Las últimas semanas demuestran que a pesar de su poderío, amenazas, sanciones e invasiones, Estados Unidos (EE.UU.) aparece como el gran fracasado en la continuada guerra que mantiene contra Venezuela, una lucha que recuerda al pequeño David cuando derrotó con una honda y una piedra al gigantesco Goliat.
Envuelto en la tragedia de la pandemia de la COVID-19, que puso al desnudo el mal gobierno del ultraderechista presidente Donald Trump, los estrategas norteños mantienen su táctica de dosificación de medidas que promueven angustias y penurias en la población venezolana.
Mayo es un mes pródigo en reveses para Trump y sus asesores. Los pasados días 3 y 4 una invasión mercenaria —que organizó y financió— quiso imponer un gobierno transitorio en una cabeza de playa en costas de los Estados La Guaira y Aragua. Sin embargo, en menos de 48 horas la fortaleza de la unión cívico-militar desbarató el plan en colaboración con su aliada Colombia para derrocar la Revolución Bolivariana, capturar al presidente Nicolás Maduro y trasladarlo a Washington para juzgarlo como narcotraficante.
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La invasión de los mercenarios preparados por el ex marine estadounidense Jordan Goudreau en territorio colombiano mediante su empresa de reclutamiento de asesinos Sylvercorp puso al desnudo, una vez más la complicidad de los regímenes de Trump y de Iván Duque en su maquiavélica cruzada contra el único y legítimo mandatario de Venezuela.
También verificó una vez que el diputado Juan Guaidó, quien se autoproclamó en un parque de Caracas como “presidente interino” de la nación suramericana, pagó mediante firma de contrato a la compañía reclutadora de Goudreau 212 000 000 de dólares, junto a otros tres personeros de la oposición, para invadir, desestabilizar y fomentar una guerra interna que permitiera la entrada en acción de la IV Flota estadounidense, en supuestos ejercicios en el Mar Caribe.
Junto a los buques norteamericanos hay también otros de bandera del Reino Unido, Países Bajos, y Francia, los que bordean las costas de Venezuela en actitud hostil bajo el pretexto de patrullaje y ejercicios de lucha contra el narcotráfico cerca de las costas venezolanas.
Desprestigiados, Guaidó y sus secuaces demostraron su disposición al más descabellado de los planes para fomentar agresiones, atentados y guerras de diversa índole a una población que solo desea vivir en paz para construir una sociedad socialista, por la cual votaron en las urnas desde el 1998 cuando ganó la presidencia el líder revolucionario, ya fallecido, Hugo Chávez Frías.
Tres acontecimientos marcaron la semana política de Venezuela, mientras seguía el apresamiento de mercenarios escondidos por distintos Estados y se develaban oficialmente los vínculos entre grupos opositores, la contrarrevolución interna, EE.UU y Colombia.
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El tema Venezuela y las agresiones de la Casa Blanca llegó al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (ONU) en voz de la Federación Rusa, que propuso el pasado día 22 un debate a ese nivel para evitar una tragedia aun mayor en una nación pacífica y de grandísimos recursos naturales, entre ellos el siempre codiciado petróleo.
En uno de los momentos más delicados de las relaciones internacionales, y en medio de la pandemia global de la COVID-19, Rusia denunció las últimas provocaciones de Washington, las que catalogó de “amenazas” que contravienen las normas de la organización mundial.
En reunión a puerta cerrada, celebrada por videoconferencia debido a la COVID-19, el embajador adjunto ruso ante la ONU, Dmitry Polyanskiy, refirió que “Las acciones (…) en marzo y abril pasados muestran que no han abandonado sus planes para desestabilizar y derrocar a sus autoridades legítimas”.
El diplomático señaló que Rusia condena los movimientos estadunidenses y calificó “sin fundamento” las acusaciones estadounidenses contra Caracas.
En respuesta, la embajadora ante la ONU, Kelly Craft, reaccionó a las críticas rusas y venezolanas tras la reunión del Consejo de Seguridad y dijo que su país es “el mayor donante de asistencia humanitaria para esta crisis”, lo cual es absolutamente falso.
A través de su cuenta en Twitter, Craft refirió que “En medio de esta pandemia global, estamos totalmente comprometidos a asegurar que la ayuda humanitaria, la comida y las medicinas lleguen a los venezolanos que sufren la mala gestión y la corrupción de Maduro”, palabras ofensivas cuando se analiza la política exterior de su país hacia la pacífica Venezuela.
En defensa de la cruel política de su país, Craft defendió la mentira que “el régimen de Maduro es corrupto, criminal e ilegítimo” y aseguró sin el menor recato diplomático que “Estados Unidos está comprometido a bloquear a los narcoterroristas y traficantes para mejorar la seguridad en la región”, en tanto patrocinó una transición presidencial como “salida” de lo que calificó de “crisis venezolana”.
También el embajador venezolano ante la ONU, Samuel Moncada, alertó al secretario general de ese órgano mundial, Antonio Guterres, sobre la “amenaza de uso inminente de la fuerza militar por parte de EE.UU. ante la próxima llegada de buques iraníes” que transportan combustible para el país caribeño.
En la misiva, Moncada recordó las medidas coercitivas unilaterales del régimen de Trump que impiden a Caracas la adquisición de insumos necesarios para refinar el crudo nacional y convertirlo en gasolina, imprescindible en el manejo de la economía.
Es, dijo, una campaña de “máxima presión” y advirtió sobre las acciones que se traman desde Washington para sancionar de nuevo a Irán, “lo que es un claro ejemplo de cómo el Gobierno de Estados Unidos de América pretende tanto violar el derecho internacional como ejercer autoridad sobre la soberanía de otros Estados independientes”.
Aunque muchos dudan que Trump se lance a una guerra contra Irán a seis meses de elecciones presidenciales en las que aspira a seguir en el cargo, lo cierto es que el mundo mira preocupado el movimiento de los cinco supertanqueros de camino a Venezuela cargados con unos 800 000 barriles de petróleo para romper el bloqueo energético de la Casa Blanca.
El pasado sábado, el presidente de Irán, Hasán Rohaní, aseguró que Washington tendrá problemas si interfiere en la navegación de los barcos.
“Si los estadounidenses causan problemas a nuestros petroleros en el Caribe o en cualquier parte del mundo, ellos también tendrán problemas”, cita la agencia Tasnim a Rohaní.
El ministro de Defensa venezolano, general en jefe Vladimir Padrino López, garantizó que “recibiremos a los barcos de la República Islámica apenas entren a la zona económica exclusiva cuando serán escoltados por medios navales y aéreos de la Fuerza Armada Bolivariana (FANB)”.
De acuerdo con estos acontecimientos, EE.UU. fracasará de nuevo, en pocos días, en sus acciones para estrangular a la nación suramericana.
El cierre de los muchos contratiempos vividos por la administración republicana ocurrió cuando autoridades venezolanas tomaron posesión de todos los bienes de DirecTV y restituyeron el servicio de esa cadena televisiva multinacional, que cesó, sin previo aviso, sus operaciones en el país suramericano.
Con el cierre de su funcionamiento a sus clientes por suscripciones, se trató de desarticular el funcionamiento de varios canales televisivos, una nueva maniobra para dejar sin servicio a unos 10 millones de personas y crear el malestar contra el gobierno bolivariano.
Según la compañía, la decisión se tomó debido a las sanciones impuestas por EE.UU. que prohíben las transmisiones de los canales Globovisión y de PDVSA (canal de la petrolera estatal).
Ante la decisión de la trasnacional, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Venezuela ordenó el pasado día 22 a DirecTV Venezuela —amparada en la compañía Galaxy Entertainment de Venezuela S.C.A— que continúe “de manera inmediata, con la prestación de servicio de televisión por suscripción”.
Además, la justicia ordenó a la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (CONATEL) “tomar posesión inmediata de todos los bienes” de DirecTV, desde muebles e inmuebles hasta centros de operaciones y equipos. La ocupación contó con el apoyo de la FANB.
Además, la decisión incluye la prohibición de salida del país de los integrantes de la junta directiva de la Galaxy Entertainment de Venezuela S.C.A.; así como la inmovilización de cualquier tipo de cuenta bancaria o instrumento financiero de los cuales sean titulares.
El TSJ también instruye a CONATEL designar una Junta Administradora Ad-Hoc de la empresa Galaxy Entertainment de Venezuela S.C.A. (DirecTV Venezuela), la cual estará presidida por el director general del ente público, Jorge Elieser Márquez Monsalve.
Según el tribunal, esa junta “tendrá las más amplias facultades de administración, a fin de garantizar el inmediato restablecimiento de los servicios pagados de televisión y garantizar los derechos laborales de todos los trabajadores de la empresa”.
La historia bíblica se repite. Por su tamaño y poder, Goliat pensó que derrotaría de manera fácil al inteligente y joven pastor David, que de una sola pedrada lo dejó tirado para siempre.
ele
27/5/20 11:00
Mentes cortas no le permiten al imperio tener ideas lúcidas. Iguales medidas vienen adoptando contra Cuba durante más de 60 años y no quieren comprender que, aunque los afecte en lo económico e incluso en parte del apoyo político, esas medidas no lograrán que los pueblos dejen de seguir apostando por sus ideas libertarias, las que llevan arraigadas por siglos de lucha contra la opresión. Esta resistencia es ejemplo para nuevas victorias.
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