La buena voluntad de algunos amigos y más tarde un par de llamadas, me pusieron en comunicación a través de WhatsApp con José Maigel Blanco Basulto.
Tal vez este nombre a usted no le suene de nada. Pero si le digo que se trata de uno de los 52 colaboradores cubanos que partieron este 21 de marzo hacia Lombardía, Italia, para arrebatarle vidas a la muerte; asentirá usted que por estos días nada le ha sido tan familiar.
Una foto de perfil no me permite establecer semejanzas con los rostros que hace poco más de una semana veíamos, en el arribo esperado, a través de la señal de la televisión cubana.
Médico General Integral, José Maigel Blanco Basulto pertenece a la provincia de Mayabeque e integra además la lista de los 22 galenos que partieron por primera vez hacia otros lares, allá donde la pandemia parecía no sentir piedad.
Como en ráfaga dejé en aquel chat una serie de preguntas. Un visto, varios minutos en espera, y con la misma velocidad regresaron sus respuestas. Yo tan ansiosa y expectante, él tan tranquilo y en paz. Como quien emprende al monstruo y lo deja desvalido.
“Precisamente, cuando nos comunicaron el destino de nuestra misión especial, veíamos por la TV imágenes de la propia región a donde partiríamos. Todos enmudecimos. En lo único que pensé fue en llamar a mi familia y buscar el apoyo que necesitaba para asumir está tarea y confirmar mi disposición”, me cuenta quien ha dicho tener 29 años.
Tenemos la misma edad. Le confieso. A la vez, me siento tan pequeña al lado de este ser inmenso quien ha comenzado apenas a vivir, pero que ya lo hace en el lado de los hombres buenos. Ángeles de esta tierra.
Con quien hablo afirma a cabalidad los preceptos de un contingente cuyos miembros están capacitados en medicina de desastres, y dispuesto a ayudar a quien más lo necesite bajo cualquier circunstancia. Reconoce, además, es esta última la condición primera para unirse a los más de tres mil hombres y mujeres que encabezan las brigadas médicas cubanas.
Sigue activo nuestro chat. Le he pedido que me hable sobre alguna vivencia especial de aquellos días en Italia. Me cuenta. “En uno los turnos de trabajo, al llegar a la sala de ingresos, nos esperaban los pacientes de un cubículo completo para leer y entregar una carta de agradecimiento redactada por el puño y letra de cada uno de ellos. No quedó nadie en el grupo de trabajo al que no se les llenaran de lágrimas los ojos. Estuvieron, entonces, más que nunca los corazones dispuestos a darlo todo por la vida”.
Unos días antes ya les había sorprendido la cálida acogida de la gente gentil en aquel continente lejano. “Por todos lados los aplausos, los carteles, y banderas de agradecimiento. Debo decir que fueron igualmente de buenos el cariño y el trato”.
Y es que solo cabe el agradecimiento y la humildad cuando se tiene en frente a estos seres especiales. Presos de la profesión que escogieron, aliados siempre de la vida. Parte imprescindible de una nación que entiende de solidaridad, no de despojo.
Fue intenso el trabajo, ya lo imaginaba y ahora lo confirmo. Según me explica José Magiel, los días trascurrían de la siguiente manera: “Siempre trabajamos por turnos, el primero de las 08:00 a las 14:00 horas. Al día siguiente, de las 14:00 a 20:00 horas y el próximo de las 20:00 a las 08:00 horas del próximo día, con 24 horas de descanso y luego iniciar la rotación”.
Esta vez le he preguntado cómo es posible la entrega cuando se trabaja con el corazón y la mente en dos lugares: en Cuba y en la causa. En este tipo de misión –responde- tienes que tener el apoyo de la familia, tus seres queridos, sin eso no logras la entrega y la concentración necesaria para no fallar.
Mientras conversamos el Dr. José Maigel se encuentra en perfecto estado de salud, con los PCR negativos, todavía en cuarentena desde el Centro Internacional de Salud, Las Praderas.
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Este primer grupo de galenos regresó a la Patria el pasado 8 de junio, sanos y con su misión cumplida tal y como lo habían prometido pocas horas antes de partir aquel día de marzo.
“El regresar sanos fue un compromiso de la brigada gracias al cumplimiento de las medidas de bioseguridad y de protección individual”, afirma categóricamente.
Antes de salir hacia Lombardía, les fue impartido durante una semana un curso preparatorio de bioseguridad en la UCCM, dirigido por el IPK, de mucha ayuda en la práctica. Una vez allí, en la zona roja, cada acción que realizaban era en dúos donde uno era el fiscal del compañero del frente. Siempre señalado, y sin perder la percepción del riesgo, asegura José Maigel. “Que si he sentido miedos. Estábamos en zona roja, todo en contra. El miedo es de humanos, gracias a él, no nos confiamos”.
Este 19 de junio, se cumplen 11 días de que los médicos de Lombardía, como han sido bautizados por el argot popular, regresaron a la Patria. A la espera de otro PCR negativo, José Maigel ha soñado el rencuentro con sus familiares. Han sido días de mucho bregar, pero finalmente el abrazo cálido de su familia será la muestra definitiva de que ya todo ha pasado, la misión está cumplida, y una vez más el nombre de Cuba y el de su medicina han vuelto escalar hasta lo más alto.
Muchas GRACIAS.
Sady
19/6/20 9:17
Felicidades periodista, bellas sus palabras, Bendiciones.
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