“El Partido Revolucionario Cubano no se propone perpetuar en la República Cubana, con formas nuevas o con alteraciones más aparentes que esenciales, el espíritu autoritario y la composición burocrática de la colonia, sino fundar en el ejercicio franco y cordial de las capacidades legítimas del hombre, un pueblo nuevo y de sincera democracia, capaz de vencer, por el orden del trabajo real y el equilibrio de las fuerzas sociales, los peligros de la libertad repentina en una sociedad compuesta para la esclavitud” dijo José Martí en enero de 1892 cuando dio a conocer, en los clubes revolucionarios de Cayo Hueso y de Tampa, las Bases y Estatutos Secretos de lo que más tarde se convertiría en el Partido Revolucionario Cubano (PRC).
El primer trimestre de ese año devino nido de acción, Martí fue unificando criterios y ganando apoyo para crear el PRC, organización que marcó criterios sobre la independencia de la nación.
En las páginas del periódico Patria surgido en marzo del mismo año, el apóstol escribió: “El es, de espontáneo nacimiento, la grande obra pública. Es, sin más mano personal que la que echa el hierro hirviente al molde, la revelación de cuanto tiene de sagaz y generosa el alma cubana”. Fue entonces cuando el 10 de abril de 1892 nace el Partido Revolucionario Cubano, con José Martí como delegado, hace ya 120 años.
Los antecedentes históricos del Partido Comunista de Cuba están en el Partido Revolucionario Cubano fundado por Martí el 10 de marzo de 1892. En el Periódico Patria, órgano oficial de este partido, publica en su primer número fechado el día 14 de marzo del mismo año las “Bases del Partido Revolucionario Cubano”. Sumado al impacto que produjo la difusión de las ideas socialistas sembradas por el Primer Partido Comunista de Cuba (marxista-leninista) creado por el maestro canario José M. Pérez, el veterano Carlos Baliño y el joven Julio A. Mella en 1925, quien rescata el ideario martiano en su ensayo Glosas al pensamiento de José Martí; lo que legitima la existencia de un solo Partido en las condiciones concretas de Cuba. Es el Partido garante de la unidad de todos los revolucionarios y patriotas en torno a los principios y a la defensa de la Revolución, de la independencia nacional y del derecho a existir como nación.
Según el editorial publicado este martes en el diario Granma, el Partido Revolucionario Cubano no era un conglomerado de elementos dispersos, de individuos ligados espontáneamente a un partido —al viejo estilo—, sino un conjunto de organizaciones que se nucleaban para la lucha revolucionaria en torno a un amplio y profundo programa político, expuesto en sus Bases, y que acataban y cumplían los lineamientos internos y principios organizativos del partido, contenidos en sus Estatutos Secretos.
El análisis hecho por Martí de las circunstancias, particularidades y condiciones de la época, su estudio profundo de los factores internos y externos que confluían en aquel momento, le permitieron concebir el programa político por el que había que luchar. En él se recogían los tres aspectos básicos a resolver entonces: la independencia de Cuba y Puerto Rico de la metrópoli española, la lucha contra el enemigo imperialista y la instauración en nuestra Patria de una república “laboriosa y justiciera”, publica Granma.
Así ha dicho Fidel: “Como el Partido Revolucionario Cubano de la independencia, hoy dirige nuestro Partido la Revolución” y enarbolamos como una de sus consignas aquel pensamiento de Martí que dice “¡Bello es ver a un partido de revolución, que quiere seguir la obra radical de los padres y criar raíces nuevas!”.
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