¿Tormenta amainada?

Anunciado el adelanto de las elecciones generales para el cercano 12 de diciembre, parecería que, por ahora, pasan a la categoría de “latente manzana de la discordia” los ríspidos enfrentamientos de los últimos meses entre el gobierno y el parlamento británico con relación a la salida del país de la Unión Europea.

De hecho, el primer ministro Boris Johnson no pudo cumplir su  intención de sacar abruptamente a Londres del pacto comunitario, y pese a su famosa frase de “primero muerto en una zanja” que posponer la separación más allá del pasado 31 de octubre, debió recoger pita y acomodarse a la decisión de los legisladores de alargar el plazo y remozar las tratativas con la UE.

 Johnson pidió perdón público a sus seguidores por no haber podido imponer su voluntad, y ya en un plano más electoral, según informó el rotativo londinense The Times, se inclinará (al menos verbalmente), más que por un divorcio sin mayores contemplaciones ni plazos, por una “materialización inmediata” en términos menos candentes de ser reelecto en diciembre como inquilino del número 10 de Downing Street. De esa manera el jefe de gobierno buscará ganar el apoyo de aquellos ciudadanos que, si bien apoyan el Brexit, no desean un retiro abrupto y riesgoso.

Y aprovechando la oportunidad pública el titular añadió que, como parte de su programa de una futura nueva administración, prevé planes sociales destinados al cuidado de los niños y al aumento del número de agentes policiales, entre otras medidas de corte social y de orden interno.

Del otro lado, el más cercano oponente al liderazgo de los Conservadores en la preferencia nacional, el Liberal, Jeremy Corbyn, ha insistido en la culpabilidad de Boris Johnson en la falta de aplicación del Brexit a partir de su tozudez por asumir una salida ríspida, y prometió que de ganar los comicios de diciembre su gobierno “lo resolverá todo en seis meses” mediante la negociación de un “acuerdo sensato” con la UE y la realización de un nuevo referendo nacional sobre el citado pacto, algo que el hoy primer ministro califica de absurdo.

Corbyn añadió textualmente que su administración confrontará a "unos pocos que dirigen un sistema corrupto", y que reconstruirá y nacionalizará servicios públicos, hará gratuitas las matrículas universitarias, y asumirá otras medidas para favorecer a la población.

Vale indicar que hasta ahora el Partido Conservador (de gobierno) lidera las encuestas de preferencia pública con 39 por ciento de la intención de voto, mientras los liberales acumulan 27 por ciento, aunque sus seguidores se han comprometido en hacer una  intensa campaña “puerta a puerta” para explicar sus objetivos políticos, económicos y sociales de manera de sumar sufragios.

Según los dirigentes liberales, las elecciones de diciembre “decidirán el futuro del país para las próximas generaciones, y constituyen la mejor oportunidad de elegir un gobierno que detenga el Brexit”.

Otro tema que también sobrevuela el panorama político británico es el derivado del independentismo en Escocia, toda vez que el el Partido Nacional Escocés, también en campaña electoral, confirmó su intención de no permitir la salida de ese territorio del espacio europeo, así como “poner fin a la década de austeridad financiera impuesta por los gobiernos conservadores, que ha afectado en particular a dicha región.

La agencia de noticias Prensa Latina dijo al respecto que, “según el vocero de los nacionalistas escoceses en la Cámara de los Comunes, Ian Blackford, esa organización tampoco abandonará sus sueños independentistas.”

Por otra parte, el anuncio de comicios generales moviliza además a otras fuerzas de menor porte, unas absolutamente europeístas y otras radicalmente inclinadas a un corte inmediato de los lazos con el Viejo Continente.

De manera que ojo…y tiempo al tiempo para seguir presenciando lides y asumir sus desenlaces.