El mundo actual enfrenta múltiples desafíos, especialmente en lo que respecta a la violencia de género y las vulnerabilidades sociales. En este contexto, el proyecto “Corazón Feliz” –liderado por la cantante y activista social Rochy Ameneiro– surge como una respuesta integral y esperanzadora.
Durante el evento Infancia y Comunicación, Rochy compartió sus experiencias sobre cómo vio la luz este empeño colectivo. “Somos muchas personas que empezamos con este sueño”, alegó.
Al hablar en plural, la cantante destacó que el éxito del proyecto corresponde a la obra de un grupo comprometido con abordar problemáticas tan complejas como la violencia familiar y los derechos de la niñez.
La génesis
En el año 2013, Rochy inició su proyecto Todas Contracorriente, por la no violencia hacia las mujeres y las niñas. De esa forma se acercó a los contenidos audiovisuales que estaban consumiendo las infancias y adolescencias a lo largo de toda la geografía nacional.
Entonces se dio cuenta de que no podía trabajar para ese grupo etario sin contar con el apoyo de especialistas que brindaran las herramientas necesarias para lograr un impacto real. “Llamamos a la creadora del método Educa a tu hijo, la Doctora Ana María Silverio Gómez, y empezamos a asesorarnos”, confesó la artista.
Uno de los momentos clave en el desarrollo del proyecto fue la primera gira titulada “Cultura de Paz en las Escuelas”, donde unieron voluntades con la Unicef, recordó Rochy. La colaboración con organismos internacionales ha permitido que “Corazón Feliz” adquiera una dimensión global. Esas alianzas estratégicas han sido vitales para ampliar el alcance e impacto del proyecto.

A través de una serie de actividades, logró involucrar no solo a los niños y niñas, sino también a sus familias, creando así un entorno más seguro y educador. Además, la cantante tuvo la idea de sumar al pianista Rodrigo García (su hijo) y a la violinista Tania Haase, quienes integran el Dúo Espirales.
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En los inicios del proyecto, Rochy convocó a la conmemoración de un evento denominado “Día Naranja”, donde se movilizaron miles de personas en la grabación de video para crear conciencia sobre la violencia hacia las mujeres y niñas.
El camino recorrido no ha sido fácil, reveló. Cuando comenzaron a recopilar información sobre casos de violencia y vulnerabilidad en diferentes provincias identificaron ejemplos locales que tenían puntos en común con su misión. La creatividad y adaptabilidad fueron claves para encontrar maneras innovadoras de conectar con el público objetivo.
Nacen el Festival y el programa de televisión
Durante la pandemia de la Covid-19 la activista logró comprometer a otros artistas y representantes de proyectos en torno al propósito de educar y entretener a las infancias. En ese contexto vio la luz el Festival online “Corazón Feliz”.
“Hablamos con la dirección de Cubavisión y le dijimos:'¿ustedes creen que podríamos hacer un Festival online para que los niños y niñas reciban en sus casas las canciones que son para sus edades, algunas de artistas de Latinoamérica que ahora mismo están trabajando en canciones educativas?'”, manifestó Rochy.
Luego, el Instituto Cubano de la Música, el Consejo Nacional de las Artes Escénicas y el Ministerio de Cultura, entre otras muchas instituciones, promovieron la realización del Festival que en 2024 arribó a su 5ta edición con nombre de Encuentro Internacional de Artes para las Infancias “Corazón Feliz”. Al grupo de activistas se han integrado la tresera, cantante y compositora Enid Rosales y Ernesto Parra, líder del grupo Teatro Tuyo.

Al cabo de un tiempo, Regla Bonora, especialista principal del grupo creativo infantil-juvenil de Cubavisión, le propuso a Rochy contar con un espacio fijo en la Televisión Cubana. “Nuestro programa ha sido el precursor también del uso del lenguaje de señas en Cubavisión”, advirtió la promotora cultural.
Corazón Feliz cuenta con la dirección general de Rochy Ameneiro y la dirección artística del Premio Nacional de Teatro, Rubén Darío Salazar y director del grupo Teatro Las Estaciones de Matanzas.
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“Gracias a Cubavisión tenemos este programa y cuando terminamos los festivales, transmitimos un resumen de lo que sucedió en el evento. El programa es muy importante porque hay niños y niñas que viven en Guantánamo y lo único que ven es la televisión. Así se enteran de que hay artistas trabajando para ellos y ellas”, indicó la cantante.
Por el rescate del patrimonio titiritero
Según un post publicado por el director de Las Estaciones de Matanzas, cuando se reunió el equipo de realización del programa televisivo acordaron que Corazón Feliz fomentara sentimientos como la amistad, solidaridad y justicia.
Otro de los propósitos es que hiciera énfasis en la “igualdad, sin distinción de raza, religión o nacionalidad, junto a otros derechos relativos a la protección de la infancia, la correcta alimentación, la salud, la educación, la inclusividad, la no discriminación, el derecho a jugar y divertirse, a ser ayudado en caso de abuso o trabajo infantil”.
Salazar agregó en su post: “Teníamos clarísimo que rescataríamos a los títeres patrimoniales de la televisión nacional de los años 60 y que dirigiríamos nuestra mirada al panorama audiovisual de la música para niños y niñas, nacional y de la región latinoamericana, cuyo potencial estético y sonoro se conocía parcialmente en la isla”.
De igual manera, desde el punto de vista audiovisual, el programa acude a musicales para la niñez que generan los realizadores de Animados Icaic y los Estudios de Animación de Cubavisión, las disqueras Bis Music y la Egrem.
Por otra parte, en el espacio se manipulan algunos títeres diseñados por el maestro titiritero Pepe Camejo, que pertenecieron a espacios como: El mundo de los niños, Amigo y sus amiguitos y las Aventuras de Pelusín del Monte.
En su texto, Salazar aludió al homenaje a nuestro Héroe Nacional José Martí, a través de una muñeca negra llamada Libélula, creación plástica e interpretativa de los míticos titiriteros Pepe y Carucha Camejo, a quien la trovadora Teresita Fernández le compuso una canción.
Precisamente sobre el rescate de lo patrimonial en los medios de comunicación cubanos, en especial de Libélula y del llamado Títere nacional, versará la conferencia que dictará el Maestro Rubén Darío Salazar en el evento teórico de la venidera edición del Festival Corazón Feliz, previsto a celebrarse del 26 de mayo al 1ro de junio, adelantó Rochy.
Talleres para la comunidad
La cantante está muy entusiasmada por la labor que está desarrollando su equipo en la Casa Corazón Feliz (con sede en Compostela y Teniente Rey, en La Habana Vieja). En las paredes del salón del segundo piso del inmueble está emplazado un gran mural collage, idea original de la argentina Estrellita Caracol, en cuya realización intervinieron más de 2500 infantes y sus familias.
“Queremos que la Casa Corazón Feliz sea un punto de alianzas, de encuentros, de retroalimentación, de lluvia de ideas. En apenas quince días armamos una salita muy pequeña donde solo caben 50 personas. Y estamos empezando a trabajar ya con la comunidad, con un pequeño grupo, pero los resultados del proyecto se puede palpar y revisar”, proclamó.
Desde la Casa están atendiendo a niños de la enseñanza especial así como a otros infantes vulnerables, que provienen de familias disfuncionales, con problemas de violencia, y de aceptación en el barrio.
Resaltó que con la colaboración de psiquiatras infantiles y otros profesionales han logrado crear un ambiente más saludable y enriquecedor. Los especialistas han puesto el arte en función del control de la ira, el trabajo grupal y la solidaridad. “Muchos de esos niños y niñas jamás habían ido a un teatro, y empezaron a hacerlo gracias al Proyecto Corazón Feliz”.
La más reciente iniciativa del equipo ha sido poner a dialogar a niños y niñas del Aula Museo junto con adultos mayores, –en su mayoría personas de la Residencia Protegida Habana 620 e integrantes de Círculos de abuelos de la localidad–, en un ambiente creativo y enriquecedor donde se promueve la cultura de paz.

Este taller intergeneracional es el resultado de la colaboración de Corazón Feliz con la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana (OHCH) y el Centro de Investigaciones sobre Longevidad, Envejecimiento y Salud (CITED).
El objetivo es convertir la Casa “Corazón Feliz” en un lugar donde la niñez pueda vivir experiencias alegres y significativas, en un espacio integral que una a diferentes edades y culturas, mediante el poder del arte y el amor.
En la sede de Corazón Feliz han recibido donaciones de libros y equipos para la escucha de discos de vinilo con cuentos y canciones infantiles. Mientras que en la sala “Teresita Fernández”, inaugurada durante la última edición del Festival, han celebrado cine debates y exhiben matinés de dibujos animados cubanos.
Adicionalmente la actriz y titiritera Dila Martínez, quien manipula la muñeca negra Libélula en el programa de televisión, está impartiendo talleres para la Primera Infancia en la Casita “Vilma Niña” del Convento de Belén, de la OHCH.
Hoy “Corazón Feliz” es más que un proyecto. A través de la educación, la sensibilización y el compromiso comunitario, Rochy y su equipo están creando un lugar donde las voces de mujeres, niñas, niños y adultos mayores son escuchadas y valoradas.
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