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domingo, 24 de noviembre de 2024

Obama… Give me five for love!

En el momento que lee estas palabras todos los calendarios anuncian la llegada de un nuevo día cinco, el día especial de Los Cinco, de René, Gerardo, Antonio, Ramón y Fernando...

Sheyla Valladares Quevedo en Exclusivo 03/02/2012
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En el momento que lee estas palabras todos los calendarios anuncian la llegada de un nuevo día cinco, el día especial de Los Cinco, de René, Gerardo, Antonio, Ramón y Fernando.

Desde que amaneció en cualquier lugar del mundo decenas de hombres y mujeres están participando en la acción colectiva de cada día cinco, por los cinco cubanos antiterroristas presos en Estados Unidos. Seguramente todos han coincidido por esa magia de trasmisión que tienen los buenos sentimientos, en que si es el quinto día de febrero, mes del amor por antonomasia, se impone entregar en cada uno de los mensajes todo el amor posible.

Si todavía no forma parte de esta ola de solidaridad, en la que cada uno de nosotros puede ser una nueva racha de viento, le invito:

“… desde cualquier lugar donde se encuentre, envíe un correo electrónico, un fax o llame por teléfono al Presidente Obama para exigirle que inmediatamente ponga en libertad a Gerardo, Ramón, Antonio y Fernando y que permita a René regresar a Cuba junto a su esposa e hijas.

“El Presidente Obama sabe que los Cinco son inocentes. Se lo han dicho intelectuales, religiosos, sindicalistas, estudiantes, actores y artistas, parlamentarios, premios Nobel y miles de personas honestas de todas partes del mundo. El puede y debe poner fin a 13 años de injusticia. Solo así podrá ganarse el respeto de la comunidad internacional que está esperando su gesto humanitario que permita el inmediato regreso de los Cinco a Cuba, junto a sus familiares y su pueblo.”

LA VIDA ERA UNA, Y SIENDO UNA ERA NINGUNA

Aunque en el caso de Los Cinco, el reclamo de justicia tiene que convertirse en algo de cada día, cada mes, todo el año. Por ser febrero, por la significación que este mes tiene para muchos seres humanos, no podemos continuar aceptando impasiblemente que el amor que Los Cinco fundaron, con sus madres, sus esposas, sus hijos, continúe siendo atropellado.

Eduardo Galeano nos da la clave en Espejos su más reciente libro. Nos cuenta: “La vida, sin nombre, sin memoria, estaba sola. Tenía manos, pero no tenía a quién tocar. Tenía boca, pero no tenía con quién hablar. La vida era una, y siendo una era ninguna. /Entonces el deseo disparó su arco. Y la flecha del deseo partió la vida al medio, y la vida fue dos. / Los dos se encontraron y se rieron. Les daba risa verse, y tocarse también.”

Después de trece años las vidas de Adriana, Olguita, Elizabeth, Rosa Aurora, las esposas y de Mirta, Magali e Irma, las madres, están incompletas. Hay un vacío que ninguna de ellas puede llenar, porque faltan los hijos y los esposos para abrazar, para conversar, para besar, para ayudar a construir la vida con su presencia.

Obama tiene en sus manos las llaves de cada una de las puertas de las celdas de Antonio, Gerardo, Fernando y Ramón, y del retorno definitivo e inmediato de René, junto a sus hermanos a la Patria. Él también es esposo y padre. Sabe que la posibilidad de brindar amor en libertad, a quien se ama, es de los derechos inalienables que tiene el ser humano. Más cuando lo único de lo que son culpables estos cinco cubanos es de amar a su país y a su gente, por encima de todas la cosas.

Y el amor puede mover montañas. Cada quién sabe la montaña propia que ha movido en su nombre. Por eso este cinco de febrero y los venideros días que quedan por vivir, hasta tanto esos cinco hombres no estén nuevamente en Cuba, hay que continuar exigiéndole al presidente norteamericano que nos los devuelva.

Sus mujeres —madres y esposas- no pueden continuar llenando la ausencia, con pequeños encuentros entre rejas, cada uno más doloroso que el anterior; o valiéndose de recuerdos que corren el riesgo de desdibujarse, como es el caso de Adriana y Olga, quienes no pueden ir a los Estados Unidos para encontrarse con los hombres que eligieron como compañeros en la vida.

El 2012 inició con una nueva campaña internacional de envío de tarjetas y carteles al presidente Obama. En el cartel se puede leer: Obama…Give me five! Por todo lo escrito anteriormente me atrevería a hacerle una pequeña adición. Mi mensaje personal al inquilino de la Casa Blanca este cinco de febrero y todos los cinco del año será: Obama… Give me five for love! Le daría la oportunidad de demostrar que no sólo es un hombre que saber hacer la guerra, sino que también puede dar amor. 


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Sheyla Valladares Quevedo

Escribidora, a saber: periodista, narradora, poeta. "Tengo especial fascinación por cazar palabras al vuelo cuando sueño que estoy despierta".


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