Medir la calidad con eficiencia: reto de la Educación Superior

Formar los profesionales que el país necesita, en las especialidades que son más necesarias, así como que nuestra ciencia se logre aplicar y promueva el desarrollo local y nacional, está entre las principales prioridades de nuestro trabajo, afirmó Rodolfo Alarcón Ortiz, Ministro de Educación Superior.

En declaraciones exclusivas para Cubahora, el titular significó que es preciso sembrar en los jóvenes la conciencia de que, “quien no se emplea a fondo en los estudios, no será exitoso en la universidad”.

Tenemos resultados deficientes en cuanto a promoción y eficiencia en la Educación Superior, destacó, por ello es imprescindible que nuestros alumnos interioricen que lo fundamental es aplicarse, y eso tiene que ser desde el primer día que llegan a la universidad.

En este sentido puntualizó que no puede culparse solamente a los estudiantes, es una responsabilidad también de la institución, que no siempre es capaz de cambiar los conceptos equivocados, los hábitos de estudios deficientes, herencia de enseñanzas precedentes.

“Aunque a veces los jóvenes creen que la institución tiene más responsabilidad para que ellos promuevan que la real, acotó, mientras motivación y dedicación al estudio faltan por parte de la masa estudiantil.

“No hay nada más importante para un estudiante universitario, para aprender y poder egresar lo mejor preparado posible, que estudiar con ahínco y estamos lejos de lograrlo.

“Para formar ese profesional competente al que aspiramos debemos en primer lugar fortalecer el compromiso de los estudiantes con su universidad y con la Revolución, para que puedan cumplir con sus deberes y participen en la vida de la universidad y del país”.

El titular destacó también entre las áreas fundamentales de trabajo de la Educación Superior la calidad del claustro de profesores: “que debe tener una formación cultural amplia, pero sobre todo estar preparado políticamente, con argumentos sólidos, para defender las proyecciones de la Revolución.

“Una universidad vale lo que vale su claustro, afirmó, por ello no solo deben tener excelente preparación académica, sino también político-ideológica, campo fundamental para poder tener educadores de verdad”.

Como un área novedosa del trabajo del Ministerio calificó Alarcón todo lo referente al impacto económico y social de la Educación Superior. “Y nada de esto podemos lograrlo sin la gestión de la universidad, que es un objetivo clave pues si ello no podremos obtener los resultados a que aspiramos”

Con respecto a la calidad de la enseñanza universitaria el Ministro destacó que se aspira a lograr la más alta en todos los tipos de cursos y escenarios.

En este sentido puntualizó que ese es un tema infinito. “Siempre se puede mejorar y ese sentido de superación tiene que estar en el centro del trabajo de la Educación Superior, añadió.

“Es un concepto que tiene que estar incorporado a la comunidad universitaria. Hay que conquistarlo todos los días y nunca se llega a una calidad absoluta. Es un esfuerzo que pasa por todos los niveles”.

Al referirse a las Sedes Universitarias Municipales Alarcón dijo que en un momento se tuvo algunas dudas en la población, quizás con razón en algunos casos, con respecto a la calidad de los graduados.

“Es cierto que hubo fisuras, y comenzamos un programa de reordenamiento hace tres años para superarlas. Aunque esas fracturas en la calidad no afectaron nunca la competencia del graduado, porque la sede central es la que pone y califica las evaluaciones, la que ejecuta los ejercicios de culminación de estudios. Es la misma exigencia.

“Por ello podemos decir alto y claro que el graduado en cualquier lugar cumple los mismos requisitos. La calidad es una sola, la que dicen los programa y el plan. Otra cosa es la eficiencia, que si bien en las universidades es del 50 por ciento, en los municipios no llega a un 30 por ciento.

“El que apruebe es tan profesional como el que termina sus estudios en la sede central, argumentó, y aunque nos falta muchísimo aún, los resultados son prometedores”.

Por último el Ministro destacó que en Educación Superior hay que pensar en términos de impacto. “Aunque los resultados en pregrado, postgrado e investigación son buenos, si no tienen un impacto social o económico verdadero no podemos medir nuestra eficiencia”.