Esta organización, ideada y creada el 20 de octubre de 2004 por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz para extender la cultura y el humanismo martiano hasta la parte más recóndita del archipiélago, ratifica su vitalidad como un ejército de artistas al servicio del pueblo.
Carlos Castillo Mojena, presidente nacional de la Brigada de Instructores de Arte José Martí (BJM), enfatiza en la relevancia del movimiento en la salvaguarda y enriquecimiento de nuestra identidad. Asimismo, subraya el rol del instructor como un gestor de sueños y un promotor incansable, cuya labor es vital para el desarrollo espiritual de la sociedad y para garantizar el acceso al arte como un derecho irrenunciable del pueblo.

En imágenes: Holguín fue sede del acto nacional por el aniversario 21 de la Brigada de Instructores de Arte José Martí (BJM)
La jornada comenzó con un pasacalle que transformó la plaza en un río de color y música. Durante la gala artística, corazón de la conmemoración, el canto, la danza y la interpretación se entrelazaron para demostrar que este movimiento es un espacio donde el arte sirve de puente para unir generaciones, conectando la savia joven con la tradición cultural de la nación.
En la ceremonia fue distinguida la sede holguinera en reconocimiento a sus relevantes resultados por llevar la creación artística a las comunidades y centros educativos. La provincia se ganó este honor gracias al constante y leal trabajo de sus miembros, cuyo quehacer da continuidad a la visión de Fidel, quien definiera a estos jóvenes como “valientes abanderados de la cultura y el humanismo”, una consigna que sigue guiando su labor. Proyectos de todas las manifestaciones artísticas se han creado en Cuba gracias a la incansable labor de estos hijos de la Revolución.
El encuentro reunió en el parque Carlos Manuel de Céspedes, de la ciudad de Holguín, a la Dirección Nacional de la BJM, a las máximas autoridades del Partido Comunista de Cuba y el Gobierno en la provincia, presidentes de la organización a nivel provincial y municipal, estudiantes y el pueblo holguinero, que se sumó a la festividad.
De esta manera, la celebración no solo conmemoró dos décadas de fructífero trabajo, sino que reafirmó el legado de la Brigada como pilar fundamental de la cultura cubana, demostrando que aquella visión inicial de Fidel sigue más vigente que nunca, materializándose en cada instructor que continúa defendiendo la identidad nacional y sembrando la semilla del arte en el presente y futuro de la nación.

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