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domingo, 24 de noviembre de 2024

Palestina: Honor a la resistencia

Pese a la oposición gringa y sionista, Palestina se convirtió en miembro observador de la ONU...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 30/11/2012
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Pueblo palestino
Las votaciones en la ONU otorgó al pueblo palestino un escaño importante en la lucha política

La absurda pretensión norteamericana de transformar a la primera potencia imperialista en regidora global ha recibido otro golpe contundente cuando Palestina, a pesar de las adversas presiones de Washington y Tel Aviv, se instituyó al cierre de este noviembre en estado observador de la Organización de Naciones Unidas, ONU.

Una votación de 138 sufragios a favor, nueve en contra y 41 abstenciones, no solo otorgó al pueblo palestino un escaño sumamente importante en la lucha política y diplomática por su derecho a existir, sino que además mostró el rechazo de la humanidad a las pretensiones de los gobernantes de los Estados Unidos e Israel de mantener a Palestina como una entidad difusa, intangible y aislada.

En consecuencia, la 67 Asamblea General de la ONU dio curso favorable a la prerrogativa demandada por las máximas autoridades palestinas a inicios de los debates del máximo organismo internacional, e hizo justicia a un pueblo condenado a la interminable diáspora por el sionismo y sus aliados occidentales.

De hecho, ya desde 1974 la ONU había reconocido a la Organización para la Liberación de Palestina, OLP, como representante de ese pueblo árabe con el rango de observadora. Ahora, con este nuevo paso, amplía aquella decisión y confirma además el derecho a la existencia de una nación independiente dentro de las fronteras violentadas una vez más en 1967 por la agresión militar sionista, y con Jerusalén Este como su capital.

Vale recordar en esta batalla internacional, que la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, UNESCO, ya había decidido dar cabida a una representación palestina, a pesar de la oposición de poderosos intereses mundiales y de Tel Aviv.

De manera que las aspiraciones del pueblo de Palestina cuentan con un apoyo casi universal, y solo la tozudez y el expansionismo sionistas, junto al sempiterno apoyo de Washington a su punta de lanza en Oriente Medio, se erigen como los obstáculos fundamentales para hacer justicia a una nación desgarrada hace seis decenios y medio, desde que en 1947 el titulado Plan de Partición de Palestina condicionó el forzoso “reparto” del suelo árabe para establecer lo que los sionistas llamaron entonces, de manera festinada y demagógica, “el hogar del pueblo judío”.

Un proyecto que -dicho sea de paso- los halcones de Tel Aviv y sus padrinos externos se encargarían de expandir a cuenta del despojo de la población local y de las sucesivas guerras de rapiña ocurridas en la región.

Así, solo como consecuencia de los conflictos que en 1948 dieron origen al estado sionista, fueron expulsados de sus tierras unos 800 mil palestinos, que desde entonces vivieron como refugiados y parias en los estados colindantes con su tierra de origen. Mientras, para los 100 mil que quedaron atrapados en Israel, la vida se convirtió e un infierno represivo y xenófobo.

De entonces a la fecha, las noticias sobre guerras, crímenes, torturas y expediciones punitivas sionistas contra la población palestina se cuentan por cientos de miles. Acciones brutales que han encontrado un rechazo universal casi unánime, y que si bien en infinidad de ocasiones han provocado airadas protestas en los más disímiles organismos internacionales, para nada han contado siquiera con la menor reprobación de Washington y sus más cercanos aliados.

Y por si cupiesen dudas en torno a lo ocurrido este noviembre en la Asamblea General de la ONU, y como mentís a los que ya azuzan tensiones renovadas y amplificadas en Oriente Medio, el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, aseguró que esta victoria diplomática “no pretende deslegitimar a Israel sino legitimar al pueblo árabe palestino”, y enfatizó que ese paso ha sido dado no para obstaculizar las negociaciones de paz con Tel Aviv, sino “porque Palestina cree en la paz y porque su pueblo está necesitado de ella”.


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista


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