La tuberculosis (TB) es un padecimiento infeccioso producido por el germen Mycobacterium tuberculosis, que principalmente afecta a los pulmones, aunque además pudiera perturbar otras partes del organismo, como son los huesos, los riñones o el cerebro. Se trasfiere de individuo a individuo por medio del aire cuando un individuo infectado estornuda, tose o habla, libertando bacterias que pudieran ser aspiradas por aquellos que se encuentran próximos. Si bien la tuberculosis es curable y tratable, si no se adopta un adecuado tratamiento, pudiera ser grave e inclusive mortal.
La señal más frecuente de la tuberculosis pulmonar es una tos tenaz que persiste más de tres semanas, con frecuencia unida a expectoraciones con sangre, sudores nocturnos, fatiga, fiebre e inexplicada pérdida de peso. Los individuos con debilitados sistemas inmunológicos, como aquellas con VIH/SIDA, poseen un riesgo mayor de manifestar tuberculosis activa. Asimismo, la tuberculosis pudiera tornarse más dificultosa de manejar si la bacteria se volviera rebelde a los medicamentos, lo que se interpreta como tuberculosis multirresistente (TB-MDR) o tuberculosis enormemente resistente (TB-XDR), lo que supone un importante desafío en la batalla en contra de la enfermedad.
La medicación de la tuberculosis demanda un conjunto de antibióticos por un prolongado período, ordinariamente de seis a nueve meses. Es fundamental que los enfermos mantengan el método de medicamentos tal como se les recomiende con el fin de evitar la resistencia bacteriana. También, en sitios donde la tuberculosis es más prevalente, la prevención es fundamental. Esto comprende el diagnóstico precoz, la mejoría en las condiciones de salud y vida, así como el empleo de la vacunación con BCG, que salvaguarda contra las formas graves de tuberculosis en los infantes.
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Estrategias para su control
El control de la tuberculosis (TB) demanda una asociación de tácticas de diagnóstico, prevención, seguimiento y tratamiento. Una de las medidas principales para detener la transmisión del padecimiento es el diagnóstico prematuro. La temprana detección de casos a través de exámenes como la baciloscopia del esputo, la prueba de tuberculina y las placas de tórax es fundamental para rápidamente identificar a los sujetos infectados y empezar el adecuado tratamiento. El oportuno diagnóstico no solamente optimiza las probabilidades de restablecimiento, sino que igualmente impide la difusión a otros individuos. La implementación de métodos de rápido diagnóstico en sitios de elevada prevalencia favorece la identificación de los casos ante de que se vuelvan un peligro para la sociedad.
Una táctica importante en el manejo de la tuberculosis es el estricto cumplimiento de los procedimientos en cuanto a los medicamentos, llamado como tratamiento directamente observado (TDO). Se trata de que los enfermos consuman sus medicinas bajo la vigilancia de un experto de la salud para testificar de que correctamente se sigan los patrones de procedimiento. El TDO es fundamental con el fin de impedir la resistencia a dichas medicinas, que pudiera aparecer si los enfermos dejan el tratamiento o no lo continúan de manera correcta. En diversas naciones, los programas de TDO comprenden visitas al domicilio o visitas sistemáticas a centros de sanidad con el fin de asegurar el cumplimiento del tratamiento, lo que significativamente disminuye la difusión del padecimiento.
Prever la tuberculosis juega también una tarea decisiva en su control, sobre todo en colectividades indefensas. La mejoría de las condiciones sanitarias de vida como es la ventilación apropiada, la posibilidad de adecuadas viviendas y el saneamiento, son importantes factores para disminuir la transferencia. También, la vacunación con BCG, que se aplica a los menores en diversos estados, facilita la defensa contra formas peligrosas de tuberculosis, aunque completamente no previene la contaminación. En determinadas circunstancias, las campañas de educación y sensibilización comunitaria son también fundamentales para acrecentar la comprensión en relación al padecimiento, su sintomatología y cómo solicitar asistencia médica precoz.
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El control de la tuberculosis en la estructura de la coinfección con VIH es una de las primacías más significativas. Los individuos que viven con VIH tienen un peligro evidentemente grande de desplegar tuberculosis activa debido a la inmunosupresión causada el virus. Luego, una eficaz estrategia debiera comprender la administración de medicación antirretroviral (TAR) para los individuos con VIH, lo que ayuda a disminuir la susceptibilidad a la tuberculosis. Asimismo, las acciones conjuntas que incluyen el tratamiento y la detección de la tuberculosis oculta en individuos con VIH son esenciales para disminuir la ocurrencia del padecimiento y optimizar la inmunidad de los enfermos.
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