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sábado, 23 de noviembre de 2024

Periodismo y consenso

El periodismo de alguna manera es un arte de decir que no aguarda por nuestra morosidad…

Mauricio Escuela Orozco en Exclusivo 14/03/2024
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Si bien el periodismo en Cuba ha enfrentado desafíos y críticas, sigue siendo un pilar fundamental en la construcción de una sociedad informada y participativa.

Hoy es más necesaria la prensa que nunca. Aunque el paradigma unilateral de los viejos modelos de medios haya caído, nosotros los comunicadores hemos visto como las redes sociales han hecho que se multipliquen matrices y distorsiones que hablan del imperativo de un periodista que no solo informe, sino que posea la capacidad de pensar y de establecer desde su postura un punto de vista guiado por los principios. Lo que ha traído internet a nuestras vidas no solo es la inmediatez de la noticia, sino lo vital de que sea contrastada, investigada, puesta en crisis. Y sin el profesionalismo de los que estudian y se consagran a esta carrera, difícilmente se podrá salir de los círculos infernales que surgen como hongos tras la tormenta. Me refiero no solo a la prensa extranjera o a determinados grupos de poder mediáticos que sabemos que han hecho del mercado de la información –y por ende de la desinformación– la clave para sostener su negocio. Hay que abordar esta crisis en el ámbito doméstico y darle las posibles variables de soluciones que más se avengan con cada contexto.

El periodismo cubano tuvo mejores tiempos, se hacía de acorde con un grupo de valores que pertenecen a una generación y a un entendimiento de la verdad que han caducado. Lo que hoy tenemos no es otra cosa que el necesario reacomodo de las rutinas de producción y de las lógicas que jerarquizan los contenidos y les otorgan un sitio en ese universo abarcador del consumo.

Hoy, los medios nacionales poseen el hándicap de no ser competitivos, de no atreverse a una dinámica otra del tratamiento, a no asumir con la seriedad en todos los casos aquello que pertenece y que está legitimado por la agenda pública. Los periódicos requieren de columnas que no solo nos lancen una visión amable de la vida, sino que posean un poder de visceralidad y de deseos de cambio que logre movilizar la conciencia ciudadana.

Estamos en tiempos en los cuales nada queda detenido, ni oculto, en los que además cada elemento puede detentar hondas repercusiones y resonancias acordes con el contenido trabajado. Los medios cubanos, que tienen que mundializarse, no van a funcionar hasta que no se adentren en la lógica de una globalización que resulta ineludible y con cuyos presupuestos hay que trabajar, si se quiere una preservación de lo que somos, de las identidades, de la soberanía de los valores en todo sentido.

En este juego está en medio del debate otra cuestión trascendente: la de la credibilidad. Un concepto que no es una abstracción, sino que posee existencia concreta. El periodismo trabaja con elementos que conforman el entramado de lo que el ser humano vive en su imaginario colectivo. La prensa es una institución que no está por fuera de lo consensos, sino que los genera, los comparte o los rehace. Su poder está dado precisamente por la enorme masividad de los mensajes, su impacto y por la transformación de conciencias que de ello deriva.

¿Tenemos en cuenta la seriedad de estos aspectos a la hora de trazar estrategias de comunicación o de evaluar? En la sociedad cubana existe improvisación en muchos sectores, pero uno de los que lo ha hecho con peores resultados es precisamente el de los medios de prensa. La desprofesionalización, la crisis de personal capacitado, el acceso a actualización, la horizontalidad en la construcción de sinergias gremiales; son algunas de las cosas que hay que seguir muy de cerca en el debate.

Los periódicos, revistas, emisoras y agencias cubanas deben poseer la voluntad de transformación que nos ha faltado por años para saltarse sus propias barreras y construir mensajes más efectivos que no solo satisfagan las necesidades de los públicos, sino que fortalezcan la credibilidad a todos los entornos sociales. De eso se trata.

Cuba posee paradigmas en la historia de su periodismo que difícilmente dejarán de estar ahí para quienes se interesen en la construcción de una realidad otra de esta carrera. La presencia de José Martí no solo es un puntal profesional, sino ético y remarca el impulso vital por salirnos de la mediocridad y darle un vuelco a lo que posee en potencia toda la posibilidad de este mundo. Pero es en el factor humano en el cual nos toca mayor trabajo, es en la cultura y la formación donde hemos estado carentes de elementos que reajusten cuentas con las ineficiencias del sector. No solo porque el periodista no se resume en un simple informador, sino porque en su cualidad de influyente no se le ha dado todo el poder y la posibilidad real.

Los días en los cuales se recuerda la aparición del periódico Patria y se celebra la prensa cubana no deberían ser solo para entregar premios y reconocimientos. Hay que ser valientes y decir en qué no lo hemos hecho bien, en qué nos falta y cómo podemos cambiar esa realidad. No se le puede temer a una confrontación con lo que nos toca muy de cerca y que define las rutinas y la calidad de los materiales. El periodismo de alguna manera es un arte de decir que no aguarda por nuestra morosidad. Hay que darle el merecido sitio en el proceso de conformación de las conciencias nacionales y de construcción de un país. A eso se le llama realmente interés por el consenso.

 


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Mauricio Escuela Orozco

Periodista de profesión, escritor por instinto, defensor de la cultura por vocación

Se han publicado 1 comentarios


HUGO
 14/3/24 14:32

ES FRECUENTE CUANDO COMO HOY, SE CONMEMORA EL DIA DEL PERIODISMO, O CUANDO, SE REALIZA UN CONGRESO DE LA UPEC, HACER REFERENCIAS A QUE LE FALTA A LA PRENSA CUBANA. LOS LECTORES COMO YO, PERSONAS COMUNES Y QUE APOYAMOS ESTE PROCESO, SABEMOS QUE EN DEFINITIVA, NO VA A PODER SER CRÍTICA, NUESTRA PRENSA PORQUE NO GUSTA QUE NOS CRITIQUEMOS, NO NOS GUSTA LA CRITICA, NI EN LA CULTURA. Y ESO NOS AFECTA A NOSOTROS COMO PAÍS EN PRIMER LUGAR PORQUE CREEMS QUE ESTAMOS BIEN, EL PERIODISMO TELEVISIVO ES CASI FATAL, PORQUE SOLO VE LA PAJA EN EL OJO AJENO. CARECEMOS DE REPORTEROS EN LA CALLE, POR TANTO NO DAMOS COBERTURA. SE VUELVE UN PERIODISMO DESCRIPTIVO DE CUENTO FELIZ. EXTRAÑAMOS A LA PERIODISTA ENTRE OTRAS CRISTINA ESCOBAR, QUE TRATEN TEMAS NACIONALES, O A L ADOCTOTA ANA TERESA BADÍA , SOLO EN RADIO REBELDE. YA LAZARITO APENAS VA ALA CALLE. CARENCIA DE COMBUSTIBLE? REVISEMONOS!

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