Cinco años después de la desaparición de 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, Guerrero, un día como hoy, en sus familiares renacen las esperanzas de hallar sus restos luego de reunirse con el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, quien prometió encontrarlos por ser un asunto entrañable, de justicia y humanismo.
La reciente reunión con el mandatario, a quien el pueblo llama AMLO por las siglas de su nombre, marcó un precedente en la historia de este caso que conmueve a México, por tratarse de un rapto forzado supuestamente realizado por las autoridades de Iguala, con la complicidad de la policía, su posterior entrega a la mafia del narcotráfico, y posible asesinato.
Nunca el anterior presidente Enrique Peña Nieto se reunió con los parientes de los jóvenes estudiantes de magisterio, aunque presionado por la mala imagen de su país respecto a los derechos humanos, despidió jueces y encerró policías, inocentes o no. Pero el peso de la búsqueda, la denuncia internacional, las movilizaciones del pueblo, recayeron ante todo en los padres de los muchachos.
Este es un caso complejo, pero si se hubiese investigado de manera correcta, estaría solucionado. En el mandato de Peña Nieto solo quedó claro un tema antiguo en el dolido México: las autoridades municipales trabajan en conjunto con las bandas de narcotraficantes, y así lo demostró el también llamado Caso Iguala, una localidad cercana a Ayotnizapa, donde vieron con vida, por última vez, al grupo de jóvenes.
Los muchachos partieron en ómnibus hacia Iguala, en el violento estado de Guerrero, el 26 de septiembre de 2014 cuando terminaron sus clases vespertinas. Iban a participar en un mitin contra medidas adoptadas por la municipalidad. Cuando llegaron, los recibió un tiroteo de la policía federal, que dejó un saldo de seis muertos y varios heridos. A ellos se los llevaron para el cuartel y nunca más se les vio.
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La mayoría de los analistas coinciden en que el actual gobierno del izquierdista AMLO es la mejor oportunidad para descifrar el complot que se esconde en el rapto de los 43 -como se les conoce- y el entramado de mentiras, invenciones, y sobornos cometidos por los implicados, con la complicidad de las anteriores autoridades gubernamentales de varios niveles.
En su cita con AMLO, líder del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), los parientes conocieron los avances de la investigación, pero solicitaron que el gobierno proceda en lo penal contra los funcionarios que delinquieron, entre ellos el director entonces de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) Tomás Zerón de Lucio.
También informaron al mandatario la lentitud de algunas instituciones para retomar el caso, en específico la Fiscalía General de la República (FGR), y denunciaron a elementos de la policía municipal y federal que no han sido detenidos y fueron cómplices –según testigos- en la desaparición forzada.
Para López Obrador, a pesar de sus buenas intenciones, según afirma el periódico La Jornada, y su interés en resolver este crimen, no será fácil desentrañar la red de comprometidos en la captura y eventual asesinato de los normalistas, una deuda pendiente con la sociedad mexicana.
Con los allegados, el presidente asumió tres compromisos: la celebración de una reunión bimensual con parte de su gabinete para darle seguimiento a la investigación; otra, con fecha próxima con la FGR, para conocer los avances y un diálogo directo con el secretario de la Defensa Nacional, general Luis Cresencio Sandoval, para que el Ejército informe sobre sus averiguaciones.
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Expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), descalificaron la tesis de lo sucedido elaborada por la anterior administración de Peña Nieto, al igual que concluyeron expertos argentinos que analizaron restos de varias personas que hicieron creer eran de los desaparecidos. Cuando AMLO asumió, el caso estaba muerto.
Las posibilidades de que se presenten nuevas líneas de búsquedas, otros testigos y pistas de última hora fueron noticias dadas por el subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas.
Luego de una reunión con los padres de los normalistas en el Palacio Nacional, donde participó AMLO, Encinas afirmó que "Se dio un informe de todos los trabajos desarrollados a los largo de nueve meses, pero vamos a seguir trabajando hasta encontrar a los muchachos, ¡los vamos a encontrar!".
También encargado de la Comisión de la Verdad, precisó que "Tenemos líneas muy consolidadas y esperando tener mejores resultados en muy corto tiempo. Están abiertas las líneas y estamos reconstruyendo muchos de los aspectos de la mal llamada ¨verdad histórica¨ - citada por Peña Nieto cuando prometió averiguar lo que realmente ocurrió en Guerrero.
Este jueves, desde hace varias horas se realiza un operativo en el basurero de Tepecoacuilco, en el que no se había buscado hasta ahora. Sicarios del grupo Guerreros Unidos indicaron en su momento que ellos los habían asesinado y lanzado a un vertedero.
Félix Santana, secretario técnico de la Comisión de la Verdad, creada por AMLO luego de su asunción el pasado 1 de diciembre, está en el lugar situado a 15 km de Iguala, el que está resguardado por 20 unidades militares, mientras siguen las excavaciones en búsqueda de alguna pista.
Hoy, según se anunció, un representante de los familiares de los desaparecidos hablará en la tribuna de la Cámara de Diputados, en coincidencia con el suceso que movilizó al pueblo mexicano que se volcó a las calles clamando justicia para los normalistas.
Hace tres días, cientos de personas, entre ellos los alumnos de la escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotnizapa recordaron a los 43 y a las otras víctimas del ataque contra el ómnibus detenido en Iguala.
En el inesperado tiroteo perdieron la vida jugadores del equipo de fútbol Los Avispones de Chilpancingo, y otros civiles que realizaban un normal traslado entre comunidades.
El centro de la protesta fue el Palacio de Justicia, cuyos magistrados son considerados cómplices de los captores y posibles criminales. .
Esa movilización fue organizada por los padres de los 43 y estudiantes de la Normal, con el apoyo, entre otros, de la Federación de estudiantes campesinos socialistas de México. Entre las exigencias de los manifestantes estuvo la presentación con vida de los jóvenes no localizados, y la entrega de varios videos que demostrarían con certeza lo ocurrido aquel 26 de septiembre.
Se espera que en este día de duelo, consternación y a la vez esperanza, serán miles los mexicanos que se reúnan en Ciudad de México en homenaje a aquellos jóvenes cuya única obsesión era terminar sus estudios para dar clases a los niños más pobres de Guerrero.
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