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domingo, 17 de noviembre de 2024

Altar a la indecencia

El acuerdo que según Trump pondrá fin al conflicto en Palestina...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 09/07/2019
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Jerusalen
Jerusalén, ciudad que Palestina e Israel afirman que es su capital (Foto: Thomas Coex)

Luego de reconocer a Qdas o Jerusalén como la “legítima capital sionista”, mudar su embajada a esa disputada urbe, y suscribir los “derechos” israelíes sobre el ocupado Golán siro, la Casa Blanca promueve ahora a toda la velocidad posible su titulado “acuerdo del siglo” para –afirma- poner fin al conflicto en Palestina.
Su impulsor es Donald Trump, autor de todas las medidas anti árabes citadas en el párrafo inicial, y su “cerebro tras bambalinas” y público ejecutor resulta el flamante yerno del presidente, el señor Jared Kushner.

Caso llamativo sin dudas, porque todo indica  que el “muchacho” de marras lleva adelante sus ideas y movimientos en calidad de “trabajador independiente de la política externa norteamericana”, sin que medie ninguna coordinación con el Departamento de Estado ni sus titulares.

 Al menos así lo indicó el ex jefe de la diplomacia gringa Red Tillerson a fines de este junio en una sesión de la Cámara de Representantes, donde aseveró que no pocas veces el yerno del ocupante de la Oficina Oval ha estado al tanto de asuntos que ni siquiera sabía la jefatura del Departamento de Estado, y que incluso acciona en ese terreno a su libre albedrío.
De manera que no resultó extraño que Kushner apareciera por estos días en Baréin para encabezar un titulado foro internacional (al cual casi nadie asistió) destinado a dar a conocer algunas de las sustancias del ya citado “acuerdo del siglo” sobre Palestina.

Cocinado junto a varios aliados mesorientales, el plan promueve sucintamente, y en neto lenguaje dorado, “impulsar el apoyo a posibles inversiones económicas” en el escenario de un prolongado conflicto que tiene su génesis en el desplazamiento por la fuerza de la población árabe de Palestina a cuenta del sionismo y sus aliados externos, y la fundación de Israel a fines de la década del 40 del pasado siglo.

 Para ello se propone textualmente “recaudar inversiones para la región por un valor de 50 mil millones de dólares”, de los que presuntamente más de la mitad se destinarán a los refugiados palestinos durante la siguiente década. El resto servirá para calzar las economías de Egipto, Jordania y El Líbano.
En pocas palabras, para Washington y en especial para Jared Kushner, partidario público de que los desplazados palestinos no vuelvan a sus territorios originarios, todo se resume a la compra masiva de voluntades acalladas por los presumibles “torrentes de dólares.”

Así, Israel tendrá seguridad, seguirá fortaleciéndose como punta de lanza militar Made in USA, persistirá en la extensión de sus colonias en suelo árabe, convertirá finalmente a Jerusalén en su capital oficial, y se anexará el Golán sirio, mientras los desplazados a fuego y metralla deberán acurrucarse definitivamente en los campos de refugiados y olvidarse de que un día tuvieron patria.
Una sencilla operación de compra-venta que iguala la vida y las aspiraciones de toda una nación lanzada a la diápora con un televisor, un mueble, un paquete de golosinas, o una de las hamburguesas que tanto consume Trump. En pocas palabras, yo pago, tú vendes…y asunto concluido por siempre.

Y como era de esperar las reacciones adversas a la conjura resultaron inmediatas. Agrupaciones y entidades pales-tina de las más disímiles tendencias afirman que la voluntad nacional de retornar la tierra usurpada no se comercia, mientras muchos de los “invitados” al foro de Baréin no solo se negaron a asistir, sino que además reiteraron su apoyo a los patriotas palestinos y rechazaron por obscenas e indig-nas las propuestas de trocar tan sentida causa nacional por un fajo de billetes verdes.

Por tanto, la lucha seguirá como hasta hoy, pasando de mano en mano y de conciencia en conciencia de una generación a otra de palestinos desplazados, reprimidos y asesinados por largos decenios.


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista


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