Año de 1892. Según razonaba José Martí, ante la nueva contienda por la independencia que se avecinaba, era necesario un instrumento eficaz que garantizara la unidad revolucionaria que, a la vez, trabajara para desarrollar conciencias con vistas a la república del mañana.
Por ello en los primeros días de aquel enero, se reunió con los patriotas José Francisco Lamadriz, Fernando Figueredo y José Dolores Poyo, para explicarles su proyecto, con el que pensaba evitar una guerra precipitada, sin organización ni orientación política.
No solo quiso argumentarles su propuesta, les solicitó opiniones e intercambió criterios. Debatió con estos patriotas un esbozo, escrito por él, de los documentos rectores del Partido que ideaba fundar. Y el 5 de enero, convocó a una reunión con los dirigentes de los clubes de revolucionarios cubanos en Norteamérica.
Allí estaban, además de los tres antes mencionados, Gerardo Castellanos y la gente de Key West; Eligio Carbonell y los de Tampa; el marxista Carlos Baliño y el burgués propietario de factorías Eduardo Hidalgo Gato; honrosa excepción de una clase que ya militaba abiertamente en la contrarrevolución.
Tras una amplia y libre discusión, se aprobaron las Bases y los Estatutos del nuevo Partido Revolucionario.
Los siguientes días y meses son de arduo trabajo. Los distintos clubes se fueron adhiriendo, uno tras otro, al nuevo Partido. El 14 de marzo fundaría Patria, periódico que también dirigiría y el cual se convierte en el vocero de sus ideas.
Hubo quien le apremiara a anunciar públicamente el subimiento del nuevo Partido, pero Martí no accedía. “Esperemos al 10 de abril”.
Guáimaro
Año de 1869. Abril 10. A Guáimaro, localidad enclavada en la raya divisoria entre el Camagüey y Oriente, a 78 kilómetros de Puerto Príncipe, acudieron patriotas cubanos del Oriente, y el Centro, y Las Villas”, como solía decir Martí, “al abrazo de los fundadores”.
La guerra andaba por su sexto mes y se imponía, por motivos obvios, una reunión de los principales dirigentes insurrectos para constituir un Estado nacional, reconocido por todos, capaz de dirigir el movimiento independentista en Cuba y darle representatividad en el extranjero.
Grandes escollos debían salvarse en este encuentro, pues había discrepancias sobre problemas cardinales, como la esclavitud y la organización que debía dársele a la guerra en lo político y lo militar.
Hasta la bandera era motivo de controversia, pues los orientales enarbolaban el estandarte de Yara mientras los camagüeyanos y villareños hacían ondear nuestra actual enseña.
En aras de la unidad revolucionaria, los asistentes hicieron concesiones. Céspedes cedió a la traba de la Cámara, la cual limitaba las prerrogativas del Ejecutivo y el Ejército; Agramonte y los jóvenes hicieron aprobar en la constitución una edad mínima para la presidencia que los alejaba a ellos de ese cargo por años.
Se aceptó como bandera la actual enseña nacional, diseñada por Teurbe Tolón y que Joaquín de Agüero enarboló en el Camagüey en 1851. El estandarte de La Demajagua quedó como tesoro de la República y que en todos los parlamentos cubanos, para siempre, se conservara en el salón de sesiones.
En el artículo 24, al plantear que “todos los habitantes de la República son enteramente libres”, se declaraba explícitamente la abolición de la esclavitud. El país quedó dividido en cuatro departamentos: Oriente, Camagüey, Las Villas y Occidente.
Una vez aprobada la Constitución, se eligió a Céspedes como Presidente de la República; para jefe del Ejército, a Manuel de Quesada; Salvador Cisneros Betancourt juró el cargo como presidente de la Cámara de Representantes.
Quedaba así fundada la República cubana en la manigua.
El Partido Revolucinario Cubano
El 8 de abril de 1892, en una reunión de los representantes de los clubes de revolucionarios cubanos de Nueva York, Tampa y Cayo Hueso, se eligió a José Martí como el Delegado del Partido recién fundado.
Dos días después, los clubes de estas tres ciudades realizaron grandiosos actos en los que se efectuó la proclamación de la existencia del Partido Revolucionario Cubano, que se constituía, según sus bases, para lograr la independencia absoluta de Cuba y “fomentar y auxiliar la de Puerto Rico”.
No era casual la fecha escogida por Martí. Proclamaba el Partido de todos los cubanos en el aniversario de la fundación de la república cubana en Guáimaro. Su intencionalidad de resaltar el hilo conductor entre ambas etapas es obvio.
En el Manifiesto de Montecristi lo reiteraría: “La revolución de independencia, iniciada en Yara, después de preparación gloriosa y cruenta, ha entrado en Cuba en un nuevo período de guerra”.
Año de 2010
Ante el injerencismo del Parlamento europeo, las declaraciones de los representantes del imperio y sus acólitos de la derecha internacional, los infundios de los medios de comunicación plegados al imperialismo y al servicio de este, los artistas cubanos han organizado el Concierto por la Patria.
La Tribuna Antiimperialista José Martí, en La Habana, y la explanada del antiguo Cuartel Moncada, en Santiago de Cuba, servirán de escenario a trovadores, soneros, cultivadores del rap y el rock, repentistas, poetas, actores y escritores, quienes patentizarán su rechazo a la campaña mediática contra nuestro pueblo.
¡Qué mejor fecha que el día en que conmemoramos la fundación de la República cubana y la proclamación del Partido único de Martí y de todos los cubanos patriotas!
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