Luego de cuatro años de gobierno de Lenin Moreno, considerado un traidor a los ideales que lo colocaron en el Palacio de Carondelet, Ecuador celebrará este domingo 7 elecciones presidencias que la derecha intenta suspender valiéndose de trampas y mentiras.
Lo que temen los conservadores es el retorno al poder del llamado movimiento correísta, identificado con el ex presidente izquierdista Rafael Correa, quien en una década (2007-2017) logró cambios profundas en las estructuras neoliberales implantadas en el país considerado el meridiano del mundo.
Son 16 los candidatos a la primera magistratura, mas sus vices. El binomio progresista conformado por Andrés Arauz, economista y exministro de Correa (2006-2016) y el experimentado periodista Carlos Rabascall, marcha en primer lugar con notable diferencia a su mas cercano rival.
Los candidatos de la recién formada alianza Unidos por la Esperanza (UNES) han sido perseguidos por la oligarquía. Una muestra de ello es que les pusieron varios inconvenientes supuestamente legales, y solo pudieron inscribirse cuando recibieron el aval del Consejo Nacional Electoral (CNE), a fines de diciembre encargado, dijo, de resolver un pedido de impugnación rechazado por improcedente.
Las encuestadoras dieron a conocer los últimos resultados sobre intenciones de voto la pasada semana, según orientó el CNE. Aunque son 16 las parejas postuladas, y de acuerdo con la firma Ecuador inmediato, solo tres tienen oportunidades.
En el primer lugar, con 39,2 se encuentra Arauz, seguido del banquero y candidato de la derecha y de Estados Unidos (EE.UU.) Guillermo Lasso, 21,8 %, y del líder indígena Yaku Pérez, con el 14,4 por ciento.
Para ganar las elecciones, en Ecuador se precisa obtener el 40% de los votos válidos, o un 10% de diferencia por encima del segundo colocado.
Además de Ecuador inmediato, otras nueve empresas sitúan al postulado de la UNES en primer lugar.
Según estos números, conocidos 10 días antes de la votación –a la que están convocados 15 millones de personas- lo que se discute ahora es si Arauz ganará en la primera vuelta, pues está muy cerca de esa posibilidad.
CAERÁ LA TRAICIÓN
Rafael Correa quiso dar continuidad a su gobierno de medidas progresista, que contribuyó a la integración regional, en una etapa en la que Ecuador cambió su Constitución Nacional para cambiar de manera radical su estructura capitalista.
Para lograr ese propósito y seguir la Revolución Ciudadana habló con Moreno, su vicepresidente durante seis años, quien decía profesar ideas progresistas, y aceptó sustituirlo en el cargo. Poco después de conocerse su victoria, llamó al todavía presidente ¨muchachito loco¨ en una entrevista televisiva.
No pudo predecir Correa la traición de su amigo. Casi de inmediato voló a Bélgica, país de donde es oriunda su esposa, para reunirse con la familia..
El nuevo mandatario, acusado de corrupción por compra de bienes en Catalañuña con dinero estatal, entre otros cargos, pronto se quitó la máscara y retornó al camino del neoliberalismo.Tomó una serie de medidas, entre ellas la venta de importantes empresas y recursos naturales y abrazó las causas de la ultraderecha regional. Al cabo de cuatro años, desprestigiado y rechazado por el pueblo, dejará un país endeudado y en recesión.
Es inaceptable su indiferencia hacia la población atacada por la pandemia global de la Covid-19, sin respaldo sanitario alguno. Hasta el pasado día 21, habían muerto por esa causa, 10 777 personas y otros 250 828 fueron contagiados. La desmantelada red sanitaria ecuatoriana colapsó.
Cuatro años de un régimen que reprimió las manifestaciones en su contra, al estilo de las antiguas dictaduras de los años 70 y 80 del pasado siglo, usó de manera ilegal el sistema de justicia contra antiguos dirigentes y miembros de Alianza País –del cual usurpó el nombre para su administracion, pues fue ese partido el que lo candidateó y le entregó el bastón presidencial en bandeja de plata. Hasta el nombre del partido de Correa se robó el supuesto izquierdista.
Desde su silla de ruedas, pues una bala le quebró la médula espinal durante un asalto en los 80 y quedó paralítico, Moreno acusó al ex mandatario y a varios de sus ministros por causas falsas, pero los que llevó a juicios virtuales y/o presenciales, para condenarlos, encerrarlos e inhabilitarlos para la política.
De manera errónea pensó que el correismo solo tendría vigencia en Ecuador con la presencia del jefe de ese movimiento que fomentó, inteligentemente, la formación de sustitutos políticos. Una jugada realizada en en medio de un clima hostil, perseguidos, acosados por la justicia y las agrupaciones de la derecha, muy poderosa en las provincias costeras, como Guayaquil.
Capaz de rápidas movilizaciones y jugadas, de amenazas, de mentiras repetidas mediante las redes de Internet, Moreno y su equipo han tratado de boicotear las elecciones incluso tratando de aplazarlas con viejos y nuevos trucos para evitar la victoria de los candidatos correístas.
Para analistas políticos, la decisión de postular a Arauz, de 35 años, también economista y ex ministro de Correa y al popular Rabascall, resultó muy acertada, ya que, primaría en su gobierno las ideas progresistas, justas y de soberanía nacional.
Atacados desde distintos flancos por la derecha, sin resultados hasta ahora, la oligarquía ecuatoriana teme perder sus privilegios y la Casa Blanca un fiel aliado en Suramérica.
Ha sido dificil para la dupla progresista mantenerse en la candidatura. La derecha trató de impedir los comicios con todo tipo de astucias: desde la mortifera presencia de la COVID-19, -que Arauz contrajo y superó- falta de financiamiento y boletas sin resolver para elegir los diputados al Parlamento Andino, y trabas para los votantes en el exterior,
Tras los inconvenientes están instituciones internas y externas financiadas por la saliente administración de Estados Unidos, una práctica común contra quienes son desafectos a las directrices imperiales, denunció el politólogo José A. Armesty,
El experto planteó que los planes partieron del Interamerican Institute for Democracy, son sede en Miami, que responde al Departamento de Estado y de su antiguo jefe Mike Pompeo, quien dejó lista la instrumentación antes de dejar el cargo tras la derrota del expresidente Donald Trump.
El exministro del gobierno de facto de Bolivia, Carlos Sanchez Berzain, promotor del golpe de Estado contra Evo Morales, quedó encargado de organizar y dirigir las acciones del IID en Ecuador. El propósito de quebrar el proceso electoral se sustentó en el financiamiento oficial de EE.UU. a través del gobierno colombiano.
El IID es considerado una institución de retiro de los agentes latinoamericanos de la Agencia Central de Inteligencia (CID) de EE.UU. y sirve de fachada al servicio de inteligencia del país norteño.
También forma parte también de este grupo ultraderechista, la organización no gubernamental española Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), también con sede en Miami, dirigida por el reaccionario ex presidente José María Aznar.
La FAES posee conexiones históricas con su similar ¨Ecuador Libre¨, dirigida por el banquero Lasso, quien se presenta por tercera ocasión a la presidencia.
Esas organizaciones trabajaron contra Arauz, en particular, a quien acusan de corrupción y desacertados manejos cuando trabajó en el equipo de Correa. Desde hace varios meses difunden informaciones falsas en las redes sociales, entregadas y supervisadas por la embajada de EE.UU. en Quito, la capital ecuatoriana, según coinciden analistas.
En declaraciones, el ex mandatario boliviano Evo Morales, indicó que esos grupos ¨buscan evitar la victoria segura´ de Arauz, de acuerdo con conclusiones de las principales encuestadora del país.
Antes de que la derecha intente una vez mas suspender los comicios, el presidente argentino, Alberto Fernández, afirmó que sigue con ¨especial atención¨ el manejo electoral en Ecuador.
En su cuenta personal de tuiter, Fernández especificó que ¨“Esperamos que el trabajo del CNE sea correcto, que el veredicto popular se respete y que así se fortalezca la democracia ecuatoriana”.
El senador colombiano izquierdista Gustavo Petro, en un tuit, exhortó al secretario general de la Organización de Estados Americano (OEA), Luis Almagro, a no permitir un golpe de estado en Ecuador, ya que fue él, precisamente, quien fomentó el ocurrido contra Morales, al declarar fraudulenta los elecciones de octubre de 2019 y llevar al mandatario a la renuncia.
También el Grupo de Puebla manifestó su rechazo ¨a un nuevo intento de desestabilizar el proceso electoral para comprometer la victoria de Arauz.
El Espacio Futuro, punto de encuentro de liderazgos latinoamericanos y españoles impulsado por el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG) -- emitió un comunicado para pedir que se "respeten de forma escrupulosa" los procedimientos democráticos y así garantizar unos "comicios limpios, transparentes y en igualdad de condiciones".
Estarán presentes ese día en Ecuador 2 359 observadores nacionales y extranjeros para garantizar el desempeño de votantes y autoridades oficiales.
El CNE reafirmó a fines de la pasada semana que las elecciones se celebrarán como está estipulado. La gran preocupación es que las fuerzas opositoras al progresismo impidan que se cumpla el mandato popular e impidan la toma de posesión de Arauz y Rabascal, con la imposición de un golpe de Estado.
Correa lo advirtió: ¨La derecha es capaz de cualquier cosa¨. Siempre es mala perdedora.
Infografía: Consejo Nacional Electoral de Ecuador
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