La victoria en las elecciones presidenciales del jefe opositor Umaro Sissoco Embalo matizó con otros colores el cuadro institucional de Guinea Bissau y colocó al histórico partido de la independencia ante una realidad política distinta.
Tras el escrutinio, la Comisión Nacional Electoral (CNE) oficializó el triunfo en segunda vuelta de Sissoco Embalo, con 53.55 por ciento de los votos a su favor frente al jefe del Partido Africano para la Independencia de Guinea y Cabo Verde (PAIGCV), Domingos Simoes Pereira, que obtuvo el 46.45 por ciento de las boletas.
“Los resultados provisionales que acaban de anunciarse están llenos de irregularidades, anulaciones y manipulaciones, lo que (constituye) fraude electoral”, declaró Simoes Pereira en una reunión de activistas de su organización, poco después de difundirse la declaración de la CNE.
Según la Comisión, la participación de los votantes fue del 72,67 por ciento, lo que consideró prácticamente idéntica a la primera vuelta de los comicios presidenciales del pasado 24 de noviembre, en la cual ganó el jefe del PAIGCV con 40,1 por ciento, mientras que Sissoco Embalo solo alcanzó el 28 por ciento del respaldo electoral.
Los dos aspirantes a la presidencia guineana en su momento fueron primeros ministros, pero eso solo es aval pasado, y se destaca que curiosamente los dos se desempeñaron en etapas distintas en el movimiento de liberación nacional, el Partido Africano para la Independencia de Guinea y Cabo Verde.
Como presidente entrante, Sissoco Embalo, quien pasó a ser líder de la oposición en el ámbito del pluripartidismo, se pronunció por ser un mandatario de la reconciliación, de la armonía nacional y reclamó el apoyo de todos los guineanos.
Sin embargo, para observadores políticos el presidente deberá gobernar en una situación complicada, ya que el Legislativo del PAIGCV es mayoría y cuenta con la reputación de 11 años la lucha armada contra el gobierno colonial impuesto por Portugal.
RECUENTO
La trayectoria política guineana incluye la formación, hace poco más de 60 años, del Partido Africano para la Independencia de Guinea y Cabo Verde por el líder nacionalista Amílcar Cabral, que encabezó el movimiento de liberación nacional, con el cual en 1974 el país alcanzó la soberanía.
En 1980, el jefe guerrillero João Bernardo Vieira (Nino) dio un golpe de Estado en Cabo Verde a Luis Cabral —hermano de Amílcar— con lo cual interrumpió la planeada unión constitucional entre los dos países y comenzó a gobernar en Bissau, donde ocupó tres veces la presidencia y también fue primer ministro.
Nino Viera fue derrocado en 1999 y se refugió en Portugal; le sucedió en el cargo del 2000 al 2003 Kumba Yala, depuesto por los militares, y en 2005 Joao Bernardo retornó a la jefatura del Estado. Lo asesinaron en 2009, tras ser acusado por una facción castrense de estar detrás de un atentado mortal contra el general Batista Tagmé Na Waié.
Tras morir Nino Vieira, asumió la jefatura de Estado Malam Bacai Sanhá, alto cargo del PAIGCV y que fue gobernador de las regiones de Gabú y Bafatá, además ocupó cargos ministeriales antes de desempeñarse como presidente de la Asamblea Nacional del Pueblo (Parlamento), asumió como gobernante en 2009 y falleció en 2012 en París.
En poco más de tres décadas Guinea Bissau estuvo sacudida por una serie de conflictos incluyendo una guerra civil (1998-1999) entre leales a Nino y los partidarios del general Ansumane Mané, por disputas sobre la relación guineana con la guerrilla del Movimiento de Fuerzas Democráticas de Casamance, fronteriza región senegalesa.
A toda esa larga etapa de convulsión político-militar siguió un proceso de reconstrucción institucional, el pasado 29 de diciembre, el electorado guineano acudió por segunda vez —en apenas un mes— a las urnas para definir quién presidiría el país durante los próximos cinco años.
En esa consulta, Umaro Sissoco Embalo (a quien llaman el General, por su grado en la reserva) se impuso también a José Mario Vaz, quien llegó al poder en 2014 y resultó el primer mandatario que completó su mandato constitucional, concluido el pasado año, cuando perdió en las elecciones a las cuales se presentó como candidato independiente.
Sissoco Embalo acudió a los comicios presidenciales por el Movimiento para la Alternancia Democrática (Madem-G15), un partido de oposición compuesto por exafiliados del PAIGCV y en la primera ronda quedó segundo con el 28 por ciento del apoyo de los votantes, pero al cambiar su estrategia se impuso en la segunda vuelta.
El pequeño país de África occidental tuvo una sólida organización estatal hasta la guerra civil. En 1987 adoptó el programa de ajuste estructural, propuesto por el Fondo Monetario Internacional, lo que le alejó de los modelos de economía planificada y de su comercio con el Este, aunque registró avances de 2006 al 2008.
Las expectativas de progreso se centran en el petróleo, en el renglón pesquero y las reservas de bauxita y fosfatos. Si bien en en 1977 se establecieron metas del desarrollo rural e industrial como de Estado socialista, continuó la propiedad privada de la tierra, aunque el monopolio estatal controlaba el comercio agrícola.
Una parte bien identificada de la población cree en el discurso del General, así como considera que Guinea Bissau podría tocar fondo y luego emerger de este, para dejar de ser siempre un estado fallido, y con esa opinión valora la posibilidad del cambio en la presidencia, estimó el analista Artur Cima en un estudio preliminar de los comicios.
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