A pocos días de la celebración de las elecciones en Ecuador, el joven izquierdista Andrés Arauz, de Unidos por la Esperanza (UNES) sale como favorito para enfrentar al neoliberal banquero Guillermo Lasso, considerado por analistas como una entelequia de la política tradicional, mientras la población sufre aún el antidemocrático gobierno de Lenin Moreno.
Arauz acaba de recibir el espaldarazo del Movimiento Alianza País (AP), fundado por el expresidente Rafael Correa —de cuyo Ejecutivo formó parte—, nombre que fuera robado por Moreno, quien fungía como presidente de esa organización, de la cual fue expulsado hace pocos días.
En un comunicado, AP indicó que no brindará apoyo al candidato de derecha en la segunda vuelta de las presidenciales, previstas para el próximo día 11, luego de una primera jornada en que el postulado por la UNES ganó con más del 32 % de los votos válidos, después de semanas de denuncias de Yoku Pérez, postulado por el partido indigenista Pachakutik, sobre fraude electoral en el conteo para favorecer al millonario banquero. Sacadas las cuentas de manera exhaustiva, el Consejo Nacional Electoral determinó que Pérez era el gran perdedor.
Es significativo que el banquero insista en presentarse por tercera ocasión a la primera magistratura. Ahora lo hace contra el joven político formado en la escuela del exmandatario Rafael Correa, con suficientes méritos políticos y académicos para arrebatarle el Palacio de Nariño.
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Para el candidato de UNES el respaldo de AP es muy importante, pues ha sido catalogado por muchos como un retorno a los orígenes, considerando que fue fundado por Correa, el político también economista que transformó para bien la vida de una gran parte de los ecuatorianos con su proyecto Socialismo del Siglo XXI.
El documento expresa: “Nuestras convicciones políticas se mantienen y nunca podrán coincidir con los conceptos neoliberales que defiende la derecha y, por tanto, nuestra opción electoral no estará al lado de los intereses de los sectores financieros y de las élites económicas”.
Los representantes de AP exponen su intención de unirse al candidato de UNES, y ratifican que “no respaldarán candidaturas de la derecha”.
Sobre Moreno, quien traicionó las ideas de ese movimiento correísta, describieron su gestión como “irresponsable y desleal con el pueblo ecuatoriano”, al gobernar con la derecha, representada por la alianza Creando Oportunidades (CREO) y el Partido Social Cristiano (PSC), de Lasso.
AP reconoció que la situación reinante fue ocasionada por “el odio, la desidia, la picardía, los enchufados y codiciosos, quienes usando el poder han destruido al país. Surgimos como una organización plural y democrática convencida de alcanzar el desarrollo de la nación solo a través de la justicia social, con igualdad de oportunidades y en ejercicio pleno de los derechos humanos”.
Para politólogos internacionales, como el dominicano Félix Duarte Sanz, el debate protagonizado el pasado día 21 por los dos contendientes —en el que cada uno manifestó y encarnó lo que piensan y harán si ganan— dejó claro que en los comicios no se elegirá solo un dignatario, sino un modelo de país que, sin dudas, influirá en la geopolítica de la región.
Mientras Arauz propuso la producción, el trabajo y la liquidez como ejes de su plan para salir de la crisis provocada por la pandemia, su rival basa el futuro económico en la inversión extranjera y el impulso de la agricultura y la economía rural, en la cual, aseguró, invertiría 5000 millones de dólares, a lo que Arauz le inquirió si actuaría en beneficio de su banco o en beneficio del país.
Es comidilla en medios políticos que cuando el postulado de CREO intenta dirigirse a las personas comunes carece de todo: empatía, intuición real de la calle, de las lógicas de supervivencia, de las enfermedades crónicas, terminales y pandémicas, de la penuria material y mental, de las esperanzas de los que no tienen más que su vida y sus manos sin ningún oficio, de la pauperización del presente. Lasso ignora lo que no es su cotidianeidad, afirmó un artículo en Resumenlatinoamericano.com.
Dueño de un banco, con millones de dólares en su cuenta, este representante de la derecha muestra de que un discurso ideológico trillado, representativo de la escasez intelectual y espiritual de un grupo político que en Ecuador carece de pensadores con pensamientos más modernos.
En la discusión quedó demostrado que el banquero está, como buena parte de la derecha global, paralizado en ideas de la guerra fría y de terror al socialismo, cuando en la práctica ese sistema aún no ha sido implantado tal como fue concebido. Estados Unidos nunca dio chance a ningún país latinoamericano o caribeño para el desarrollo y establecimiento de las ideas socialistas, ya que cercenó cualquier intento con sus políticas unilaterales de sanciones, bloqueos e intervenciones militares.
La discusión demostró que hay ahora mismo en Ecuador la contraposición de dos formas de entender el Estado, la economía, la sociedad, la moral, la política y la ética.
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Difícil fue para el banquero enfrentarse intelectualmente con Arauz, un economista que creció individualmente en las esferas de lo global, la innovación tecnológica y la crítica socioeconómica. Incluso, Lasso no pudo presentar siquiera, con convicción, ideas y programas de gobierno, al contrario de su rival, centrado en una política independentista y humanista.
“Andrés casi que vive en el futuro. Guillermo vive cómodamente en las ricas arcas (de Noé)”, afirmó la versión digital de El País.
Al menos esa fue la impresión que dejó en los ecuatorianos la querella radiotelevisiva: dos pensamientos, dos intereses, dos modelos de país.
Aun cuando los partidos derechistas han intentado atrasar la celebración del sufragio —con motivo de la COVID-19 o las semanas de incertidumbre por el segundo lugar entre Yaku Pérez y Lasso—, el Consejo Nacional Electoral advirtió que solo un evento imprevisto podría atrasar los comicios.
Hasta ahora todo indica que Arauz será el próximo presidente ecuatoriano. Si lo logra, será el dignatario más joven de esa nación meridiana del mundo, con 37 años recién cumplidos. Así lo indican las encuestas realizadas en las últimas semanas. Según la empresa Perfiles de Opinión, Arauz recibirá el 43,5 % de los votos, y Lasso el 23,75 %, aunque el número podría cambiar luego de la campaña electoral de la segunda vuelta en que, dicen varios medios de prensa, el candidato de la izquierda romperá cualquier pronóstico anticipado.
Perfiles aseguró que ganaría cómodamente, según los resultados obtenidos con 4056 personas en Pichincha, Guayas, Manabí, Azuay, Los Ríos, Tungurahua, una parte de la región Serra, Costa y Amazonía. El rango de edad de los sujetos comprendió de los 18 a 65 años, y eran indistintamente hombres y mujeres que votaron el 7 de febrero en la primera vuelta. Tiene el +-1,5 de margen de error.
Según el informe, un 25,74 % de los votantes escogió anular su decisión y un 7,37 % indicó votos en blanco.
Mientras, la empresa Ekos, aunque mantiene a Arauz como ganador con un 57 %, otorga a Lasso el 43,7 %. Son solo pronósticos.
En medio de la ansiedad colectiva que generan las elecciones, continúa el escándalo de la vacunación irregular contra el virus SarCov-2 en Ecuador, que le costó el puesto a otro ministro de Salud en el país andino. Hace unos días Rodolfo Farfán renunció a su puesto. Aunque dijo que su dimisión se debe a “motivos estrictamente personales”, ocurrió horas después que fuera divulgada parte de una lista de vacunados contra la COVID-19, la cual incluiría a empresarios y altos funcionarios del Gobierno, de manera privilegiada, en medio de una investigación de la Fiscalía al respecto.
Varios medios de prensa locales informaron que, desde enero pasado, cuando todavía no había comenzado la vacunación contra la pandemia en el país, con solo unas 8000 dosis destinadas sobre todo a personal de salud, fueron vacunados la esposa del presidente Moreno, Rocío González; el ministro de Defensa, Oswaldo Jarrín; la asesora del mandatario, Liz Giler; así como Fredy Miño, la persona encargada de ayudar con la silla de ruedas al paralítico dignatario.
También fue realizada una jornada de vacunación a 560 miembros del lujoso Club Rotario, en la zona exclusiva de la ciudad de Samborondón, provincia de Guayas.
Antes de todos estos escándalos hubo otros que llevaron a la renuncia del anterior ministro de Salud, Juan Carlos Zevallos, el pasado 26 de febrero. Un día después de su dimisión, Zeballos tomó un vuelo con destino a Miami, Estados Unidos.
El nuevo titular, Mauro Falconí, anunció que dio positivo para COVID-19, según informó este viernes 26 en su cuenta de Twitter.
La pandemia deja en Ecuador, hasta ese día, 321 429 contagios con prueba PCR, 16 632 personas fallecidas confirmadas y 4805 probables, al morir sin asistencia médica ante el colapso del sistema de salud. La población ecuatoriana asciende a 17 373 662 personas.
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