La Habana, 21 de abril de 2025.
Descanse en paz, incansable defensor de los humildes, de la casa común, como llamaba a nuestro planeta, y de la fraternidad entre los pueblos. Recibir la noticia de su deceso nos entristeció profundamente.
La humanidad tuvo en Usted a un tenaz defensor de la paz, que abogó por el cese de las agresiones, los bloqueos y las sanciones unilaterales. Las muestras de afecto y cordial cercanía que siempre transmitió a los habitantes de nuestra patria, a la que calificó de amada tierra, fueron reciprocadas por los hijos de esta nación, que recuerdan con sumo afecto sus visitas a Cuba y las palabras de cariño que dedicó a nuestro país en sus mensajes.
La humildad, sabiduría, autoridad moral y espíritu transformador que guiaron su vida y pontificado, contribuyeron a fomentar un diálogo constructivo y de entendimiento entre ambos Estados, que permitió continuar desarrollando las positivas relaciones entre Cuba y la Santa Sede.
Lamentamos profundamente su partida y anhelamos que su ejemplo perdure en las actuales y futuras generaciones,
Miguel Díaz-Canel Bermúdez
Presidente de la República de Cuba
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