Aunque las trayectorias de Pablo Milanés y José María Vitier poseen un aval de muy elevada calidad artística, al unir sus talentos e inspiraciones en un concierto, el público se percató de que presenciaba un hecho artístico memorable, lo cual se tradujo en continuas ovaciones.
La sala Avellaneda del Teatro Nacional sirvió de escenario a Canción de Otoño, cuyo título no alude precisamente a la estación del año, sino al momento cronológico de ambos músicos.
Sin los acordes de su guitarra inicial ni el acompañamiento de su grupo musical, el arte de Pablo entabló un diálogo fabuloso con el piano y las obras de José María, quien daba la impresión de haber asumido los matices y el color de la trovadoresca de Pablo, al teclado.
Un estreno en la voz del trovador, Paloma plañidera, con música de Pablo y texto de Eugene O'Neil, se unió a otros dos emblemas de su repertorio, Ya ves y Para vivir, como antecedentes al programa de trece temas que integran el cuerpo del DVD, en proceso de elaboración, con creaciones musicales de José María Vitier, pues las obras de Pablo, al principio y final del concierto con constituyeron en laces con el auditorio.
El audiovisual posee como base sonora los temas de Vitier, quien fue al encuentro de la poesía, y quedaron inscritos en los matices del cantar poemas de José Martí, Rubén Darío, Federico García Lorca. De sus padres, Cintio Vitier y Fina García Marruz, quien asistió a la función y de Silvia Rodríguez Rivero, esposa de José María, quien además creó una escenografía espectacular en el color, con una visualidad muy contemporánea, con efectos de iluminación novedosos que realzaban los valores de su creación pictórica.
Hubiera sido lamentable que aquella noche fuera desdibujándose en el recuerdo de los asistentes, pero no será así. La televisión cubana grabó esta propuesta poco común que, además, formará parte de un DVD que será producido por la empresa disquera Bis Music e incluirá no solo el espectáculo, sino también las grabaciones de cada uno de los temas, información valorativa de los protagonistas y las reacciones del público esa noche inolvidable que materializó un antiguo sueño de ambos.
Tanto de la obra como la interpretación de Pablo fueron definidas con sumo acierto por Vitier:
“Aun antes de proclamar el orgullo incontenible que siento al escuchar estos cantos en su voz, debo confesar que la mayoría de mis canciones, las que finalmente componen este disco, algunas de las que no han cabido aquí, y muchas de las que aún espero componer, tienen como fuente inspiradora el timbre emocionado y emocionante de la voz de Pablo Milanés. Una voz que es parte inseparable del espacio espiritual de ‘lo cubano en la música’”.
“La voz de Pablo, generosa siempre y crecida con los años. A veces contenida e íntima pero, también, de pronto torrencial y desbordada, parece recorrer y develar el secreto de estos versos; y lo hace, diríase, con apasionada naturalidad. Como quien, desde siempre, bien conoce y ejerce los oficios del cariño, el ritual de los abrazos, el júbilo, la lágrima, la ilusión invencible y la promesa eterna del amor”.
Términos y condiciones
Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.