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miércoles, 20 de noviembre de 2024

Con los buitres sobre el hombro

Entre sus muchos “aportes”, Trump acerca el planeta a un conflicto nuclear...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 25/10/2018
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Trump yo no fui
Es lamentable que la administración norteamericana siga asida a las viejas ideas de preponderancia mundial a toda costa.

No es nuevo. Cuando Adolfo Hitler decidió por fin atacar a Polonia, disfrazó a sus militares de soldados polacos, destruyó una radioemisora germana a unos metros de la frontera común, y acusó a Varsovia de agresora brutal y sádica. Días después las tropas nazis entraban en la derruida capital del vecino.

Corea del Norte fue también la “vil promotora del conflicto militar con el Sur” en la década del cincuenta del pasado siglo, una masacre que no pudo lograr los propósitos oficiales norteamericanos de engullirse al contrario.

Cuando la Casa Blanca quiso ampliar su injerencia en Vietnam con bombardeos masivos al Norte, el “incidente del Golfo de Tonkin, provocado por pretendidos “navíos comunistas que cañonearon barcos militares gringos en los mares del Sur”, fue el pivote para hacer de Indochina un verdadero infierno. Finalmente otra barbarie inútil para sus pujos.

Y cuando se antojó de invadir Irak y sacarse de encima al incómodo y controvertido Saddam Hussein, le bastó con decir que poseía tremebundos arsenales de armas de destrucción masiva que todavía estamos esperando que aparezcan, aunque el silencio absoluto empolve hoy aquel burdo pretexto.

De modo que si hace horas Donald Trump habla de retirar a su país del acuerdo de limitación de misiles de alcance medio suscrito con la ex Unión Soviética en 1987 y todavía vigente con Rusia, bajo el “argumento” de que Moscú viola flagrantemente ese protocolo, sería poco menos que de ingenuos tragarse el cuento sin revisar el historial.

Y es que todo indica que se trata de la aplicación de la vieja fórmula, más que explicada en párrafos anteriores, puesta en marcha por los “ilustres” antecesores históricos del actual ocupante de la Oficina Oval: “hacer creer que otros hacen lo que nosotros añoramos y vamos a hacer”.

Así, según Trump, son Rusia y China los países que hoy trabajan ilegalmente en la profusión de misiles de alcance medio, mientras que los Estados Unidos, tan respetuoso él de todos sus compromisos internacionales, corre el riesgo de quedar atrás en el fortalecimiento de su arsenal coheteril a cuenta de una “actitud impoluta” con respecto a sus obligaciones legales de fines de la pasada década de los ochenta.

En consecuencia, no hay tampoco validez alguna en la reciente y tan intencionalmente poco divulgada denuncia de Moscú acerca de que el Pentágono está violentando los susodichos acuerdos con la instalación en Polonia de lanzaderas prohibidas que portan los cohetes de su pretendido “escudo global antimisiles”, diseñado únicamente con el propósito de anular una posible defensa de los contrarios ante un primer ataque atómico estadounidense.

Y es lamentable que la nueva administración norteamericana, asida a las viejas y ya irrealizables ideas de preponderancia mundial a toda costa y a todo costo, no acabe de entender de una vez que, precisamente, ya no estamos en un mundo ni ante una humanidad que acatará dócilmente el pretendido poder supremo de un sistema egocéntrico, depredador, excluyente y mentiroso por antonomasia.

Moscú ha sido claro en sus adelantados reclamos y en advertir que pasos como los que ahora asume Donald Trump serán oportuna y debidamente respondidos en nombre del derecho a la defensa que posee todo Estado frente a quienes amenacen su seguridad e integridad.

Dicen por demás que oficiales norteamericanos encuestados recientemente por el periódico Military Times revelaron sus temores de que el país se vea involucrado en un conflicto bélico con Rusia tal vez para el cercano 2019… ¿acaso un aviso de lo que ya se viene cocinando en concreto en los hornos belicistas Made in USA? Solo que para temerosos o entusiastas debe quedar claro que si esa probabilidad estalla, no quedará nadie, de ningún bando, para contar la historia…


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista


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