El equipo juvenil cubano regresa del Campeonato Mundial Sub-18, efectuado en Taichung, Taipéi de China, con buenos resultados: la medalla de bronce, siete triunfos y solo dos fracasos, ante Estados Unidos y Japón, los finalistas del certamen.
La última presentación quizás haya sido una de las menos complicadas. En la fase semifinal, Cuba y Taipéi de China desarrollaron un tenso desafío, decidido en el final del noveno inning, por un imparable de Yusnier Díaz. Tres días más tarde, ambas selecciones chocaron por la discusión del tercer lugar y desde el primer capítulo la ofensiva cubana logró los batazos oportunos que permitieron el fácil triunfo, 6 carreras por 1.
Con dos outs y Julio Martínez en segunda, Víctor Víctor Mesa—ubicado como cuarto bate— conectó imparable al jardín izquierdo que impulsó la primera anotación. Luego, Mesa robó la segunda base y desde allí entró sin problemas por jit de Luis Robert quien también pudo anotar, gracias a un error en tiro del receptor Lin. Esas tres carreras fueron decisivas.
El director Luis Cuba colocó en el montículo a Rubén Hernández, un lanzador derecho que había trabajado muy bien en el Mundial; sin embargo, esta vez no pudo dominar a los locales que marcaron una en el segundo inning y amenazaron en el tercero, por lo que entró como relevista Vladimir Gutiérrez. Ahí terminaron las complicaciones, pues Gutiérrez estuvo en una tarde brillante y en seis entradas y un tercio permitió un jit, con siete ponches y concedió dos bases por bolas.
La ofensiva cubana volvió a responder. En el cierre del segundo capítulo, Díaz abrió con doble y le siguió un jit impulsador de Orlando Roas que colocó el marcador 4-1. Después, en el cuarto inning, un triple de Moisés Esquerre, con dos hombres en circulación, impulsó las últimas dos anotaciones.
Individualmente, Yohan Moncada, el talentoso defensor de la segunda base de Cienfuegos, fue el mejor bateador cubano en el torneo, pues en 28 turnos oficiales logró 11 imparables, para un promedio de 393; mientras, Martínez terminó como el máximo impulsador con 8; además, conectó el único cuadrangular de la selección.
En el cuerpo de lanzadores resaltó el trabajo del zurdo Ariel Díaz: ganó un partido y en 14,2 innings solo permitió una carrera, con 11 ponches. Arbelio Quiroz obtuvo dos victorias y Aldo Conrado fue el más trabajador, porque actuó en cinco de los nueve desafíos.
Estados Unidos retuvo la corona mundial, al derrotar a Japón en un cerradísimo partido que concluyó tres carreras por dos. El abridor norteño Brady Aiken propinó 10 ponches, en siete entradas y su equipo lo apoyó con anotaciones consecutivas en el quinto, sexto y séptimo inning.
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