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viernes, 21 de febrero de 2025

Debí tirar más fotos: ¿otro conejo o sombrero? (I) (+Video)

El disco es como un sancocho  de benitos y  bad bunnys, de plena y reggaetón, de hedonismo y rebeldía…

José Ángel Téllez Villalón
en Exclusivo 20/02/2025
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Debí tirar más fotos: ¿otro conejo o sombrero? (I)
Sorprendió a millones, aunque venía dando señales de que intentaba zafarse de su versión dominante.

Sorprendió a millones, aunque venía dando señales, indicios de que intentaba zafarse de su versión dominante, de su careta más globalizada o “latina”, más centrada en la etiqueta que en el contenido. No la de Benito Antonio Martínez Ocasio, la del joven de Vega Baja que colgaba sus canciones en SoundCloud mientras despachaba mercancías en un supermercado; el que se asoma,  aún tímido,  entre las pistas de su nuevo disco.

De quien parece escaparse es del marcosaurio Bad Bunny, el que construyó  Rimas Entertainment, el destinado a ser marca y a posicionarse featuring tras featuring, sinergia tras sinergia; el que se dejaba llevar por la moda que alimentaban sus temas y los de sus colegas del reggaetón y el trap latino. Del que lo hizo muy rico, pero a la vez prisionero de la fama. Del que no dejaban hacer un disco, como se quejó tiempo después, impedido de plantearse un discurso propio y concretarlo en un fonograma.

El marcosaurio Bad Bunny y la sinergia corporativa

Ese Bad Bunny mainstream es el que carga como una cruz este que se nos presenta, más nítidamente,  en "Debi tirar más fotos"Aquel Bad Bunny es el que empaña la mira y prejuicia a los que se acercan a esta nueva propuesta discográfica por curiosidad, porque todo el mundo habla de ello, o de algunas de sus canciones.

Es el que impedimenta apreciar sus valores y, como ha torpedeado la escucha de sus producciones anteriores, no permite el ejercicio de comparar, de contrastar la “totalidad” de este disco conceptual, con el catálogo de singles o hits que resultaron los precedentes.

Hay una especie de paisaje en su devenir discográfico, una extensa  llanura muy monótona y un delta al final. El primer tramo fue de X100PRE (2018) y YHLQMDLG (2020), aunque todas sus ganas quedaron dentro de la misma palangana, el mismo chapoleteo de Las que no iban a salir (2020) y  El último tour del mundo (2020). En Un verano sin ti (2022) ya se perfiló una saeta de  transformaciones estéticas y  de acercamiento a sus orígenes musicales. Una pretensión de sumar en sus selfies a más compatriotas, de retratar a su isla con sus encantos y  manchones.

"Debi tirar más fotos"es resultante de la  maduración de Benito y de la influencia de su amigo René Pérez, Residente.  Me he referido otras veces esa relación de amistad con el ex Calle 13, nacida en diciembre del 2018.

Recordemos que  Bad Bunny y Residente se juntaron en enero de 2019 para hablar con el gobernador Roselló sobre la criminalidad en la isla. Tras el infructuoso el intento, protagonizaron las manifestaciones populares y produjeron sendos videoclips  "Afilando los Cuchillos” que fue el himno de las protestas de aquel verano y “Bellacoso”, el canto de la victoria cuando el cargo.

"El Apagón", incluido en el quinto, fue el verdadero preámbulo de "Debi tirar más fotos"Aquel collage de sensaciones y anotaciones sobre la identidad puertorriqueña, que menciona lugares emblemáticos de la isla (Carolina, Bayamón, Rincón…); destaca el hecho de ser la patria del reggaetón y del perreo;  menciona a sus ídolos, de la música  (Maelo y Tego Calderón)  y del deporte (Barea y Maldiva). Con ese spanglish (“Vamo' pa' lo' bleacher, a prender un blunt” o “Welcome to the calentón”) que es también expresión de esa  puja cultural  que a la colonia caracteriza y que se expande en su último álbum.

Este del sexto álbum de estudio es una versión más personal y puertorriqueña de Bad Bunny, más sentida  y  auténtica, más cuestionadora de la realidad de su gente. Más de espalda a lso dictados de la Industria y más adentro de su patria.

Aunque entre col y col, hay lechuga, mucho de lo anterior y más conocido, temas para perrear como en YHLGMDLG, aquí funcionan con otros sentidos, con fuerzas más centrípetas que centrífugas. Son como “extrañamientos” para asentar el viaje a sí mismo, contrastes enfilados hacia el foco del disco: el PR de los que se fueron y el Puerto Rico de los que allí resisten. Y como analogías, para equiparar la nostalgia  que siente por las chicas con las que rompió y con su PR natal.

Es como un sancocho de benitos y  bad bunnys, de bomba y reggaetón, de sonidos acústicos y electrónicos, de “Afilando los Cuchillos” y “Bellacoso”, de hedonismo y rebeldía, de enajenación y denuncia, de introspección nostálgica  y euforia compulsiva, de amanecer y trasnochar, como plantea en “KETU TeCRÉ”: de “por la noche bebiendo tequila, por el día matcha”.

Una champola de pop y tradición, reciclar de fórmulas y experimentos,  como adelantó con  “EL CLúB” yPitorro de Coco”, los sencillos que lanzó en diciembre, antes del estreno de DtMF.

El primero que debutó en el puesto número 2 de la lista Hot Latin Songs mezcla elementos electrónicos con la rica herencia cultural de Puerto Rico. El segundo está inspirado en el género afrocaribeño jíraba y hace referencia a una tradicional bebida navideña que se hace con caña de azúcar y al que se le da el nombre de pitorro o cañita.

En “El Club” combina ritmos trepidantes de house, el más  suave deep house y tonos etéreos de guitarra de la plena tradicional. Fusión para la que llamó a sus productores de largo tiempo MAG y La Paciencia, y también a Saox. Con disrupciones sucesivas de tonos y sentimientos de celos y nostalgiapara armar una elegía a su ex.

Dos son las lecturas del video dirigido por Stillz y con una narrativa creada por el mismo Benito. Una antes de la salida del disco y otra luego de justipreciar todas las pistas, los videoclips, los visualizers con su carga de informaciones y el corto  “Debí Tirar más fotos” que se inicia precisamente cuando se desentierra la bandera y la caja que plantó casi al final del video de “El Club"

Durante una entrevista en el programa El Vacilón de la Mañana, Bad Bunny fue cuestionado directamente sobre si "El Club" estaba inspirada en su ex Kendall Jenner. Entre risas y evasivas, tras pedir en tono humorístico que apagaran el micrófono de la persona que hizo la pregunta, declaró “Que lo interpreten de la manera que quieran”. Sin embargo, también reconoció que sus vivencias amorosas suelen inspirar gran parte de su música: “A mí me han roto el corazón muchas veces en la vida, y yo he roto corazones”.

No soltó prendas. Pero hay “hipervínculos”, como la letra y ciertas escenas del video musical, que sugieren otras lecturas.

Según un comunicado de prensa, la canción “transmite la nostalgia por un capítulo especial de la vida que aún ocupa un lugar especial en la memoria”.

En el corto, después de un inicio frenético, de instantáneas de un club, aparecen en la cama dos Bad Bunnys con ropajes y actitudes distintas. En otra parte se ve caminando a uno de los dos por un platanar llevando una caja que parece contener cenizas, la cual entierra solemnemente y marca con la bandera puertorriqueña.

Al final la imagen se glitchea y explota hasta perderse en un  maremoto de imágenes aparentemente incoherentes, pero donde se puede ver un  ciclón acercarse a la isla. Es la tormenta que se alude en "Una velita" 'un sencillo publicado meses antes donde abordó la negligencia gubernamental tras el huracán María y subrayó la necesidad de compromiso social y político.

No sé qué pasó/ Yo le pedí a Dios, pero él también me ghosteó/ El futuro me golpeó, en el pasado me dejó” dice una parte de la letra. “El Mami, ese no soy yo, no soy yo”, rapea en otra. Reiteración de la idea de trascender, al que fue antes de la separación o de la tormenta salvadora, que ya no está “pa' la movie' y las cadena”.

¿Será ese el mensaje que nos quiere trasmitir?


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José Ángel Téllez Villalón

Periodista cultural


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