Hace poco publicamos un post titulado ¿Quién le tiene miedo al pueblo? en el que abordábamos los temores de la Administración norteamericana y la ultraderecha de Miami por el contacto de los ciudadanos estadounidenses con los habitantes de Cuba.
Ahora es un editorial del The Washington Post el que se interroga por el miedo de quienes deciden en la política hacia Cuba a partir de la negativa de visas a varios académicos cubanos que debían participar en el XXX Congreso de la Asociación de Estudios Latinoamericanos (LASA) en la ciudad de San Francisco.
“¿Se siente amenazado Estados Unidos por Milagros Martínez, vicerrectora de la Universidad de La Habana, quien no ha dejado de abogar por intercambios académicos con universidades estadounidenses? ¿O por Soraya Castro Mariño, una valiosa especialista en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos? ¿O por Rafael Hernández, un erudito que ha enseñado en las universidades de Harvard y Columbia?”, se interroga el Post.
En cuanto a la presencia en LASA, de Mariela Castro, directora del Centro Nacional de Educación Sexual de Cuba (CENESEX), que ha motivado ataques de políticos de La Florida y del candidato republicano Mitt Romney, The Washington Post pregunta: “¿a qué viene la protesta absurda de los políticos cubanoamericanos, incluyendo miembros del Congreso, para cuestionar la visa otorgada a Mariela Castro, hija del presidente cubano Raúl Castro y defensora de los derechos de los homosexuales y transexuales? ¿Qué es lo que provoca en ellos tanto miedo?”
La respuesta, que el influyente periódico norteamericano no da es muy sencilla: temen que las personas en Estados Unidos reciban una información que vaya más allá de lo que el periodista Tracey Eaton describió suavemente al decir que “los medios de comunicación de los EE.UU. dan una visión incompleta de Cuba”. Por cierto, entre esos medios de comunicación está el mismísimo The Washington Post.
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