Matanzas cubrió su piel con nuestras realidades, sueños y compromisos sociales en los más diversos lenguajes y formatos. Durante todo un mes la ciudad nos prestó sus espacios públicos para mostrar allí las huellas que compartimos de nuestro pasado más inmediato, las expectativas ante el futuro.
Al interior de sus edificios patrimoniales también llegaron pinceladas de esperanza, obras que si no curan sus heridas, al menos las alivian. Esa fue la apuesta de Ríos Intermitentes en su segunda edición: explorar y mostrar las cualidades sanadoras del arte, no solo para los seres humanos, sino también para el lugar que habitamos.
ESPACIO VITAL PARA LOS JÓVENES
Otro proyecto que también sobresalió durante Ríos Intermitentes fue En camino el cual agrupó varias esculturas en gran formato que se ubicaron en el corredor turístico entre la entrada de Matanzas desde La Habana y la salida hacia Varadero.
Entre las piezas confeccionadas por miembros del taller de Osmany Betancourt, Lolo, se encuentran Mujer con sombrero, referida las cargas que asume la mujer cubana como trabajadora, madre, esposa, ama de casa, Melancolía, Funcionalmente infuncional y Encuentro. También destacaron las exposiciones Mulier, de la jovencísima Stefany O´Connor, con una mirada desde otra perspectiva a la mujer hoy y el metafórico Jardín de Adrián Socorro.
Los jóvenes artistas visuales cobraron protagonismo durante Ríos intermitentes 2, en Matanzas. (Jessica Mesa Duarte/Cubahora)
MATANZAS DESTINO, NO PUNTO DE PASO
“Una Bienal lleva muchos recursos y, desde lo organizativo, los directivos lo han asumido de la mejor manera, el comité organizador ha llevado este proceso de forma muy coherente. Así afirma Adrián Gómez Sancho quien reconoce además que este “se consolida como un evento muy importante dentro de la ciudad, que es esperado por el pueblo, por los artistas. Todo ello crea un compromiso muy serio”.
Para el joven cardenense la Bienal le permite “mezclar los conocimientos, las aptitudes, la manera en que asumimos los procesos de la vida. Es una oportunidad que se arraiga en mi corazón y en mi experiencia como joven creador. Es poder compartir el arte con todos, con el público al que nos debemos y al que no podemos fallarle.
“Es el valor de hacer una Bienal en un momento difícil desde lo social, desde la situación con la Covid que impidió la presencia de muchos artistas internacionales. La oportunidad de estar en Ríos Intermitentes, dentro de la 14 Bienal de La Habana, es poner a dialogar mi obra con la de los artistas emergentes que presentan sus proyectos con valentía, muchos de ellos recién graduados.”
Precisamente el diálogo generacional que logró fue uno de los principales aciertos de Ríos Intermitentes en Matanzas; la convergencia entre los jóvenes recién graduados y los artistas ya consagrados se apunta como elemento positivo que aportó una calidad superior al evento en su segunda edición.
Mientras para Alexander Rodríguez Castellanos, “la realización por segunda ocasión de Ríos Intermitentes resume una importancia capital puesto que la ciudad se convirtió en vitrina del mejor arte contemporáneo, del arte que los matanceros tenemos para mostrar al mundo.
“Por otra parte, fomentamos el principio básico que la doctora María Magdalena Campos siempre ha defendido con mucha integración de todos los componentes del arte y la cultura en Matanzas: ver a esta ciudad como un lugar de destino, no como un punto de paso.
“Sirve para mostrar cuánto buen arte, cuántos artistas talentosos y creativos existen en la ciudad y que ofrecen con su obra valores estéticos, humanos, de cuidado a la vida toda; permitió revelar un paisaje cultural que nos describe y nos descubre como aporte a la cultura nacional. Es un espacio que debemos preservar, proteger y perfeccionar en próximas ediciones”.
Julio Cesar García también valora el evento desde la posibilidad de “evaluar, cada dos años, el desarrollo y la renovación de cada creador y la autoexigencia que facilita que estemos listos siempre con ideas y proyectos frescos. Esta es la plataforma en la que los creadores tenemos la posibilidad para mostrar nuestro trabajo desde la ciudad en la que vivimos a Cuba y al mundo.
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“Es una excelente oportunidad desde lo local, dentro de la Bienal de La Habana, para los artistas visuales, entre ellos los más jóvenes que comienzan a integrarse a este megaproyecto cuya segunda edición es gracias al esfuerzo de muchas personas que lo han hecho realidad, luego del precedente que se creó con la primera edición de Ríos Intermitentes, los artistas internacionales que vinieron, la curaduría de María Magdalena Campos que es una artista matancera excepcional.”
“De talla mayor, significa Erich González Triana, la oportunidad de formar parte de Ríos Intermitentes, porque muestra que aún en estos tiempos de limitaciones y escaseces, el arte no se detiene.
“El propósito en la convocatoria en 2022 ha sido la sanación en su amplia acepción y es una deuda con el pueblo matancero el sanar muchas heridas, de unir esfuerzos, logros, deseos y sueños y compartir muchas cargas que nos ha dejado este ciclo pandémico que todavía vivimos.
“No hace falta estudiar arte para apreciarlo. Si nos limitamos a las galerías las personas que no tienen hábito de visitarlas nunca descubrirán las sensaciones que provoca estar conectados, identificados, apreciar las distintas maneras de hablar a través del arte.
“La interacción del pueblo con los artistas y sus obras, que dialoguen entre sí, que aprecien no solo el esfuerzo de alguien sino la intencionalidad por superar barreras culturales son logros que debemos a Ríos Intermitentes.”
Para aplaudir también fue la imbricación de manifestaciones artísticas contenidas en el programa de Ríos Intermitentes en el que confluyeron, con total organicidad, incluso, eventos como el Festival Matanzas Jazz, puestas en escena de obras de teatro, presentaciones de libros y conciertos diversos, en un entramado que ofreció una diversidad de propuestas que agradecieron los matanceros.
PERO, RÍOS INTERMITENTES 2 NO SE DESPIDE
El proyecto Pirámides, del arquitecto Rubier bernabéu será uno de los que se realicen antes u durante la próxima edición de la Bienal en Matanzas. (Jessica Mesa Duarte/Cubahora)
“Como las acciones de jardinería y de siembra son las de mayor impacto en esta segunda edición de la Bienal nos propusimos conectarla con la tercera edición. Son procesos que llevan tiempo porque el resultado no se ve tan rápido y por ello poco a poco, cada mes, realizaremos nuevas actividades de manera que en 2024 ya se vea un resultado del trabajo que comenzamos ahora.
“También hay algunos proyectos que llevaban un alto nivel de producción, que eran más complejos y quedaron pospuestos. El compromiso con los artistas y con la ciudad es antes o para la tercera edición de Ríos Intermitentes.
“Asimismo, debido a las limitaciones creadas por la pandemia los invitados internacionales que estaban ansiosos por llegar a Matanzas no pudieron asistir, pero la invitación queda abierta y en 2024 podemos trabajar con ellos y con los artistas que se sumen”, concluyó Amor Díaz Campos.
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