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domingo, 24 de noviembre de 2024

¿CR7 vs Coca Cola? o Meme no come a meme (+Video)

La red de influencias de Cristiano Ronaldo, ese poder de convertir sus propios gustos en tendencias, es tan producto del capitalismo como el deporte profesional y la marca Coca Cola…

José Ángel Téllez Villalón
en Exclusivo 25/06/2021
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Meme-CR7-Coca Cola
Cristiano Ronaldo retiró las dos botellas de Coca-Cola en Hungría, 15:45 horas, ya hacía 15 minutos que había abierto Wall Street, en New York, con tendencia a la baja para las acciones de la compañía de refrescos. (Tomada de co.marca.com).

Se inundaron las redes de memes. Parecía que la rebelión de un influencer, el más grande todos, podría tumbar a una supermarca como Coca-Cola. Los trabajadores orgánicos del capitalismo hicieron su trabajo, con titulares como: “La pérdida de US$4000 millones en bolsa de Coca-Cola después de que Cristiano Ronaldo apartara dos botellas”. A la larga, el gesto del marcosaurio portugués y su repercusión mediática no hicieron más que confirmar los memes culturales que sostienen la trama neoliberal y, con ello, el poder, también simbólico, de las élites imperialistas.

Fue un movimiento breve de la estrella de fútbol, a punto de comenzar una rueda de prensa en Budapest, previa al partido entre Portugal y Hungría, del grupo F de la Eurocopa. Ya seguro de que las cámaras apuntaban su rostro, muy serio, retiró del lugar privilegiado donde fueron colocadas dos botellas de la famosa gaseosa. “Agua”, dijo, agitando la botella que tenía en la mano, “No Coca-Cola”.

Daba la impresión de que esta celebridad, cotizada en 500 millones de dólares, era enemigo de las bebidas azucaradas. Que hacía precipitar la vieja contradicción, diluida en el océano de la publicidad, de que algunas de las marcas patrocinadoras del deporte venden productos que afectan la salud. Sin embargo, varios usuarios de redes sociales recordaron su aviso publicitario para Coca-Cola, con motivo del Mundial de Japón, donde no solo se le veía bebiendo un par de sorbos del refresco, sino que su imagen aparecía estampada en una de las latas de la marca.

Nadie contabilizó los millones de jóvenes, teniendo en cuenta los seguidores de “El Bicho”, que lanzaron a la basura las latas y botellas de Coca-Cola que tenían en casa, los que gritaron enardecidos: “¡Ni Una Más!”, “¡No pasaran!”, “¡Nunca más, de mi mirada a mi barriga!”, “¡Resistiré la tentación, Amén!”.

Más a la mano de los especialistas de la infoestimulación, a unos pocos clics, estaban los índices de la bolsa. “¡Eureka!”, exclamaron, pocos minutos después de que registraran el comentario del influencer y delantero de la Juventus, al descubrir que las acciones de Coca-Cola se venían abajo. Tenían los titulares perfectos para surfear sobre los memes de internet que ya se hacían virales, para pescar más clics y más ganancias por publicidad.

Ciertamente, las acciones de la trasnacional pasaron de US$56,10 a US$55,22, una caída del 1,6 %, casi US$4000 millones menos. Pero lo que era plausible, relacionable como causa y efecto, pasó a ser un hecho, se hizo postverdad. Lo real, por debajo del fenómeno viral que se montó en las redes sociales, es que cuando Cristiano Ronaldo retiró las dos botellas de Coca-Cola en Hungría, 15:45 horas, ya hacía 15 minutos que había abierto Wall Street, en Nueva York, con tendencia a la baja para las acciones de la compañía de refrescos.

“Obviamente, la narrativa más atractiva sería relacionar la caída de las acciones de Coca-Cola con el gesto de Ronaldo, sin embargo, en realidad parece que la presión de venta estaba relacionada con el hecho de que las acciones salieran del dividendo el mismo día. Un descenso del valor de las acciones en estas condiciones es totalmente normal”, explicó el analista de Investing Jesse Cohen.

Como se informó luego, pero sin la viralidad de las primeras noticias, el gesto del influencer coincidió con el primer día en el que se descontó el dividendo de 0,42 dólares que Coca-Cola pagará a sus accionistas el próximo 1 de julio. Este dinero debe restarse del precio porque ya no pertenece a la empresa sino a los accionistas. Si se tiene en cuenta esta cifra sus títulos solo se contrajeron un 0,34 %, o lo que es lo mismo, 0,19 dólares. Lo mismo había pasado el 12 de marzo de 2021, cuando la caída fue de un 0,2 %, muy similar, y por la misma causa, el descuento de un dividendo de 0,42 dólares. La revista Forbes, además de estos pagos de dividendos, sumó como causa la creciente inflación que se vive en los Estados Unidos.

Las acciones de Coca-Cola siguieron cayendo en los días posteriores, un 0,25 % el martes y un 1,34 % el miércoles; pérdidas muy pequeñas frente al tamaño bursátil de la compañía estadounidense. Fueron movimientos de precios en el corto plazo que no necesariamente cambian su valor en el largo plazo. En cierta medida, por la diversificación de sus ofertas, pues como salió a aclarar la propia Unión de Federaciones Europeas de Fútbol (UEFA), durante las ruedas de prensa también se les ofrece a los jugadores y entrenadores bebidas que no contienen azúcar, además de agua embotellada por Coca-Cola.

Estos datos y noticias no hacían más que engordar la narrativa más emotiva y distractiva, que dejaron correr como una bola de nieve, para reforzar ciertos memeplexes, unidades culturales más complejas que los memes, según Richard Dawkins, y que igual se replican y propagan. Algunos, para inocularse en el sentido común y fragmentarlo, como este de que cualquiera puede ser famoso, tambalear el mercado con un tuit y ser influencer como Cristiano; un millonario que no explota a otros, un trabajador “raro” que vende muy caro su fuerza de trabajo; un “rentista del cuerpo”—como ha fundamentado Jon E. Illescas— que deviene en fetiche para hipnotizar a millones con el sueño de “merecer” ser como él.

Como aquellos otros que se levantan sobre el meme cultural de que una imagen vale más que mil palabras, que instrumentalizan y masifican las imperialistas industrias culturales. Para embotar las mentes con la emoción desnuda, la más elemental, y para desterrar las ideas y los conceptos, necesarios para interconectar las vivencias en esta sociedad clípclica que nos han impuesto.

Resaltados más aún, cuando otras estrellas del fútbol imitaron el gesto de delantero luso. Como el mediocampista francés Paul Pogba (con 44.8 millones de seguidores en Instagram y 22 millones en Facebook), quien en medio de la rueda de prensa tras la victoria 1-0 sobre Alemania retiró de la vista una botella de cerveza sin alcohol Heineken, otra de las marcas patrocinadoras del torneo. Solo que en este caso se relacionó a cuestiones religiosas y, por el contrario, según esta narrativa, motivó alzas cercanas al 1,4 %. El italiano Manuel Locatelli más bien hizo una broma, para montarse en la ola, al poner una botella de agua entre dos mesas de refresco colocadas en la mesa de la sala de prensa.

Muchos esperaban una multa de la UEFA al capitán de Portugal y sus imitadores, más allá de la tibia declaración de que “los patrocinadores son fundamentales para la realización del torneo y para garantizar el desarrollo del fútbol en toda Europa, incluso para los jóvenes y las mujeres”. Probablemente, consultaron con sus socios de Coca-Cola y prefirieron dejarlo así. Al final, esta fue la “elegante respuesta” del vocero de la trasnacional: “Todos tienen derecho a sus propias preferencias de bebida. Los futbolistas en este torneo obtienen agua, junto con Coca-Cola y Coca-Cola Zero en ruedas de prensa”; para agregar: “obviamente, los jugadores y entrenadores son libres de elegir las bebidas que quieran”. Por la misma línea respondieron a La Tercera un portavoz de la UEFA y otro de la Heineken: “Todos tienen derecho a sus preferencias de bebida”, dijo el primero. “Respetamos plenamente la decisión de todos cuando se trata de la bebida que eligen”, comentó el de la cervecera. Loas a la democracia liberal, valioso memeplexe del ideolograma hegemónico. Más trascendente que los efímeros memes de internet con CR7 retirando las botellitas, jugando con la cadena, pero no con el mono.

Como apuntó Hussein Forzán, fundador y director creativo de la agencia de marketing deportivo Publi Marketing, la refresquera salió hasta favorecida porque “el ser humano con más fans en redes sociales le regaló una mención”.

Horas después de su famoso gesto, Cristiano Ronaldo se convirtió en el primer influencer del mundo en llegar a 300 millones de seguidores en Instagram. Es también “el mayor influencer del planeta”, según un estudio elaborado por Visual Capitalist y que salió a la luz en estos días. Capitaliza la asombrosa cifra de 517 millones de adoradores si se suman los de todas sus redes sociales (Twitter, Instagram, Facebook, YouTube, Twitch y TikTok).

Un poder de influencia que ha sido respaldado por el marketing de muchas marcas y también por las industrias de la música y del entretenimiento.

En 2016, Cristiano Ronaldo fue uno de los rostros famosos que apareció en el videoclip de su amigo el productor y compositor sueco-marroquí RedOne. Ya entonces, superaba a los famosos de la música, con más de 109 millones de adoradores en Facebook, solo por detrás de las cuentas oficiales de Facebook y Facebook for Every Phone. De acuerdo con el estudio confeccionado por la página web TopRatedCasinos.com.uk , Cristiano Ronaldo ocupaba el quinto puesto de los deportistas más mencionados en la historia de la música, con 280 menciones , solo superado por Kobe Bryant (1147), Lionel Messi (553), Michael Jordan (439) y Mike Tyson (407). Más recientemente fue mencionado en el tema “Ma’ G” de J. Balvin. “Estamos rompiendo, my G (my G, my G), como rompió Cristiano en Madrid (Madrid)”, se oye decir en el videoclip que en pocos días superó las 10 millones de vistas en YouTube. En “Blanco”, dentro del disco Colores del 2020, el trapero colombiano también mencionó a CR7: “A cualquier malla le marco (gol) a lo Cristiano Ronaldo”.

En mayo de 2019, se convirtió en superhéroe, al lanzarse el cómic Striker Force 7, una historia que según se dijo había sido creada por Cristiano Ronaldo y Sharad Devarajan. La tarea del astro es enseñarles a trabajar en equipo a un grupo de agentes súper poderosos de distintas nacionalidades para proteger a la Tierra de su aniquilación. A finales de 2020, se supo que el ídolo portugués era la inspiración de Chrono, un nuevo personaje del Fire Free, un videojuego de móvil con uno de los Battle Royale más aclamados de aquel año.

Lo advirtió mucho antes el escritor uruguayo Eduardo Galeano, “el fútbol profesional condena lo que es inútil, y es inútil lo que no es rentable”. Los futbolistas no dejarán de frotarse la cabeza varias veces durante las conferencias de prensa para mostrar la marca del reloj que patrocinan, ni de tomarse un trago de una u otra bebida. La UEFA, como sus patrocinadores, sabe que meme no come a meme.

Y, al final, la red de influencias de CR7, ese poder de convertir sus propios gustos o intereses en tendencias, es tan producto del capitalismo como el deporte profesional y la marca Coca-Cola.


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José Ángel Téllez Villalón

Periodista cultural


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