sábado, 21 de septiembre de 2024

Cocaína y muerte súbita

El consumo de cocaína en adictos relativamente jóvenes cuadriplica el riesgo de muerte súbita en personas aparentemente sanas...

Alberto Jesús Quirantes Hernández
en Exclusivo 29/12/2014
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El consumo de cocaína en adictos relativamente jóvenes cuadriplica el riesgo de muerte súbita en personas aparentemente sanas, y en los hombres es más de vez y media superior en relación con las mujeres.

Lo más lamentable es la imposibilidad casi total de tomar medidas, pues se trata de personas sin síntomas previos cuyos sus corazones se paran de repente. En esos momentos ya es demasiado tarde para evitar tan doloroso desenlace.

ESTÁN ENFERMOS Y NO LO SABEN

En la revista Addiction fue publicada una investigación realizada en España por la Universidad del País Vasco, el Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental del Instituto de Salud Carlos III y el Instituto Vasco de Medicina Legal.

La información fue obtenida de 437 autopsias correspondientes a todos los fallecidos por muerte repentina en Vizcaya, entre enero de 2003 y diciembre de 2009.

Entre ellos fueron seleccionados los casos pertenecientes al grupo relativamente joven comprendido entre 19 y 49 años de edad, con el fin de no tomar en cuenta aquellos con enfermedades cardiovasculares previas debido a la edad.

Para evitar que otros factores influyeran en el diagnóstico, tampoco fueron considerados los consumidores de otras drogas así como a los obesos, hipertensos, diabéticos o fumadores.

SELECCIÓN EXACTA

La investigación se orientó exclusivamente a los adictos habituales con un consumo de cocaína de dos a tres veces por semana, comprobado por la detección de la droga en la orina y con datos de sus historias clínicas. La medición fue necesaria con el fin de descartar a los intoxicados por sobredosis.

NO ERA NUEVO

Los perjudiciales efectos sobre el sistema cardiovascular atribuible al consumo habitual de cocaína ya eran conocidos: es capaz de aumentar la presión arterial, los latidos del corazón y las contracciones del ventrículo izquierdo; también se vincula con la aparición de alteraciones del ritmo del corazón y con trombosis.

Es un serio factor de riesgo de diversas enfermedades cardiacas, aunque aun no había sido estudiada su participación en casos de muerte repentina.

ES UNA MUERTE SORPRESIVA

Los adictos en edades tempranas y medias de la vida no asisten con tiempo  a consultas de cardiología para revisar su salud, pues prácticamente se mantienen sin ningún tipo de evidentes síntomas cardiacos. Pero si lo hicieran, las pruebas convencionales de esta especialidad tampoco detectarían fácilmente cualquier tipo de alteración.

Hasta ahora, solo las investigaciones de elevada tecnología como la resonancia magnética nuclear pudieran identificar precoces lesiones cardiacas en adictos con aparente buen estado de salud, pero aceleradas fatalmente por el consumo de la despiadada cocaína.

Aun hay tiempo de evitar las acciones depredadoras de la cocaína o de cualquier otra droga. Nada dan y todo lo piden, incluso la propia vida del adicto.

Las personas inteligentes y avispadas de cualquier edad y con deseos de obtener logros en la vida, nunca cruzarán sus caminos con los estupefacientes. Jamás propiciarán la más mínima coincidencia, ni  les harán la menor concesión.


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Alberto Jesús Quirantes Hernández

Profesor Consultante y Jefe del Servicio de Endocrinología del Hospital Docente Dr. Salvador Allende en La Habana, Cuba.


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