manera especial para este disco, Lucia interpretó la canción inédita Dime que no quieres morir (Dimmi che non vuoi morire) que se estrenará junto con temas clásicos no conocidos por el público cubano pues formaron parte de seis álbumes sencillos, grabados en los años 70.

La mulata callejera

El nuevo fonograma dará continuidad al más reciente CD La mulata callejera donde el productor general y ejecutivo Laronte realizó una selección entre más de 200 discos sencillos de 45 r.p.m. que Lucia había guardado. Él se ha encargado del rescate y la masterización de ese repertorio que se encontraba inédito como álbum.

Asegura la cantante que durante los tiempos de confinamiento por la pandemia de la Covid-19, una noche Laronte, en su casa en Roma, empezó a escuchar grabaciones de Lucía de la década de los 60 y 70 que lo sorprendieron gratamente.

Ella consideraba que había hecho un mal trabajo cuando en realidad, en opinión de algunos críticos, es un disco extraordinario donde canta en español, durante los años 1961 y 1962, sin conocer nuestra lengua y sin saber que Cuba sería la tierra donde viviría gran parte de su vida.

Entonces el amigo le comentó que el público de la Isla merecía conocer esa faceta anterior de su carrera artística. Así vio la luz, bajo el sello Egrem, esta compilación donde se incluyeron ritmos como el cha cha chá, el mambo, el bolero, en canciones como: Pia y el pantalón, Yo y mi sombra, Gracias, Tango cha cha chá, Adiós Pampa mía y Ay, qué calor, entre otros. En opinión de Lucia, lo pícaro y lo dramático de la cancionística cubana tienen mucho en común con la canción napolitana.

Un recuento de 60 años

Lucia recuerda que cuando apenas tenía tres o cuatro años su padre la subía encima de la mesa y la ponía a cantar. De manera empírica, su progenitor tocaba instrumentos musicales como la mandolina.

En 1959, participó en un concurso para nuevas voces donde se dio a conocer entre miles de competidores. Estuvo entre los doce finalistas del certamen y tuvo la posibilidad de prepararse en materias como: fonética, dicción y proyección escénica. Recibió un contrato para cantar en programas en vivo, durante un año, acompañando a grandes figuras de la canción italiana.

En 1962 debutó en el Festival San Remo. Aunque no llegó a la final considera que ese evento le abrió las puertas de muchos países. Con la casa discográfica RCA Víctor recorrió toda América Latina.

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“He tenido la suerte de cantar junto a grandes orquestas y de trabajar con grandes directores. Ha sido verdaderamente un privilegio. Con ellos he podido interpretar las canciones que quería”, asegura.

Confiesa que le habían prohibido venir a Cuba. En el Festival mundial de Río de Janeiro había quedado en segundo lugar. La entrevistaron en vivo para un noticiero y empezó a hablar bien de Cuba por lo que la sacaron de la televisión brasileña.

La casa disquera la envió a un programa estelar para cambiar su declaración del día anterior y ella los encaró diciendo que no hacía política. Al final decidió quedarse con el público cubano. “Un artista no puede hacer carretera pensando solo en el dinero. Tienes que hacer lo que el corazón te dice. Nunca me he arrepentido. Aquí estoy con mi voz”.

Cuando llegó a Cuba se sintió totalmente fascinada con la riqueza musical de esta isla caribeña que califica como maravillosa. Aquí también conoció a un hombre que hasta el día de hoy ha sido muy importante para ella.

En los años 90, el dúo de Lucia y Laronte dominó el primer puesto en los hit parade con la canción Uno entre mil. Cuenta Laronte que ella estaba trabajando con Edesio Alejandro quien la llevó al show del Habana Libre a conocerlo para que fuera su compañero musical. Tantas veces cantando juntos y ese beso final, que repetían noche tras noche, los llevó a escribir una bella página de amor.

De cantante a presentadora de televisión

Es una actriz versátil. Para ella la música no tiene fronteras y los artistas no se pueden encasillar. Se ha movido en muchos registros. Le gusta muchísimo la canción napolitana porque expresa lo dramático con sentimiento, con el alma, con una fuerza diferente.

De igual manera, disfruta la canción clásica y la alegre. Ha cantado para los niños. En Cuba los infantes se identificaban con su interpretación del Borriquito como tú. En su repertorio no han faltado los temas románticos, la comedia musical y la música popular cubana.

“He tenido la gran suerte de conocer al maestro Enrique Jorrín, ese gran músico. Para mi tenía el alma de un niño. Era una persona maravillosa. Cuando me propuso grabar un disco con él pensé que no lo merecía. Queríamos hacer tantas cosas juntos”.

El Vinilo, LP, Lucia Altieri con La Orquesta De Enrique Jorrín se gestó, en 1988, en los Estudios Areito de la Egrem durante una corta visita suya a Cuba. Fue un verdadero milagro porque se grabó en una cinta de ocho pistas regrabadas.

Advierte que le hubiera gustado materializar sus proyectos con el maestro Adolfo Guzmán. Él le insistió mucho en hacer un concierto en el teatro Auditorium Amadeo Roldán. No recuerda haber descendido las escaleras porque el público la bajó en brazos, dice riendo.

Se convirtió en promotora de la música cubana en Italia. Además desde el jardín de su casa devino anfitriona del programa de televisión Chao Lucia, dirigido por Ana María Rabasa donde invitaba a artistas, cantantes, directores de cine que tenían en común haber nacido bajo el mismo signo zodiacal. Por ese espacio transitaron grandes figuras como el deportista Javier Sotomayor.

Tuvo que elegir entre ser empresaria y artista y finalmente fundó su tienda boutique Lucia Altieri en el club turístico habanero La Cecilia.

Recientemente se reunieron en La Habana integrantes de 35 países como parte del XIII Congreso de la Confederación de Italianos en el Mundo, de la cual Lucia es la presidenta honoraria en Cuba. El cabaret Tropicana le dedicó una noche especial a la cantante con una coreografía donde se incluyeron algunos temas del disco La mulata callejera.

Por estos días, los temas del fonograma se escuchan en la Radio Cubana. Así comienza a despedirse de la escena esta gran dama de la canción que a sus 84 años todavía conserva la belleza y el esplendor de antaño.