Los restos óseos de Crescencio Nicomedes Galañena Hernández, diplomático cubano desaparecido el nueve de agosto de 1976, fueron encontrados por un grupo de niños en Argentina.
Fuentes judiciales confirmaron al sitio digital Página/12 que los restos, hallados el once de junio pasado en un barril de metal oxidado, frente al aeródromo de San Fernando, y posteriormente analizados, tienen el 99,99 por ciento de probabilidades de ser los del diplomático cubano.
Galañena Hernández y Jesús Cejas Arias, funcionarios acreditados en la embajada cubana en Buenos Aires, fueron secuestrados por golpistas argentinos, a pocas cuadras de la sede diplomática y conducidos a Automotores Orletti, un taller de mecánica convertido en prisión secreta.
En 2011, a 35 años del suceso, el periódico Granma reseñó que documentos y actores históricos aseguran que en los interrogatorios participó la DINA, policía secreta del dictador Augusto Pinochet, el agente de la CIA Michael Townley y el cubano-estadounidense Guillermo Novo Sampoll, socio de fechorías de Luis Posada Carriles.
Como resultado de las investigaciones realizadas posteriormente, se conoció que los jóvenes fueron torturados con extrema violencia hasta ser asesinados, sin que sus captores lograran obtener información alguna.
Sus cuerpos fueron introducidos en depósitos de lubricantes, mezclados con cemento y cal, y lanzados en un lugar por entonces desconocido.
No es la primera vez que se encuentran barriles con restos de víctimas torturadas en Orletti, centro sede en Buenos Aires del Plan Cóndor, sistema represivo coordinado entre la CIA y las dictaduras militares que gobernaron el cono sur americano fundamentalmente en la década de los años 70.
En 1976 fueron hallados siete recipientes de ese mismo tipo que contenían cadáveres y cemento.
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