En un nuevo ejercicio de democracia, el 24 de noviembre de 2024, Uruguay asistió a las urnas para marcar un nuevo triunfo del Frente Amplio (FA), en segunda vuelta, con el 54% de los votos, luego de haber perdido el gobierno en 2019, tras 15 años consecutivos en el poder. Más allá de las fronteras uruguayas, esta victoria tiene un profundo significado para América Latina, una región que hoy más que nunca necesita unidad, solidaridad y proyectos progresistas.
Un respiro para Uruguay
El regreso del Frente Amplio al gobierno representa, ante todo, una respuesta contundente a un modelo económico y social que priorizó los intereses de unos pocos, los famosos “malla oro”, en detrimento de las grandes mayorías. Durante los últimos 5 años, Uruguay vivió un retroceso en diversos ámbitos de la vida: condiciones laborales, seguridad social, acceso y calidad de la salud y educación pública, así como la confianza en el sistema político con numerosos casos de corrupción que fueron noticia día tras día a nivel nacional e internacional.
La necesidad de cambio y el renovado voto de confianza popular se hizo sentir en las calles, en las urnas y en las redes, donde las voces de las mujeres, jóvenes, estudiantes y trabajadores clamaban por nuevas transformaciones. Este triunfo es, por tanto, una señal de esperanza. Es la posibilidad de reconstruir un Uruguay más equitativo, donde la justicia social sea pilar fundamental: camino y horizonte del nuevo Gobierno.
A su vez, esto representa múltiples desafíos y uno importante es que el FA debe aprender teniendo en cuenta el consenso alcanzado en el documento de “Autocrítica” y las recorridas por todo el país en el marco del programa “El FA te escucha” atendiendo al pueblo en su conjunto para la construcción de un proyecto más inclusivo, participativo y radicalmente democrático.
Un nuevo ciclo progresista en América Latina
El triunfo del Frente Amplio no es un hecho aislado. Se inserta en un contexto regional donde las fuerzas progresistas y de izquierda están retomando protagonismo, que cuentan con un reto importante. Colombia, Brasil y Chile, Honduras, entre otros, los pueblos han dicho «basta» al neoliberalismo, uniéndose al proceso Mexicano que renovó otro sexenio votando por proyectos que prometen poner la economía al servicio de las personas y la pública felicidad.
Términos y condiciones
Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.