El Tribunal Constitucional de Níger ratificó el triunfo del candidato gubernamental Mohamed Bazoum en la segunda vuelta de las elecciones celebradas en febrero pasado, como parte del proceso constitucional para garantizar la sucesión presidencial.
La confirmación judicial emitida el domingo 21 de marzo, de hecho, desatendió las denuncias de fraude electoral hechas por el principal candidato opositor, Mahamane Ousmane, según divulgó el diario Le Sahel.
El presidente del Tribunal Constitucional, Bouba Mahamane, destacó que Bazoum obtuvo el 55,66 por ciento de los votos frente al 44,34 recibido por el exmandatario Ousmane.
Tras ratificar los resultados el órgano judicial indicó que en los comicios hubo una participación del 62,91 por ciento del electorado y destacó que el mandato del nuevo presidente comenzaría el 2 de abril, para suceder a Mahamadou Issoufou, quien completó sus dos períodos de gobierno admitidos por la Carta Magna nigerina.
La victoria de Bazoum provocó una serie de protestas y el rechazo Ousmane, todo lo cual desató incidentes que causaron dos muertos y cientos de detenidos, incluido el opositor Hama Amadou, quien fue primer ministro y cuya candidatura a la Presidencia se impidió oficialmente.
Mahamane Ousmane -gobernante de 1993 a 1996- reiteró el 10 de marzo que venció en la consulta y subrayó que la oposición defendería su victoria en los tribunales, luego de que la opositora Coalición para una Alternancia Democrática y sus partidos aliados convocaran a nuevas movilizaciones en el país.
El expresidente manifestó que obtuvo el 50,3 por ciento de las boletas en las elecciones y defendió que "no se inventó" ese dato. "Ni mi partido, ni la coalición que me apoya, ni yo mismo aceptaremos este fraude electoral que se prepara…", afirmó, con lo cual dejó abierta la puerta para las protestas.
Paralelamente a un incremento de tensiones posteriores a la consulta se registró una escalada de asesinatos de civiles perpetrados por grupos extremistas de distorsionada confesión islámica, que operan contra Níger, Mali y Burkina Faso, en la africana región del Sahel, así como .poco antes de la toma de posesión ocurrió un intento de golpe de Estado, lo cual aunque resultó frustrado caldeó el ambiente político nigerino.
El propio domingo 21 de marzo, cuando el Tribunal Constitucional confirmó el triunfo electoral de Bazoum, se informó el asesinato de 55 personas en región de Tahoua, una agresión que sucedió a otra cometida en localidades de la región de Tillabéri el 15 de marzo, que causó la muerte de 66 civiles.
Según un balance del ministro de Interior, Alkache Alhada, en solo seis días, al menos 126 civiles perecieron en ataques de supuestos elementos radicales en el oeste de Níger.
La versión pública de aquella masacre dominical fue que hombres armados en motos "dispararon a todo lo que se movía" en los pueblos de "Intazayene, Bakorat y Wistane", además de en "campamentos circundantes" de la región de Tahoua, lo que algunos analistas consideraron una acción dirigida a provocar el casos.
Otros especialistas conectaron el suceso con el interés de fragilizar la estabilidad política de Níger en un tiempo en de cambio presidencial en el país y con ello presumiblente aparezcan nuevos criterios de cómo enfrentar a la insurgencia de cariz radical y confesional.
En su discurso de investidura el 2 de abril Bazoum llamó a los países de la región a intensificar los esfuerzos en la lucha contra el terrorismo; en la ceremonia de asunción estaban los líderes de Togo, Chad, Senegal, Malí, Gambia, Mauritania, Burkina Faso y Costa de Marfil y el ministro de Asuntos Exteriores de Francia, Jean-Yves Le Drian
Tahoua y Tillabéri son localidades vecinas ubicadas en la llamada zona de las tres fronteras, donde convergen territorios de Níger, Malí y Burkina Faso, área frecuentemente agredida por los grupos terroristas afines a Al Qaeda y al Estado Islámico.
El 15 de marzo comandos extremistas atacaron en esa área a vehículos que regresaban del mercado semanal de Banibangou, así como la aldea de Darey-Daye, donde mataron a 66 habitantes en total e incendiaron transportes y graneros, según resúmenes policiales. Ese mismo día el Estado Islámico aniquiló a 33 soldados en asedios a puestos militares.
Así de amargo y complejo es el contexto en que inicialmente se desempeñará el nuevo presidente de Níger, aunque sin incluir otro desafío supremo: la propagación de la pandemia de la Covid-19, pese a que Níger no figura entre los Estados más afectados de África a finales del mes reportó cerca de 5 000 contagios y una progresión era lenta, pero peligrosa.
La última semana de marzo se notificó el acumulado de 185 fallecidos por la enfermedad, mientras se esperaba que el relevo de la administración Issoufou mantuviera bajo los niveles de contagio y diseñara medidas para reducir en lo posible las amenazantes nuevas olas de la pandemia.
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