Durante la cuarentena muchos han de desempolvado su lista de libros por leer y otros se han dado a la aventura de encontrar títulos nuevos o ir al rescate de grandes clásicos.
Una de esas obras es “La peste”, de Albert Camus. Quizás porque se centra en una pandemia, en una época distinta y con otras características a la actual por supuesto, o porque se recurre a las enseñanzas y reflexiones del a la vez filósofo y escritor en estos momentos difíciles.
La novela trascurre en 1947 y tiene como personajes principales a unos doctores en la ciudad de Orán, en Argelia; quienes tienen que enfrentar una crisis sanitaria por un brote de peste.
Orán es descrita por Camus como una ciudad tranquila, sin parques ni árboles, donde la gente, sumida en sus hábitos, trabaja de la mañana a la noche y elige “, entre el café, el juego y la charla, el modo de perder el tiempo que les queda por vivir.” Hasta que en la mañana del 16 de abril, aparecen extrañamente ratas muertas en todos los rincones.
El libro es como un recopilatorio de los testimonios y sucesos hecho por un narrador testigo que se mantiene anónimo hasta el final. Incluye una diversa gama de personajes desde la población, turistas, doctores, entre otros.
Muestra cómo se enfrentan las personas ante esa pandemia terrible que fue la peste bubónica, que en la edad media fue devastadora para Europa. Describe el sufrimiento, el deterioro de la moral, la entrega de los que luchan por salvar vidas, los efectos de la cuarentena y cómo la pandemia se vive diferente para cada cuál, dentro de sus propias reflexiones. Todo esto a lo largo de diez meses.
A su vez, la novela se basa en la filosofía del absurdo, expuesta por el propio Camus. El filósofo pretendía que no existe un sentido para la vida del ser humano y que era inútil buscarlo, puesto que Dios ni ningún otro principio que pudiera regirlo, existía.
“Todo lo que se puede decir es que este mundo, en sí mismo, no es razonable. Pero lo que resulta absurdo es la confrontación de ese irracional y ese deseo desenfrenado de claridad cuyo llamamiento resuena en lo más profundo del hombre”, decía en su ensayo “El mito de Sísifo”.
Reconoce que no podemos llegar a controlar y comprender del todo a la naturaleza, nuestra dependencia del tiempo y el final inevitable de la muerte. El hombre “pertenece al tiempo, y a través del horror que se apodera de él reconoce en aquél a su peor enemigo”.
Pero que no exista un fin último a la existencia del hombre, no significa para Camus que se deba caer en el pesimismo, el suicidio o en la maldad. Es en el reconocimiento de ese absurdo, en que el hombre encuentra su libertad y se alza como dueño de su destino, en responsable de sus actos y en el deseo de vivir feliz, a pesar del caos y el infortunio. “El esfuerzo mismo para llegar a las cimas basta para llenar un corazón de hombre. Hay que imaginarse a Sísifo dichoso”, explica en su ensayo.
La novela es una reflexión sobre el hombre moderno y su vida en un mundo caótico. Enseña a valorar la vida, sin dejar atrás principios éticos y la solidaridad.
JD
27/4/20 21:21
Hay otras novelas muy buenas sobre el tema, como Ensayo sobre la ceguera de Saramago. Y la que casualmente me estoy leyendo ahora, pues me la recomendaron mucho: Elantris, de Brandon Sanderson. Por cierto, si algo bueno ha tenido la pandemia ha sido un interes renovado por los libros, se nota en la actividad de grupos virtuales, entre ellos La Estanteria Cubana, que está en Telegram. Se interacambian textos y se discute sobre literatura, es muy gratificante para todos los que amamos la lectura. Un saludo a todos.
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