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jueves, 31 de octubre de 2024

¿Negociar o no?...esa es la cuestión en Chad

A la muerte del presidente Idriss Déby Itno en combate contra la coalición rebelde Frente para la Alternancia y la Concordia en Chad (FACT), sucedió en el poder su hijo Mahatma, y entonces se pronosticó la apertura de otro proceso negociador en África, pero la realidad difiere de eso…

Julio Marcelo Morejón Tartabull en Exclusivo 09/06/2021
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General Mahatma Idriss Déby
El presidente del proceso de transición chadiano: general Mahatma Idriss Déby. (Tomada de entornointeligente.com).

El mariscal Déby Itno falleció el pasado 20 de abril luego de sufrir heridas “defendiendo la integridad territorial en el campo de batalla”, informó el comunicado de las Fuerzas Armadas por el deceso.

En el mensaje difundido por la televisión pública, el general Azem Bermandoa Agouna precisó que el jefe de Estado de 68 años pereció tras recibir lesiones en una operación militar contra los insurgentes en el norte del país y por lo cual el ahora gobernante Consejo Militar de Transición (CMT) implantó un toque de queda y cerró las fronteras.

Al occiso le sucedió en el cargo uno de sus hijos, el general Mahatma Idriss Déby, de 37 años de edad y jefe de la guardia presidencial, quien comanda la junta que, tras cesar la Constitución disolver el Gobierno y el Parlamento, gobernará alrededor de 18 meses.

Todo eso creó un nuevo escenario político en Chad, que además enfrenta una insurgencia asentada en la vecina Libia —el Frente para la Alternancia y la Concordia en Chad (FACT), grupo escindido de la Unión de Fuerzas para la Democracia y el Desarrollo— y con una oposición política descontenta con los resultados de las elecciones presidenciales, cuyo escrutinio le concedió un sexto mandato a Déby Itno.

La muerte del gobernante ocurrió un día después de ser declarado ganador de los comicios, con lo cual el electorado le eligió para otros seis años de presidencia, con casi el 80 por ciento de los votos, después de cumplir 30 años en el poder y ser identificado como figura política importante en la lucha contra los grupos integristas.

Poco antes también Déby Itno dio luz verde a la intervención de tropas de su país para fortalecer la seguridad militar en la llamada área de las tres fronteras en la subregión semidesértica del Sahel, con el despliegue de unos 1200 soldados en posiciones donde enfrentarían a esa amenaza yihadista.

El presidente ordenó la movilización consistente en principio en el desplazamiento de un batallón de fuerzas especiales antiterroristas a tres lugares que lindan con los vecinos afectados —Mali, Burkina Faso y Níger— por las agresiones de los grupos radicales de distorsionada confesión islámica.

Hubo acciones políticas en las que sobresalió la actuación con independencia de Déby, por ejemplo, cuando recibió la visita oficial del entonces presidente sudanés Omar Hassán al Bashir, perseguido por la Corte Penal Internacional, y sus relaciones económicas con China, ilustradas con la apertura de la refinería petrolera en la zona de Djrmaya.

Chad es el séptimo mayor productor de petróleo de África con 180 000 barriles diarios, lo cual le concede más relevancia en la esfera económica continental, mientras que se destaca como decisivo componente del esquema de seguridad y defensa en la región occidental y, específicamente, en la semidesértica subregión del Sahel.

Todo lo anterior justifica la preocupación de los países-miembros de la Comunidad Económica de los Estados de África Central (CEEAC) por el proceso de transición abierto tras morir Déby Itno y asumir la jefatura de la nación su hijo Mahatma.

A principios de junio, durante una reunión de mandatarios en Brazzaville, capital de la República del Congo, los participantes —entre ellos el presidente en ejercicio de la Unión Africana y gobernante de la República Democrática del Congo, Félix Tshisekedi—se pronunciaron por un diálogo incluyente entre beligerantes para la reconciliación entre los chadianos y lograr la paz.

Pero la noble propuesta de la cumbre de la CEEAC, para su ejecución deberá contar con la aprobación de quienes se enfrentan militarmente, y no todos están de acuerdo con un proceso negociador que incluya al FACT —identificado como el asesino de Déby Itno— cuyo jefe, Mahamat Mahdi Ali, califica de golpe de Estado apoyado por Francia el cambio en la jefatura chadiana.

Con ese precedente, un acercamiento entre las partes parece difícil, porque, además, para concretar totalmente la conciliación nacional deberá contarse con la oposición política (no armada), la cual rechaza los resultados de las pasadas elecciones y los componentes de la sociedad civil embargados en la crisis socioeconómica.


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Julio Marcelo Morejón Tartabull

Periodista que apuesta por otra imagen africana


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