María Magdalena regresa a Casa (+Fotos)

Performance, instalación, videoarte, foto y pintura conforman la muestra 1478MB de la artista de la plástica cubana radicada en los Estados Unidos, María Magdalena Campos Pons, que se inauguró este martes en la Galería Latinoamericana de la Casa de las Américas. 

María Magdalena, nacida en Matanzas el 22 de agosto de 1959 y graduada en la Facultad de Artes Plásticas del Instituto Superior de Arte, desde 1989 reside en los Estados Unidos donde continuó su formación profesional y ha puesto en práctica buena parte de su carrera y de su obra. La artista ha inaugurado múltiples exposiciones en diversas regiones del mundo en las que siempre explora e indaga no solo en sus propias vivencias sino también en las identidades y en la memoria colectiva.

Esta vez llega a la Casa de las Américas invocando con el título mismo de la exposición las 1478 millas que distan entre Matanzas y Boston, esos dos espacios separados por el gran azul y que forman parte indisoluble de su esencia como creadora. 

Así se refleja en la instalación que centra la muestra: dos mesas se enlazan desde lejos por largas tiras de telas azules. En una de las mesas, ubicada al centro, descansa un mapa de Matanzas, y en la otra, un mapa de Boston, ambos rodeados por decenas de copas antiguas; dos ciudades distantes y a la vez listas para el diálogo y para compartir una que otra copa.

Para Campos Pons, el performance forma parte de su propia vida, pues desde pequeña creció participando en fiestas religiosas y visitando altares frente a los cuales accionaban familiares y amigos, me confesó que para ella, esos fueron los primeros actos performáticos que protagonizó y que han marcado su vida como artista. El que ideó para esta muestra recrea instantes de la vida de Fefa, una china pregonera y abrecaminos que interactúa con el público presente invitándolo a repensar su visión del mundo, del hombre, del amor, de la amistad y de su identidad por medio de miradas, personajes, frases, sonidos de telas que al ser rasgadas una y otra vez lograban una melodía cómplice.

En el resto de las obras expuestas entre los jirones de telas azules, como elemento recurrente hay pájaros que vuelan y sueñan, que se sumergen en el mar que separa sus recuerdos del presente, y a la vez le susurra a la artista y a su público que todo se conserva en la memoria mental y corporal. 

Frente al azul, el fuerte rojo, el blanco, el ruido, el silencio, la luz y la sombra, por esas metáforas del viaje, la nación, el recuerdo y el olvido, transita la muestra que obliga a quien la visita a percibir que ahí dentro, en ese místico espacio que hoy habita María Magdalena, las aguas no se estancan y las distancias no son tan largas.

1478 MB forma parte del programa cultural del Premio Literario Casa de la Américas 2012.