¿Cómo se vive en un cuerpo que no es el tuyo? ¿Será acaso que el alma también lo abandona? ¿A dónde va un cuerpo robado cuando el alma aún lo habita? ¿Cuán grave puede ser lo que hiciste para merecer un castigo como este; que tus manos aunque sigan llevando comida a tu boca, ya no tengan el mismo aspecto, que tus miembros, esos que solías lavar en la ducha, sean totalmente opuestos a los que de costumbre? ¿Habrá vida después de esa muerte?
Diría Kafka que este suceso metamórfico te convierte en un escarabajo, para Thierry Jonquet el autor de la propuesta de hoy, no eres más que una Tarántula… Una tarántula en el sentido más animal de la palabra, un bicho despreciable e hiriente.
Esta narrativa dura y seca conmovió a Pedro Alomodóvar quien la llevara al cine bajo el título de La piel que habito. Un libro corto y sin concesiones que debe abandonarse de vez en cuando antes de terminarlo para descansar de la tragedia.
Un cuadro bien pintado, que trata de retratar la barbarie del mal, oscuridad de la vida.
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