//

domingo, 17 de noviembre de 2024

Mano a mano (+Infografía)

A escasos cien días de las elecciones, Obama y Romney aparecen empatados en sus aspiraciones presidenciales...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 09/08/2012
0 comentarios
Obama elecciones
Obama no ha sido capaz de sacar clara ventaja.

Unos hablan del impulso logrado por Mitt Romney en los últimos tiempos. Otros aducen que Barack Obama está siendo desgastado por la crisis económica.

Terceros, sin embargo, parecen más acertados cuando aseveran que la sonada indecisión y no la simpatía parecen la causa de guarismos parejos.

Lo cierto es que recientes encuestas, como la de la agencia Gallup, por ejemplo, brindan 46 por ciento de intención de voto a cada uno de los aspirantes a la Casa Blanca, cuando apenas restan tres meses para los comicios.

Es decir, ni Obama ni Romney han sido capaces hasta ahora de sacar clara ventaja.

Y sabiendo que es la economía hasta ahora el pivote sobre el que está girando el espectro electoral norteamericano, no es raro lo que viene sucediendo en torno a las disquisiciones y preferencias de aquellos que tienen pensado acudir a las urnas en los Estados Unidos.

Obama ha perdido terreno, es cierto. Según los datos más frescos, el desempleo general persiste sobre nueve por ciento entre la población norteamericana económicamente activa, y el índice de crecimiento del producto interno bruto entre abril y junio fue de apenas 1,5 por ciento, por debajo de las ya alicaídas cifras precedentes.

Y son esos números los que una y otra vez utiliza el aspirante republicano al valorar el desempeño del actual gobierno, sin mencionar, desde luego, que el origen de la debacle actual se estuvo cocinando durante los ocho años del desastroso desempeño de otro republicano, George W. Bush.

Obama, eso sí, ha pecado de seguir la tradicional rueda de “presidente del sistema” y decidió apostar por el apoyo masivo a los especuladores y magnates antes que a los ciudadanos de a pie, más allá de sus discursos de aires pretendidamente renovadores.

Sin embargo, entre la gente común flota la inevitable interrogante de si Mitt Romney, integrante el mismo de esa claque monopolista, hablará en serio cuando se autopropone como sanador nacional frente al caos.

De hecho, sus oponentes demócratas no cesan de agitar el errático desempeño de Romney al frente de la firma Bain Capital, período en el que esa empresa ejecutó elevadas tasas de despido y el masivo envío de capitales al exterior en busca de fuerza de trabajo barata en detrimento de los empleos locales, entre otras marañas.

En consecuencia, la “división de honores” que se viene perfilando se puede explicar perfectamente a partir de que ni uno ni otro inspirante acumula aún la suficiente confianza popular como político capaz de enderezar el carro económico y poner coto a las angustias existenciales que marcan la rutina diaria de una enorme cantidad de norteamericanos.

Como alguien ya dijo una vez, se trata de dos figurillas con neto sello elitista, solo que con discursos públicos diferentes. Por lo demás, y vale reiterarlo, defender a los pretendidos “pilares del sistema” es un inviolable asunto bipartidista.


Compartir

Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista


Deja tu comentario

Condición de protección de datos