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domingo, 24 de noviembre de 2024

No basta con tortillas gigantes (+Video)

Depende de la voluntad política de los gobiernos y del empeño de sus ciudadanos garantizar la seguridad alimentaria a través de estrategias, proyectos e iniciativas que no solo beneficien a unos pocos...

Ana María Domínguez Cruz en Exclusivo 16/10/2012
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Día Mundial de la Alimentación
Por un mundo sin niños con hambre.

Hace aproximadamente dos años, cuando se celebró el Día Mundial de la Alimentación, leí un artículo en el que se reseñaba la tortilla gigante que en Argentina se había elaborado para conmemorar la fecha. Me resultó imposible imaginarla, a pesar de que en la publicación se enumeraban, con detalle, los ingredientes y las cantidades utilizadas. Sin embargo, fue muy fácil cerrar los ojos y ver millones de caritas sonrientes de niños de Haití, África, América Latina, que se sentirían felices con tan solo una porción pequeña de esa tortilla.

Es que, paradójicamente a esas iniciativas “majestuosas” que pueden desarrollarse en algunos países, otros muchos muestran cifras angustiantes en cuanto a la hambruna de sus habitantes, en especial de niños y mujeres.

Las cooperativas agrícolas alimentan al mundo, es el lema que guía este 16 de octubre, Día Mundial de la Alimentación, en el que se quiere ponderar la influencia de estas en la mejora de la seguridad alimentaria y en la erradicación de la pobreza. Feliz coincidencia con la declaración de la Asamblea General de las Naciones Unidas del 2012 como “Año Internacional de las Cooperativas”.

El tema de la alimentación, por supuesto, no se resuelve con la declaración de una fecha mundial, como esta, establecida en 1979 por la Conferencia de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), ni con tortillas gigantes. El deseo de concienciar a los pueblos del mundo sobre el problema alimentario y fortalecer la solidaridad en la lucha contra el hambre, la desnutrición y la pobreza es quimérico si, en la práctica, no hay voluntades políticas que impulsen estrategias y proyectos en beneficio colectivo.

¿Cuánto de segura tiene, en realidad, la seguridad alimentaria mundial? El alto precio de los alimentos en el mercado internacional amenaza el panorama de los países en desarrollo, donde los pobres son los más afectados. La producción de alimentos es baja y son pocos los privilegiados. Las condiciones reales de cada nación para satisfacer sus necesidades inmediatas no siempre son las mejores y el acceso a la tecnología y la abundante mano de obra no están “a la orden del día”.

Cuba, escenario hoy de numerosos cambios como parte de la actualización de su modelo económico, enfrenta retos a diario para asumir sus producciones, perjudicadas por el bloqueo de Estados Unidos, y reducir así las importaciones.

Apostar por el desarrollo de la agricultura urbana y suburbana, y por el trabajo de la tierra de su propietario en virtud del Decreto Ley 259, por ejemplo, han sido algunos caminos, no exentos de obstáculos.

Sin embargo, es una prioridad la garantía de los productos de la canasta básica a todos los ciudadanos y la de los alimentos en los sectores sociales más deprimidos al precio que sea necesario, con orgullo de no pertenecer a la lista de los países que tienen casos de desnutrición infantil, por ejemplo.

Nuevos planes se abren paso en virtud de desarrollar nuestra agricultura, tan deprimida en los últimos tiempos, y fuerzas jóvenes se suman a la empresa. El ánimo de fomentar la subsistencia con nuestros esfuerzos es el que se esparce en cada región del país.

No puede ser de otra manera cuando el cambio climático es amenazante y su impacto en las tierras y los cultivos se hace sentir más, y cuando el crecimiento demográfico trae consigo más desafíos para alimentar a las nuevas bocas.

Está en manos de los gobiernos, como el del nuestro, el fomentar iniciativas para garantizar la seguridad y la soberanía alimentarias. Está en manos nuestras sumarnos al empeño, no solo en la eliminación del marabú sino en la materialización de iniciativas que puedan realmente dar sus frutos.

Sí, no basta con tortillas gigantes para unos pocos.


Fuente: FAO


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Ana María Domínguez Cruz

"Una periodista cubana en mi tercera década de vida, dispuesta a deslizar mis dedos por el teclado".


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