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martes, 24 de diciembre de 2024

2023, América Latina busca sus caminos

Este año, la región de grandes riquezas naturales, siempre bajo la mirada imperial de Estados Unidos, mantiene una política pendular

Clara Lídice Valenzuela García en Exclusivo 13/12/2023
1 comentarios
Milei gana elecciones en Argentina 2023
Los procesos electorales en América Latina definieron este 2023 corrientes políticas ahora en auge(Prensa Latina).

El año 2023 será recordado en América Latina como el de las grandes sorpresas electorales, que ha movido el espectro político en un péndulo demostrativo de que los conservadores y los progresistas se siguen disputando los gobiernos de la región, con resultados favorables para los últimos.

Muestra de los cambios en uno y otro sentido es el triunfo del ultraderechista Javier Milei en Argentina, quien desplazó al progresista Alberto Fernández y ya comenzó a dictar medidas económicas dirigidas a, dice, equilibrar la economía nacional pero que afectarán en sus bolsillos a los trabajadores y empeorará –aunque lo niegue- el 45 % de personas empobrecidas en ese riquísimo país.

Una sorpresa resultó el triunfo del progresista Bernardo Arévalo en Guatemala, un país dominado durante décadas por la derecha, la cual en estos momentos, y luego de seis meses de transición, aun mantiene una postura agresiva para evitar la toma de posesión del académico el 14 de enero próximo.

Varios estudios demuestran que según las proyecciones de los gobiernos así es en consonancia el comportamiento del electorado, más allá de ideologías.

Otra nación donde se esperaba recuperar el terreno perdido a favor del pueblo fue Ecuador. El asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio –en lo que se sospecha fue ordenado por lo más virulento de los conglomerados derechistas- influyó en la decisión popular en los comicios de este año.

Luego de que la candidata de la izquierdista Revolución Ciudadana Luisa González acumulara la mejor proyección para la presidencia, las infundadas acusaciones contra su partido por la muerte de Villavicencio influyó de manera decisiva en la victoria del empresario de tendencia conservadora Daniel Noboa, de 35 años, hijo del magnate bananero Álvaro Noboa.

No hubo sorpresas en Paraguay. El conservador Santiago Peña obtuvo la primera magistratura. En efecto, el oficialista Partido Colorado retuvo el poder sumando la séptima victoria en ocho contiendas desde el retorno a la democracia, una marca no alcanzada por ningún otro partido. En otras palabras, lo rutinario en Paraguay constituye una excepcionalidad en la región. Para ese logro, le bastó al Partido Colorado movilizar una base leal y disciplinada -apenas aumentó sus votos con respecto a las primarias- y enfrentar una oposición dividida. Así ungió a su presidente más joven del período democrático, el economista Peña, delfín del exmandatario Horacio Cartes, jefe de la fracción mayoritaria del Partido Colorado.

LOS QUE YA ESTABAN

Los resultados electorales de este año movieron el mapa geopolítico latinoamericano, pero sin grandes sobresaltos, salvo el caso de Argentina donde se auguran tiempos muy difíciles con la presidencia de Milei, quien se autoproclama anarco-capitalista y plantea un proyecto de reducción del Estado y vía libre a la propiedad privada, incluida la nacionalización de las empresas públicas más importantes.

Entretanto, en Suramérica, cada uno con sus características, los gobiernos de Brasil y de Colombia –dos de los imprescinbiles por su peso económico y político- mantienen programas destinados a solucionar una serie de problemas internos que puedan mejorar la calidad de vida de sus respectivas sociedades.

A pesar de los saboteos de los partidos de derecha, encabezados por el expresidente acusado de corrupción Álvaro Uribe, el mandatario izquierdista Gustavo Petro sigue adelante contra viento y marea su plan de paz total para el país, y para ello actuó con diplomacia y de manera positiva para iniciar procesos de acercamiento y acallar las armas con el Ejército de Liberación Nacional –ahora en un quinto ciclo de negociaciones- y con las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, firmantes de un acuerdo de paz en La Habana en 2016.

Petro también, y a pesar de las trabas impuestas por el Congreso Nacional, logró la aprobación de la reforma de la salud, muy importante para elevar el nivel de vida de la población, mientras lucha por llevar adelante otros cambios, aunque tiene en su contra un órgano legislativo dominado por Uribe.

En Brasil, el ya legendario mandatario Luiz Inacio Lula da Silva, impulsó este año dos grandes programas, uno dirigido a resolver la precaria situación de más del 40% de los poco mas de 200 millones de habitantes del gigante sureño.

Lula, reconocido como uno de los más brillantes articuladores políticos de Brasil –tanto a nivel internacional como mundial- junto a Colombia, México, Cuba y otros países garantes, contribuyó al acercamiento entre las fracciones guerrilleras y el Ejecutivo de Petro, con un saldo favorable hasta ahora.

Otro de los mas importantes propósitos del presidente que gobierna en nombre del Partido de los Trabajadores es alcanzar la deteriorada integración regional.

Luego de un ciclo dorado de impulso mediante la etapa previa de prevalencia del izquierdismo –derrotado mediante prácticas lesivas al honor y la democracia- algunas organizaciones multilaterales de unidad regional se han visto debilitadas, como la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), que no renace con la fuerza que se esperaba, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, en busca de la unidad regional en medio de la diversidad de las tendencias políticas de sus gobiernos.

Solo la Alianza Bolivariana para los pueblos de nuestra América –Tratado con los pueblos (Alba-TCP) mantiene una fluida línea de trabajo en el intercambio político y social de sus once socios regionales.

Países como Chile, históricamente dominado por la poderosa derecha y la presencia vigente de postulados del dictador Augusto Pinochet, mantienen una dura batalla interna que en este caso específico ha saboteado los planes iniciales del joven presidente Gabriel Boric.

Uno de los últimos acontecimientos está referido al eminente referendo de la nueva Constitución Nacional, exigida por el pueblo en las calles durante años. En un rejuego político, la derecha supo adueñarse de su Comité Redactor y de su Consejo Nacional. El segundo plebiscito para aprobar o no la nueva Carta Magna será este mes y analistas consideran que este nuevo documento mantiene los principios pinochetistas y es muy probable que sea recahazado. Si es así, no habrá una tercera oportunidad de crear un nuevo reglamento constitucional en el país de riquezas naturales tan importantes como el cobre y el litio.

El gobierno de la presidenta interina de Perú Diana Boluarte vive a finales de este año otra de sus sistemáticas crisis iniciadas tras la detención y prisión del presidente legítimo Pedro Castillo, y ahora la liberación del dictador Alberto Fujimori, gracias a los continuas muestras de corrupción reconocidas en el Congreso Nacional.

Boluarte, acusada de responsabilidad en la muerte de más de 30 personas que protestaban contra el apresamiento de Castillo, más allá de los errores que hubiese podido cometer durante un año de mandato, mientras se exacerba las protestas populares contra el anciano exmandatario que como crimen de la humanidad, mandó asesinar a decenas de personas y ejecutó la esterilización forzada de 350 000 mujeres indígenas.

Corrupto el actual gobierno –según denuncias organismos políticos y sociales-. y corruto Fujimori y su hija Keiko, aspirante en tres ocasiones a la presidencia, las protestas populares recorren las calles del país con una exigencia muy clara: Que se vayan todos y restituyan a Castillo, esto último al parecer dífícil en extremo dados los intereses empresariales en esa nación.

Venezuela, acosada por Estados Unidos en todos los frentes –económico, militar, social- mantiene enhiesta la unidad cívico-militar que le permite afrontar los planes estadounidenses para derrocar la Revolución Bolivariana.

El derecho venezolano en la región del Esequibo fue ratificado en un 95 % por la ciudadanía en el referendo consultivo realizado este mes sobre tan delicado asunto. La crisis surgió cuando Guyana entregó a una empresa norteamericana la explotación de aguas territoriales en litigio sin contar con su vecino.

Con la llamada diplomacia de paz de Caracas, en estos últimos día se anunció la posibilidad de un encuentro bilateral para encontrar una solución amistosa que aleje la posibilidad de una confrontación militar entre las partes alentada por Washington.

Bolivia también sufre los embates de los departamentos separatistas de la llamada Media Luna, que no cesan en sus ataques contra el gobierno de Luis Arce, del Movimiento al Socialismo (MAS). En varias ocasiones, Arce ha denunciado las intentonas golpistas de los gobernadores de esos estados, en tanto continúa el crecimiento económicas del país, el mejor de la región.

Aunque es cierto que en su conjunto son mayoría las naciones con gobiernos progresistas, aun América Latina carece de un aparato unitario (la derecha no se resquebraja sino que se fortalece dado su control de los medios económicos y mediáticos en su poder), aun existe la debilidad mostrada por partidos políticos izquierdistas que precisan unirse en un bloque compacto en su diversidad. Los mecanismos existen, pero aun carecen de vigor para lograrlo.

Son numerosas las reuniones convocadas con ese fin, como el Foro de Sao Paulo, las reuniones presidenciales realizadas en México y los esfuerzos de ese país para colaborar en la búsqueda de soluciones a situaciones adversas en general, como las migraciones y los desastres naturales.

México y su presidente izquierdista Andrés Manuel López Obrador ha propiciado varios encuentros de los máximos líderes regionales para analizar las problemáticas que impiden un mayor desempeño de esta zona que sirve de trampolín en gran medida a la economía norteamericana.

Mientras, sigue latente otro gran problema latinoamericano, que es la emigración cada año hacia Estados Unidos, con el uso de México como trampolín de paso, nación obligada a tomar medidas para disminuir ese flujo.

Los negativos resultados económicos dejados por la pandemia de la Covid-19, con el aumento de precios y el crecimiento de la inflación, las restricciones estadounidenses, la violencia generada por la lucha entre bandas mafiosas que se disputan los territorios latinoamericanos también se hacen presentes este año, en que los más optimistas envían un consolador mensaje: Esperemos que 2024 sea mejor.


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Clara Lídice Valenzuela García

Periodista

Se han publicado 1 comentarios


Ruben
 13/12/23 17:39

Excelente análisis de la periodista para conocer en profundidad el panorama político, económico y social en la región. Saludos

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