De hecho se predijo que, en efecto, España ejecutaría las elecciones del pasado domingo en medio de un escenario marcado por la fragmentación, sin dudas coherente con cuanto ha acontecido en la díscola política interna del país en los últimos tiempos.
No obstante vale destacar que las elecciones legislativas de fines de este abril lograron una cifra récord de participación (casi 76 por ciento de los empadronados, diez por ciento por encima del ejercicio similar realizado en 2016).
Como se recordará, la consulta dominguera fue anticipada a partir de la circunstancia de que el presidente del gobierno Pedro Sánchez, líder del Partido Socialista Obrero Español. PSOE, no logró reciente mayoría parlamentaria para la aprobación de su plan presupuestario, a once meses de ejercicio luego de la moción de censura que desplazó de su cargo a su antecesor, el “legendario” derechista Mariano Rajoy, del Partido Popular, PP, un personaje vinculado además a actos de corrupción.
La inestabilidad política local que incuso data de mucho antes de los episodios referidos en el párrafo anterior, pasó cuenta pues en estos comicios, a los que deben seguir elecciones municipales el próximo 26 de mayo.
Como dijimos, escrutadas las urnas, es evidente que el PSOE, que ganó más de 120 escaños el domingo, no podrá gobernar solo (requeriría de más de 170 puestos legislativos para poder hacerlo) y estaría obligado a forjar algún tipo de alianza, bien con la izquierda, representada por la coalición Unidas Podemos, bien con la centro derecha del movimiento Ciudadanos, aunque algunos de los voceros “socialistas” precisaron que “no hay apuro por ahora” en torno a aquello de construir acuerdos, y que toda decisión en ese sentido se adoptará de manera reposada y metódica.
Para los analistas, ciertamente no será fácil decidir y actuar a partir del vigente balance de fuerzas, aunque indican que está claro que "el único que puede ser presidente del Gobierno es Pedro Sánchez”.
Además, no pocos coinciden en que los dos más importantes ganadores de la justa han sido el PSOE y Ciudadanos, toda vez que este último elevó sustancialmente sus puestos parlamentarios, en tanto Unidas Podemos no cumplió sus perspectivas, el PP sufrió un total descalabro al caer por debajo del centenar de escaños, y el ultraderechista Vox, si bien logró más de una veintena de asientos, tampoco resulta una fuerza definitoria por el momento.
Por cierto, con respecto a esta agrupación ultranacionalista e identificada con el “legado” franquista, la prensa local destacó la simpatía que despiertan su programa y sus intenciones en el presidente norteamericano, Donald Trump, y en su ex asesor Steve Bannon, el personaje que- dicho sea de paso- actuó como “vivaz” consejero del nuevo presidente brasileño, el extremista Jair Bolsonaro, durante su pasada campaña electoral.
Y si complejo, como aducen algunos, resultará entonces establecer un nuevo poder ejecutivo en España, no menos enrevesado será dar soluciones equilibradas y aceptables a los muchos problemas del país, empezando por el inconcluso acápite del auge independentista en Cataluña.
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