El líder del Partido Socialista Obrero Español, PSOE, ya puede tomarse una bocanada de aire fresco.
Tras largas semanas de consultas y debates políticos, finalmente el parlamento nacional le otorgó este enero los votos necesarios para retomar en firme el cargo de presidente del gobierno y prepararse para anunciar su nuevo gabinete la semana entrante.
El PSOE, ganador sin mayoría absoluta en las elecciones generales de noviembre último, debió para acceder al ejecutivo concertar una colación con la agrupación de izquierda Unidas Podemos, que encabeza Pablo Iglesias, y obtener además en el pleno del legislativo la abstención de dos importantes fuerzas independentistas: la Esquerra Republicana de Cataluña, y la vasca EH Bildu, además del apoyo de otros grupos políticos minoritarios.
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En una segunda vuelta, y por mayoría simple, puesto que en la primera no logró completar la mitad más uno de los sufragios exigidos para vencer en dicha ronda, terminó Sánchez por conquistar la investidura, que le fue ratificada oficialmente horas después mediante un decreto del rey Felipe Sexto.
Desde luego, todo no termina aquí…por el contrario. Vale indicar que Sánchez triunfó por la mínima de dos votos parlamentarios (167 boletas a favor contra 165 abrumadoramente de derecha), lo que junto a la mencionada abstención de sectores independentistas condicionada a ofrecimientos políticos a cumplir por el nuevo ejecutivo, implica que gobernar en el futuro no es una tarea que tenga asegurada la más rotunda de las aceptaciones.
Cohabitar, cuidar y reforzar alianzas, y mantener un diálogo abierto y franco con todas las fuerzas políticas más receptivas, deberá ser entonces una de las tareas más trascendentes de Pedro Sánchez, con más razón cuando es evidente que la derecha local y los intereses externos a la que esta se asocia no tienen la más mínima intención de ponérsela fácil al nuevo gobierno español de coalición.
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Por otro lado, ya medios de prensa locales hablan de que en el futuro gabinete, cuya composición se divulgará la próxima semana, Pablo Iglesias, líder de Unidas Podemos, ejercerá una vicepresidencia fuertemente responsabilizada con las políticas sociales, mientras que otras cuatro carteras, a saber las de Igualdad, Trabajo, Universidades y Consumo, estarán también a cargo de esa agrupación.
Por demás, las nuevas autoridades ejecutivas deberán hacer cumplir el programa conjunto de acciones internas que suscribieran Sánchez e Iglesias al concluir las negociaciones para la formación del binomio político ahora de gobierno, así como los acuerdos de negociaciones justas y abiertas con el nacionalismo catalán, que condicionó la abstención de Esquerra Republicana en las votaciones de este enero, lo que facilitó la investidura del jefe del PSOE.
En pocas palabras…el gran reto empieza justamente ahora…
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