En los últimos meses el mundo del ajedrez despertó interés a personas de diversos puntos del orbe, no necesariamente aficionados del juego. Lo que parecería aburrido o difícil de comprender para los no jugadores, se convirtió en atractivo gracias una miniserie: “Gambito de Dama”.
Pero, ¿de dónde surge la historia de ese éxito de Netflix? El argumento de la serie se basa de manera bastante fidedigna en una novela homónima del escritor y ajedrecista amateur, Walter Tevis.
La obra comienza con Beth Harmon, el personaje principal, a los ocho años en el Estados Unidos de 1950. La niña, enviada a vivir en un orfanato tras la pérdida de sus padres, descubre el ajedrez gracias al conserje de la institución, quien la enseña a jugar.
Este vislumbra la genialidad de Beth a temprana edad y la da a conocer. A partir de ese momento la niña y posteriormente adolescente comienza a introducirse en el competitivo mundo del ajedrez.
El juego y las pastillas “para aliviar el carácter” que le daban en el orfanato se convirtieron entonces en sus vías de escape. En el libro el balance de Beth entre ambos se mantiene como contradicción, la droga la hace mejor jugadora, pero entorpece su vida y la consume.
La obsesión de triunfo de Beth es otra constante en la novela. El autor transmite la gran pasión de la joven por el ajedrez, su devoción al juego y genialidad. “Quería ganar más de lo que jamás había querido nada”, reflexionaba al perder su primer juego.
De aquellos tiempos se hace extensivo al libro la competencia entre soviéticos y americanos, como una especie de Guerra Fría del ajedrez. Sin embargo allí los estadounidenses aceptaban la superioridad rusa en la disciplina. “Rusia es la muerte (…) Se comen a los americanos para desayunar (…) No creo que haya habido un americano que haya tenido nada que hacer contra los rusos en veinte años. Es como el ballet. Allí le pagan a la gente para que juegue al ajedrez”, le explica un amigo jugador a Beth.
Entonces no sorprende que el personaje ficticio Vasili Borgov se convirtiera en el gran rival de Beth. El libro lo describe como “un campeón del mundo, cuya camisa era impecablemente blanca, cuya corbata tenía un hermoso nudo, cuya ceñuda cara rusa no admitía ninguna duda ni debilidad” al que la joven temía y a la vez ansiaba derrotar. Su meta final vencer a Borgov, ganar el campeonato del mundo, y convertirse en la mejor.
Un punto a favor de la obra es cómo se narran las partidas. Tecnicismos propios del tablero no entorpecen o detienen el ritmo, al contrario, son dotados de emoción en esa rivalidad silenciosa del ajedrez. Gestos, razonamiento, elementos del ambiente, miles de posibilidades pensadas en apenas segundos hacen de cada encuentro un pequeño mundo en el que prevalecen los contrincantes entre piezas blancas y negras. Aunque, por supuesto, será más atractivo para personas que conozcan más acerca del ajedrez.
(…) Le comió el peón con el caballo, iniciando la abierta. Él jugó peón cuatro reina, como ella sabía que haría, y ella movió peón cuatro caballo de reina porque tenía que hacerlo, para estar preparada cuando él moviera la torre. La lámpara que colgaba del techo era demasiado brillante. Y ahora Beth empezó a sentir pesar, como si el resto de la partida fuera inevitable (…)
Fragmento de la novela Gambito de Dama
¿SE BASA EL PERSONAJE DE BETH EN UNA PERSONA REAL?
(A partir de aquí algunos spoilers)
Beth Harmon ni ninguno de los personajes del libro son reales. Sin embargo, Tevis sí se inspiró en grandes ajedrecistas para crearlos. Algunos de estos, como especifica en el libro, fueron Boris Spassky, Anatoly Karpov y el estadounidense Robert Fischer.
Con este último la vida de Beth tiene varios puntos de similitud, por ejemplo, sus inicios como joven prodigio. Fischer ganó también a la edad de catorce años su primer título estadounidense y como ella venció al gran maestro ruso del momento, lo que superaba así el dominio soviético en ese ámbito. Aunque en su caso fue a Boris Spassky en el Campeonato Mundial de Ajedrez.
En cuanto a ajedrecistas mujeres sí han existido algunas Beth de la vida real. Aunque las mujeres hayan jugado como pasatiempo desde la Edad Media, como deporte fue una disciplina mayormente masculina. No fue hasta fines de los ’70 que Nona Gaprindashvili, nacida en Georgia, se convirtió en la primera mujer en recibir el título de Gran Maestra.
Gaprindashvili competió además en torneos masculinos al igual que Beth y logró declararse Gran Maestra Internacional.
Si de prodigio se trata cabe resaltar también la vida de la húngara Judit Polgár, desde niña con grandes dotes para el tablero. Esta mujer derrotó al gran maestro ruso, Garry Kasparov, durante el partido Rusia contra el resto del mundo en 2002.
Otras muchas féminas han logrado alcanzar prestigio en el ajedrez. “Gambito de dama” es homenaje a todas ellas, inspiración para muchas que quieran seguir ese camino y como dijo Tevis a la revista Book Beat: “un tributo a las mujeres inteligentes.”
Mara
29/3/21 23:09
Increible, vi la serie por la tv navional y en la ultima partida, del ultimo capitulo, exactamente en el momento de la ultima jugada de Beth, se fue la corriente. No es mentira, menos mal q existe Internet si no infarto. Pero muy buena la serie.
Aram Joao Mestre León
18/1/21 13:55
Esa serie me encantó.
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