De la llegada de Internet… y el nuevo siglo en Cuba

La ampliación del acceso a Internet dota a los últimos cinco años de una importancia significativa dentro del proceso de informatización de la sociedad cubana. 

La implementación comenzó en las salas de navegación, primero en los Joven Club de Computación, luego en la instauración y ampliación escalonada de la conectividad a entidades nacionales; las facilidades de conexión para profesionales de la la salud y la educación, hasta la realización del I Primer Taller de Informatización y Ciberseguridad. Y más recientemente la habilitación de espacios públicos de conexión WI-FI.

Pero para algunos, “pareciera que la Internet llegó ayer a Cuba”. Para otros, conocedores del tiempo transcurrido, puede ser una expresión de nostalgia, En realidad, en ocasiones, esta distorsión es una manifestación causada por un inadecuado tratamiento del tema. Incluso por la prensa, que al abordarlo se refiere a la presencia de las “nuevas tecnologías” en Cuba como un hecho inusitado, cuando en realidad no lo es así.

Conectar a los cubanos a Internet no ha sido un propósito que se “despertó hace unos pocos años, cuando se discutían los Lineamientos de la Política Económica y Social de Cuba. Para el asombro de muchos,  las acciones en virtud de favorecer la sociedad cubana, con relación a un tema tan importante como lo es el acceso  a la información, devino en tarea fundamental desde hace dos décadas, cuándo el tema de la Informática era conducido por la Comisión Nacional de Informática. Esta comisión se creó en el entonces Ministerio de la Industria Sideromecánica y la Electrónica (SIME), la cual asumió algunas de las funciones del desaparecido Instituto Nacional de Sistemas Automatizado y Técnicas de Computación INSATC.  Para ubicarnos en el tiempo, esto sucedió a finales de la década de los 90. De manera que desde antes de la llegada del siglo XXI, se hicieron esfuerzos –que son un antecedente de obligada referencia–, para justipreciar el esfuerzo y los logros. Un período en el que no han faltado motivos para presumir, ni tropiezos para levantarse.

Reflexionar sobre lo que ha pasado con el fenómeno de Internet, en qué momento estamos y hacia dónde se deben dirigir los esfuerzos del futuro, fue el objetivo central  del encuentro “20 años de Internet en Cuba: pensar desde la memoria para contribuir a las Metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para el 2030”. Este importante evento contó con la presencia de especialistas esenciales, cuyo desempeño profesional ha estado muy ligado al proceso de informatización cubano.

UNA HISTORIA…UN PAÍS

“El problema de Internet no es meramente un problema tecnológico, ni económico; pero sí un problema político. Siempre y cuando persista la voluntad política se podrá avanzar en la dirección adecuada”, señaló Jesús Martínez, quien dirigió el proyecto de conexión de Cuba a Internet, impulsado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente.

“Desde los comienzos Internet fue para Cuba una cuestión de soberanía, un derecho” -agregó. “Se empezó a andar un camino en el peor momento económico que afrontó este país –la década del 90-, sin embargó constituyó el período más innovador que se ha vivido en cuestiones de redes; al punto que Cuba estuvo a la cabeza de América Latina y el Caribe”.

Así, por ejemplo, nació Infomed con una visión avanzada, articuladora, inteligente…; una experiencia que surge a partir de las necesidades de la gente y de los profesionales de la salud de tener acceso a la información científica. Y en el año 1996, Cuba ingresa a Internet de manera dedicada con el proveedor internacional SPRINT CORP, compañía norteamericana, por un canal satelital a 64k.

Como explicó en las palabras de apertura al encuentro mencionado, Yarina Amoroso, Presidenta de la Sociedad Cubana de Derecho e Informática: “Se hicieron cosas muy interesantes, entre ellas la puesta en vigor, el 14 de junio del propio año, el  Decreto 209/96 “Sobre el acceso de la República de Cuba a Redes de Alcance Global”, la cual constituyó la primera norma de mayor rango jurídico que trató este tema, a la cual le precedió un proceso interesante de valoración y tomas de decisiones, siendo una norma de carácter principista,”.

En el cuerpo de la normativa se reconoce que “la convergencia de las tecnologías informáticas y de comunicaciones, así como el desarrollo de la informática y su influencia en todas las esferas de la vida económica y social, han dado lugar al surgimiento de redes informáticas de alcance global, como Internet u otras de importancia para el país. Por cuanto, se hace necesario trazar la política y la estrategia que seguirá Cuba con relación a estas redes, así como al acceso pleno a los servicios que brindan las mismas; estableciendo las regulaciones que garanticen su desarrollo adecuado y armónico, así como los intereses de la defensa y la seguridad del país”. Desde la legislación misma se hacía un llamado a asumir el fenómeno de internet desde una perspectiva de nación y de una manera responsable.

Sin embargo, cuando se cuentan 20 años, pueden parecer insuficientes los logros alcanzados. “Hoy falta por madurar una serie de conceptos e ideas que permitan cuajar las condicionantes de acceso a la información”, apuntó Jesús Martínez.

“En este sentido, hoy se precisa retomar las experiencias de años anteriores y valorarlas en justa medida, objetivamente y acorde al contexto histórico-social. Más aún cuando se ha demostrado que la articulación de Cuba como nación con el fenómeno de Internet no fue un proceso pasivo donde se asumiera el rol de meros reproductores-consumidores de tecnología, sino que fue una etapa donde prevaleció la capacidad de desarrollar proyectos propios en un momento donde se reconocía la importancia de la investigación científica para el desarrollo del país”, asegura Pedro Urra, precursor de Infomed.

“Sin perder la legalidad y el orden debemos volcar la mirada para reinterpretar conceptos y rectificar algunos pasos que la vida ha demostrado que son poco estratégicos. Frente al proyecto de país que defendemos, desde la construcción colectiva, constituye un objetivo poco estratégico, por ejemplo, que la telefónica (ETECSA) sea quien tenga todo el poder, ni quien deba medir el desarrollo de la sociedad de la información, puesto que nos estaríamos arriesgando a que prevalezca un interés empresarial y que a veces entran en contradicción con intereses sociales”, reclamó Martínez.

LOS DESAFÍOS

En las palabras de clausura del primer Taller Nacional de Informatización y Ciberseguridad, celebrado en La Habana en febrero de 2015, el vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministro, Miguel Díaz-Canel dijo que “en la medida en que podamos tener más claro, mediante la construcción colectiva, el proyecto de país que queremos, estará mucho más clara la forma en que una herramienta como Internet puede ponerse a su servicio”.

Sobre esta misma línea, Pedro Urra explica que “la importancia de contar con proyectos colectivos, es decir, esa visión de la Internet de país, donde convivan y se permitan articular los esfuerzos numerosos innovadores de las iniciativas aisladas, territoriales, sectoriales, nacionales… con la visión integradora de país, que representa a todos y que permite una equidad en la participación, es la única que puede poner la Internet al servicio del desarrollo de la nación. Algo que se hace válido para todos los procesos que afronta en pos del cambio”.

Nos queda mucho por delante. Han sido 20 años de trabajo muy duro. Pero ahora corresponde no mirar con nostalgia y resentimiento aquello que dejamos escapar en el pasado, sino centrase en el hoy: y ese fue el espíritu que primó en el encuentro.