Según cifras de la Alianza Regional por el Suelo para Centroamérica, México y el Caribe, el 75 % de los suelos cubanos presenta al menos un factor limitante de la productividad.
Si asumimos que los suelos son la piel del planeta, Cuba se me antoja una hermosa mujer mestiza, quien debe cuidar constantemente su piel ante los embates del clima tropical. Así, el país lidia con un suelo degradado por las condiciones climáticas, por tanto resulta vital la protección de su cubierta, lo mismo si llueve durante seis horas seguidas, como si la sequía nos azota durante gran parte del año.
Y como todo lo que distingue a la Mayor de las Antillas, los suelos presentan nuestra diversidad intrínseca, aunque sobresalen los ferralíticos rojos (ubicados en la llanura meridional de La Habana, Matanzas, Ciego de Ávila y Contramaestre) por ser muy productivos, profundos y fértiles.
De cara a la seguridad alimentaria como un asunto primordial para el país, necesitamos urgentemente un plan de acción para un manejo más sostenible de este recurso no renovable, de donde proviene el 95 % de los alimentos. Ante desafíos tales como que puede tomar hasta mil años generar de dos a tres centímetros de suelo, o vaticinios apocalípticos de algunos expertos que solo quedan 60 años de suelo en la Tierra, el apremio por conservar esa piel común ha reunido en La Habana a investigadores y autoridades de alrededor de 20 países en el Congreso Internacional Suelos 2015 (del 3 al 5 de junio).
Cuba, presidiendo desde 2013 la Alianza Regional…, presenta experiencias positivas, con una preocupación que se concreta en acciones para revertir la degradación; con programas para el mejoramiento y conservación del suelo, contra la diversificación y la sequía. A diferencia de otras latitudes, aquí contamos con un marco legal para el uso del suelo.
Desde 2008 se han entregado alrededor de 1 580 000 (un millón quinientas ochenta mil) hectáreas de tierra en usufructo, y es una realidad que en ocasiones se trata de productores que desconocen cómo cultivar adecuadamente, sin dañar el suelo. De ahí que exista el riesgo de realizar una explotación intensiva que deteriore la capa vegetal. Y lo que a veces a corto plazo brinda rendimientos, a largo plazo destruye permanentemente la productividad de los suelos.
En ese sentido, se precisa ganar en asesoramiento y capacitación. Una de las iniciativas ha sido la creación más de veinte polígonos de conservación de suelos, a modo de áreas demostrativas, en los cuales los investigadores concilian con productores y cooperativistas para la implementación de ensayos de prácticas dirigidas al manejo sostenible de los suelos. Estos productores líderes se erigen como abanderados de buenas prácticas: una apuesta inteligente que borra el persistente divorcio entre académicos y productores.
Para lograr una mayor variedad y calidad de los productos que hoy llegan a los mercados cubanos, las propuestas van desde la siembra directa y labranza cero, agricultura de conservación; hasta los policultivos, agroforestería, el uso de biofertilizantes, agricultura orgánica, labranza contra pendiente…
Las alternativas varían en dependencia del contexto geográfico y cultural. El agricultor, previamente asesorado, puede escoger cuál enfoque se adecua a sus medios y demandas de insumos. Sobre todo cuando se trate de hombres del campo, con una vasta experiencia, debe prevalecer el diálogo, el intercambio; nunca la imposición. Por eso también a ese tipo de iniciativas se han sumado sociólogos y psicólogos.
Con la mira en la educación y generalización de la información sobre el suelo, sería oportuno desarrollar una metodología para evaluar el impacto de estas técnicas, de manera que las autoridades y los decisores del tema enfaticen en su propagación.
En el ámbito del Año Internacional de los suelos, impulsado desde la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), surge la urgencia de crear sinergias entre las naciones. Y la triste realidad es que, según el reciente informe lanzado por este organismo, si bien en los últimos años se ha reducido el número de personas con problemas de malnutrición, 800 millones de personas en el mundo tienen inseguridad alimentaria.
Desde nuestro país, desde nuestra piel conformada por materia orgánica, aire, agua y minerales; matizada al calor tropical, urge trazar estrategias para proteger el suelo y aunar esfuerzos con este propósito mundial en la cual Cuba puede aportar muchísimo. Cada porción de tierra cuenta…
amauta
8/6/15 13:41
>De la vida del suelo depende la vida del hombre y de las civilizaciones, entonces el hombre no puede sobrevivir más que asociado al suelo: Las extensas zonas con marabú en el país, a la hora de exterminarlo lo hacemos con bulldózer que arrasa con toda la capa vegetal. En Pinar del Río se propuso hace años una tecnología limpia y ecológica que es sostenible, rentable y limpia quedando el suelo enriquecido y listo para plantaciones forestales o agrícolas con el método biodinámico que preserva e incrementa la fertilidad y usa un sistema de máquinas 5 veces menos costoso que el usado hoy. La exclusión del fuego, el buldózer y el roturado complementan el desarrollo biodinámico del suelo. Esta no ha sido aplicada. Es hora de empezar a pensar y actuar con un mayor sentido de resposabiidad y cuidado para las generaciones venideras.
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