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lunes, 18 de noviembre de 2024

Cuando ciencia y tecnología se mezclan

Si algo ha distinguido a Cuba en este campo ha sido la formación humana y el desarrollo profesional y científico…

Yuniel Labacena Romero en Exclusivo 15/01/2017
2 comentarios
Fábrica Laptps Tablets
La primera fábrica de tablets y laptops en Cuba quedó inagurado a finales del año pasado.

El desarrollo de las ciencias y la tecnología en Cuba ha sido una obra de intenso bregar, desde aquel 15 de enero de 1960, cuando nuestro Fidel sentenció que “el futuro de nuestra patria tiene que ser, necesariamente, un futuro de hombres de ciencia, de hombres de pensamiento”. La afirmación se convirtió en la necesidad de hacer la cultura científica, y práctica, que sería piedra angular de las transformaciones sociales y humanas que la Revolución se planteaba llevar adelante también desde ese sector.

Si algo ha distinguido la obra revolucionaria en este campo ha sido la formación humana y el desarrollo profesional y científico, siendo pilares de este sistema la asimilación acelerada de los conocimientos mundiales, la integración como principio de trabajo, el respaldo científico a los objetivos económicos y ambientales del país y la creación de fuentes de nuevos recursos para la economía nacional.

De esa imbricación entre ciencia y tecnología puede dar fe la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI); la primera institución de la Educación Superior nacida al calor de la Batalla de Ideas hace casi 15 años, y que con la graduación de 520 estudiantes el pasado año, suman 14 092 quienes han obtenido de esa universidad el título de Ingenieros en Ciencias Informáticas.

Hoy esa institución participa y coordina diferentes programas de informatización con ministerios o entidades nacionales, se desatacan los resultados en la implementación de sistemas para la salud, educación, automatización, procesamiento de imágenes, realidad virtual, geomática y teleformación estadística. Es además la proveedora de soluciones tecnológicas integrales de proyectos que se aplican en diferentes países y se ha destacado por aportar el capital humano para seguir fortaleciendo el nivel científico.

Dos importantes resultados recientes son muestras también de ese empeño de ser un país donde la ciencia signifique compartir y no excluir: la producción de una vacuna terapéutica cubana que ha sido utilizada con éxito en el tratamiento de cerca de 10 000 personas con cáncer de pulmón alrededor del mundo, y que acaba de ser empleada por vez primera en un paciente estadounidense, exactamente de Nueva York.

Según declaraciones del Doctor Agustín Lage Dávila, director del Centro de Inmunología Molecular , institución que patentó el fármaco en 2008, uno de los mayores impactos que ha tenido el producto hasta la fecha dentro del territorio nacional es el aumento el pasado año de la supervivencia promedio de todos los pacientes de cáncer pulmonar en Villa Clara. El dato, resultado de un proyecto que acercó la vacuna a todas las áreas de atención secundaria de salud en esa provincia, se suma a los beneficios ya comprobados que reporta su uso a nivel internacional.

El otro proyecto relevante fue el estreno a finales del pasado año de una línea híbrida para la fabricación de tabletas y computadoras portátiles, cuyas primeras producciones estarían listas en este mes de enero. René Cano Díaz, director general de la Empresa Industrial para la Informática, las Comunicaciones y la Electrónica (Gedeme) —entidad que tiene a su cargo el propósito— explicó que el novedoso proyecto se trabaja con la colaboración de la empresa china Haier, responsable de proveer la tecnología, el equipamiento, el know how, los laboratorios de control, de capacitar al personal, así como de garantizar las primeras materias primas para la producción.

A ello se une la UCI, la cual aporta los sistemas operativos Nova y NovaDroid y las aplicaciones informáticas que soportan los equipos. Esa ingeniosa mezcla hará producir Laptops Core i3, Celeron y Core i5, todas de sexta generación, así como las tabletas de ocho y diez pulgadas, cuyas primeras producciones serán destinadas al mercado mayorista para suplir necesidades de centros estatales y organismos de la Administración Central del Estado.

Estos ejemplos con los cuales la Mayor de las Antillas ha tenido —o tendrá— resultados sobresalientes son muestra de la integración de los esfuerzos, medios y recursos procedentes de varias instituciones de I+D, y también de la iniciativa creadora para la búsqueda de soluciones a nuestros problemas. En tal sentido, vale apuntar que pese a las afectaciones económicas que el país ha venido atravesando, no hubo ni hay un solo centro científico cerrado, una estación experimental abandonada, un solo investigador o técnico de la ciencia desempleado.

Los indicadores de gasto nacional en ciencia y tecnología muestran un esfuerzo sostenido del país a todo lo largo del período de mayor contracción económica. Según el Anuario Estadístico de Cuba 2014, publicado por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información, en ese año el país destinó 559,2 millones de pesos en actividades de investigación y desarrollo y otras actividades científicas y tecnológicas. Además, existían 82 764 trabajadores físicos en la actividad de ciencia y tecnología según nivel educacional.

Actualmente, con el objetivo de elevar el impacto económico, social y ambiental de los resultados de las Entidades de Ciencia, Tecnología e Innovación (ECTI) existe en el país un reordenamiento, que además busca propiciar una mayor articulación del potencial científico con que cuentan estas entidades con las de producción de bienes y servicios, a las cuales tributan sus resultados, teniendo como principios la integración, racionalidad y la sostenibilidad.

Según se explicó recientemente en la Mesa Redonda al inicio del reordenamiento, el país contaba con un total de 232 ECTI, de ellas 132 se clasificaban como centros de investigación, 49 como centros de servicios científicos y tecnológicos y 51 como unidades de desarrollo científico y tecnológico. El 29,3 por ciento de dichas entidades dirige las investigaciones al campo de las ciencias médicas; el 26,3 en las naturales y exactas; el 15,1 en las técnicas; el 12,1 en las agropecuarias; el 9,3 en las sociales y el 7,3 en las humanidades.

Destaquemos también que al propio tiempo, se ha promovido la más intensa participación de la comunidad científica, y de los tecnólogos y productores en un diálogo directo con la dirección del país, para elaborar alternativas y abordar la ejecución de proyectos de investigación con un conocimiento muy definido de las tareas a realizar, de los compromisos a contraer y de los resultados a obtener.

En este trascendental camino emprendido por el país, ciencia y tecnología tienen que seguir siendo una alianza indiscutible, pues hoy en estas esferas calan los niveles más altos en la sociedad actual, están proporcionando una amplia variedad de opciones en cuanto a lo que podría ser el destino de la humanidad, y existe un claro estado de simbiosis, es decir, conviven en beneficio mutuo. Para Cuba continuar agitando esa mezcla es pensar en la ardua batalla por la sobrevivencia nacional.


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Yuniel Labacena Romero

Se han publicado 2 comentarios


Eusebio Hdez
 18/1/17 15:35

El Dr. Lage es director del Centro de INMUNOLOGÏA Molecular, 

 

Aí están uniendo el nombre de este centro con el de otro, llamado Centro de Ingenieria Genética y Biotecnología

Equipo
 18/1/17 15:53

Muchas gracias por la aclaración. Lo invitamos a que siga visitando nuestra revista.

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