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miércoles, 19 de febrero de 2025

"Lo más hermoso ha sido la conexión"

Para que el niño crezca con el alma sana yo debo tenerla  también, dice la primera mamá entrevistada...

Yeilén Delgado Calvo
en Exclusivo 15/02/2025
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Lo más hermoso ha sido la conexión"
Lo más hermoso ha sido la conexión"

Darles voz a las madres solo por el hecho de serlo; porque criar es un trabajo, exigente, complejo, agotador, fascinante. No preguntarle a una mujer por su maternidad en una entrevista donde el tema es otra esfera de su vida; como si debiera rendir cuentas por todas las horas que el éxito le quita a lo que la sociedad cree su deber primordial.

Preguntar por la maternidad y ya, por lo luminoso y lo lóbrego, a mujeres de todas las edades, las profesiones, las creencias. Poco a poco esas conversaciones encontrarán su reflejo aquí en la columna, como una manera más de construir una visión más plural, más cercana a lo cierto

Camila Fonseca tiene un niño llamado Alejandro, y uno más viene en camino. Para ella la maternidad fue una elección: "Sabía que sería mamá en algún momento, pero no era algo que me presionara ni apurara".

"Cuando tenía unos 20 años, mientras estudiaba la carrera en la universidad, quedé embarazada por primera vez y elegí no tenerlo. No era el momento ni la pareja.

"Nueve años después encontré a la persona con la que me sentí a gusto para empezar ese proyecto familiar. Nos casamos y enseguida pensamos en tener nuestro primer niño, que nació un año y pico después, cuando ya yo tenía 31 años.

Enterarnos de la noticia fue una fiesta personal y familiar, un proceso que  disfrutamos a plenitud. Trabajé hasta casi los ocho meses, sin contratiempos de salud a pesar de mi sobrepeso; y el parto, aunque por cesárea, fue tan natural como el resto del proceso.

"No quiero romantizar, porque sé que en muchos casos no es así, pero mi esposo ha sido un papá presente desde el principio: en el acompañamiento de toda la gestación, en los cuidados del niño y míos en el hospital, en  los cariños y los desvelos. La verdad es que parecería que solo le faltó  parirlo, como dicen por ahí".

–¿Qué ha sido lo más hermoso y qué lo más retador? 

–Lo más hermoso ha sido la conexión profunda que tengo con el niño. No me quedan dudas de que soy su persona favorita en este mundo desde que nació. Esos besos, abrazos y confidencias valen cada segundo de estos si salvajes seis años juntos.

"También la complicidad familiar nos gusta. La disfrutamos mucho. A él le encanta colarse en nuestra cama matándonos a patadas inconscientes, abrazarnos a ambos en medio de la madrugada y repartir tareas: de papá la lechita e ir a la escuela; de mamá las tareas y bueno... todo lo demás que se pierda, como ya dijimos.

"Lo más difícil fue la pandemia de COVID. No nos enfermamos, pero fue muy estresante trabajar desde casa con él con apenas un año. Su papá y yo tenemos oficios muy demandantes.

«El círculo infantil nos llegó a finales de 2020 y aun cuando fue una bendición también dejó sus secuelas: problemas en el desarrollo del habla y la interacción social. Logramos superarlo los tres juntos con un empeño digno de libros. Somos 'expertos' en técnicas logopédicas porque asumimos el acompañamiento de los especialistas con seriedad hasta que, al finalizar preescolar, entendíamos cada sílaba y palabra dicha".

– ¿Qué te hubiera gustado saber de tu parto o cesárea antes de vivirlos?

–Como soy muy consumidora de información por internet, me habría gustado (y ahora me hace falta de nuevo porque estoy embarazada otra vez) tener a la mano un paso a paso de lo que me corresponde hacer cada semana de mi gestación.

No siempre una puede contar con buenos médicos... Sé que el sistema está creado para que no estemos solas, pero las escaseses del sistema de Salud Pública nos obligan a ser más concientes de lo que nos toca, siendo cada vez más responsables de nosotras mismas.

"En el tarjetón de embarazada para ayudarnos, por ejemplo, podría decirse: a las 12 semanas toca el primer ultrasonido de genética, a las 14 tramitar la dieta, a las16 el alfafetoproteína, a las 18 la cervicometría... y así. Podría pensarlo el Minsap con los elementos más generales".

–¿Qué te gusta de ser madre y qué no?

–Me gusta: cuidar y proteger, ver crecer a mi niño mientras aprende, mi intuición de enfermera siempre de guardia..."No me gusta: la sobrecarga familiar sobre los hombros de la mamá y la exigencia laboral inflexible con los tiempos de las madres a cargo de  pequeños de las primeras edades".

–¿Qué es lo más difícil de ese rol y qué incomprensiones crees que existen?

Lo más difícil es ocuparse de todo lo de la crianza, con cada uno de sus pequeños detalles,  mientras intentas hacer todo lo demás: crecer como profesional, luchar por ayudar a sobrellevar una tensa situación económica familiar o cuidar de su enfermedad a alguien que de manera inexorable nos necesita.

–¿Has sentido culpa? ¿Por qué?

–Sí. He sentido culpa cada pequeña vez que regañé al niño con demasiada rudeza; los dos años de la pandemia, primero por desear que estuviera en el círculo con otros niños y luego por dejarlo allí; durante las terapias del lenguaje por mi inflexibilidad en cada turno y ante cada fonema; en cada caída que no vi venir, cuando se ha sentido solo por no tener hermanos o amigos cerca, cuando algún niño lo ha apartado por ser más pequeño, por no entenderlo o por que no quería jugar con él.... en  fin...

Hay culpa en cada día y también hay diálogo conmigo misma, con castigos y perdones, a conciencia de que para que el niño crezca con el alma sana yo debo tenerla también".

–¿Cómo quieres que tu descendencia te recuerde?

–Como la mejor mamá del mundo: la más cariñosa, la más orgullosa de cada pequeña victoria, la más confiada en que él puede lograrlo todo así sea de a poquito, su defensora, y su más exigente maestra de la vida.

"Todo lo demás se lo dejo al camino".


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Yeilén Delgado Calvo

Periodista, escritora, lectora. Madre de Amalia y Abel, convencida de que la crianza es un camino hermoso y áspero, todo a la vez.


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