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sábado, 24 de mayo de 2025

El reel y la realidad

Las redes no siempre son un espejo, muchas veces se convierten en la validación de patrones que una parte de la sociedad ha intentado superar...

Yeilén Delgado Calvo
en Exclusivo 24/05/2025
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Redes sociales
Las redes sociales nos ponen ahora más de cerca el contenido fácil, adictivo y, muchas veces cargado de estereotipos. Ilustración: Tomada de Ludomag

¿Cómo se construye un relato? Con imágenes, con palabras y, sobre todo, con repeticiones. Así se perpetúan las historias, y también los prejuicios, tanto como las falacias.

A veces ocurre contra nuestra propia voluntad, porque puede que el intelecto nos diga que algo está mal, pero si el mensaje contrario aparece hasta el cansancio, en las canciones, en los reels, en los chistes, queda poco espacio para cuestionar el engaño.

No es nada nuevo, el discurso dominante, con su carga enorme de sexismo, siempre ha hecho de las suyas; pero las redes sociales nos ponen ahora más de cerca el contenido fácil, adictivo y, muchas veces cargado de estereotipos.

Si bien las redes son también espacio para la polémica, y pocos mensajes se quedan sin su contraparte; también es verdad que mucha gente ve y escucha acríticamente, y en lo inofensivo aparece el veneno.

Yo también veo reels, cuando estoy cansada, cuando el cerebro no me da para más, y se los mando a mi esposo y él a mí. Nos reímos y analizamos muchas cosas, y puedo asegurar que a la par de encontrar información útil, hay mucho por ahí de un patriarcado rancio que se presenta ahora vestido de broma.

Así aparece un modelo de mujer que es tóxica, controladora, irremediablemente inconforme; que no sabe controlar sus emociones, y se vuelve loca al mismo ritmo de sus óvulos. Al hombre parece que le va mejor, es relajado, se puede pasar horas sentado en el baño mirando su teléfono, y no debe intentar entender a su mujer, porque no hay quien las entienda (tampoco la escucha).

Otros modelos son un poco más indignantes: ellas siempre se acuestan con el ex padre de los hijos, una vez casadas no les gusta el sexo, y solo se arreglan cuando están solteras; además, cualquier problema siempre se soluciona si el marido les da dinero. Son solo algunos ejemplos.

Los influencers se copian unos a otros estas ideas de pequeñas actuaciones que parecen chistes, pero ¿lo son? Quizá sí, sobre todo si quienes consumen su contenido son capaces de cuestionarse lo que ven. En el caso contrario, si alguien ve reflejada y validada su realidad torcida, mal andaríamos.

Benditas esas cuentas donde hay un relato otro, la de las parejas corresponsables en la vida doméstica y en la crianza, la de la mujer que muestra su capacidad profesional, la que denuncia el comportamiento abusivo y casi depredador de algunos hombres…

Y ojalá tengamos la capacidad de entender que ahí no está la vida: ni en la gente con vida y cuerpos perfectos (que en muchas ocasiones no son reales), ni en los consejos para la hiperproductividad y el optimismo delirante, ni –mucho menos–en la perpetuación de modelos francamente reaccionarios.


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Yeilén Delgado Calvo

Periodista, escritora, lectora. Madre de Amalia y Abel, convencida de que la crianza es un camino hermoso y áspero, todo a la vez.


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