Sin motivos para los estigmas

No es secreto para nadie que los jóvenes con problemas de salud mental son con frecuencia marginados y estigmatizados; por eso, la Organización de Naciones Unidas propone en el Día de la Juventud, asegurarse de que la gente joven con problemas mentales pueda disfrutar de una vida plena y saludable, sin sufrir aislamiento y vergüenza, y solicitar abiertamente la ayuda y el apoyo que necesitan.

En algunas sociedades la vida de las jóvenes con trastornos mentales es dura en extremo debido a la marginalización económica, social, la estigmatización, la ausencia de protección legal contra el trato incorrecto y abusivo que estos reciben; en muchas ocasiones son internados involuntariamente en instituciones que no cumplen las más mínimas condiciones de vida humana, y privados de cuidados médicos.

En nuestro país, la enfermedad mental más habitual en la adolescencia, según la doctora María de los Ángeles González, miembro del Grupo Nacional de Psiquiatría Infantil y Adolescente, es la depresión. Según la doctora, el concepto de depresión es algo incierto y puede definirse como el carácter rector del hundimiento del estado de ánimo. Se caracteriza por sentimientos de tristeza o infelicidad que oscilan de un estado transitorio hasta un trastorno mental específico, el cual se acompaña de cambios o modificaciones en el humor, relaciones sociales y funcionamiento corporal. En los adolescente, se observa más nitidez en la sensación de tristeza, se aprecian con mayor frecuencia las conductas autodestructivas, alteraciones de las relaciones sociales, abuso del alcohol u otras sustancias psicoactivas como el hábito de fumar, trastornos del sueño. También es muy frecuente el deterioro de los rendimientos escolares y la ausencia a la escuela.

Los jóvenes con problemas de salud mental en Cuba siempre han tenido prioridad: la educación especializada y los centros de atención a jóvenes con trastornos, son solo dos ejemplos de lo realizado por el Estado Cubano. A través de diferentes programas como “Buscando mi Espacio” y el Plan de Acción Nacional para la Atención de las Personas con Discapacidad, también se ha incluido temas como la educación sexual de estos jóvenes, lo cual les permite un disfrute más pleno de su vida.

Además, en nuestro país existen una serie de documentos que rigen el trato hacia las personas que padecen estas dolencias, como el Código de Ética de la Psiquiatría Cubana, los Derechos del paciente mental en Cuba y el Proyecto de Ley de Salud Mental, el cual se sustenta en el principio constitucional de que la salud es un derecho del pueblo. También es válido señalar la importancia de los Centros Comunitarios de Salud Mental (CCSM), que se han extendido por todo el territorio nacional y conforman un modelo que evalúa al ser humano desde la óptica bio-psico-social, integrando acciones concretas con sus perfiles clínico, epidemiológico y social.

Quizás la depresión sea el trastorno mental de los jóvenes más complicado de combatir, pero en otros casos, nuestro país ha tomado medidas para asegurar que los jóvenes con otro tipo de afecciones mentales que afectan el aprendizaje no se sientan marginados. Los jóvenes con retraso mental son atendidos a través de diferentes modalidades, como diferentes clases de Escuelas Especiales y Escuelas de Oficio, las cuales trabajan para lograr el desarrollo máximo de las potencialidades de las personas que sufren estas afecciones y tienen como fin contribuir a su formación para integrarse a la sociedad.

Existen formas graves y severas de retraso mental, pero en los casos moderados y con buena salud psíquica, se lucha por lograr la independencia de estos cuando sean adultos, y que sean poseedores de un oficio y además sean capaces de administrar su propio hogar. Al cumplir los 18,  estas personas egresan y van a adiestrarse durante tres años en el centro de trabajo bajo la supervisión de un tutor y un maestro de la escuela que le hace el seguimiento quincenal o mensual.

Nuestro país no excluye a las personas con problemas mentales, entre ellos, los jóvenes, sino que desarrolla numerosos programas para lograr que estos tenga una vida plena, lo cual nos coloca no solo como una de las naciones que trabajan con vistas a cumplir los objetivos del Milenio, sino que se preocupa por todos los integrantes de su sociedad.