Vale parafrasear aquel añejo proverbio, porque ciertamente la clarividencia y discernimiento de una milenaria cultura como la china nunca puede ser desestimada, de hecho un craso y común error entre algunos personajes adictos a las prejuiciadas escalas entre razas y civilizaciones.
Y de ahí, sin dudas, muchas de las causas claves de los más grandes descalabros de semejantes figuras acostumbradas a que en el universo no hay más verdad e inteligencia que las propias.
El caso es que con esa mesura, agudeza y espíritu calmo propio de gentes que han vivido lo mucho y lo poco y que han sabido atesorar experiencias notables, el gigante chino de las comunicaciones Huawei acogió el anuncio oficial gringo de que, por el momento, podrá continuar sus operaciones en los Estados Unidos, luego del encuentro entre Xi Jinping y Donald Trump en Osaka durante la reciente Cumbre del G-20.
Así Ren Zhengfei, presidente de la firma asiática pionera en el enlace digital 5G, consideró la decisión una “buena noticia” e incluso manifestó la voluntad de volver a comprar aditamentos de manufactura norteamericana.
Sin embargo, y ahí viene la contra, fue enfático al restar peso al impacto de esa decisión en los planes inmediatos de Huawei, que están enfocados esencialmente en “garantizar la total autosuficiencia” de la citada macroempresa, de manera de anular por completo cualquier futura medida de represalia de orden externo.
Huawei, expresó el máximo directivo, ya acelera esas alternativas, acompañadas de una importante contratación de jóvenes talentos en todo el mundo para el diseño y desarrollo de equipos portadores del propio sistema operativo de la industria denominado HongMeng OS. En pocas palabras, “si contigo debo enfrentar caprichosos riesgos y dificultades, gestiono entonces mis propias soluciones.”
Ello sin contar que, por ejemplo, en los momentos de mayor tensión en la disputa de Trump con Huawei, la empresa norteamericana Apple mudó de los Estados Unidos a China la producción de su nueva computadora Mac Pro, toda vez que, acotaron sus directivos, el gigante asiático sigue siendo “una garantía en infraestructura tecnológica y bajos costos, a la vez que un importante mercado.”
Mientras, medios de prensa estadounidenses insisten en revolver el sustrato real del golpe de la Casa blanca contra Huawei…y sus criterios y conclusiones no dejan de ser reveladores.
Así, para el diario The New York Times la reticencia y agresividad de Trump se relaciona con la verdad incontrastable de que los “Estados Unidos está atrasado en lo concerniente al futuro de la tecnología inalámbrica en comparación con el gigante chino de las telecomunicaciones.”
La publicación dice textualmente en su artículo, que “la compañía asiática es la amenaza competitiva a largo plazo más importante para el dominio estadounidense en esa área, en la cual la nación norteamericana está detrás de manera lamentable, incluso deshonrosa.”
Por tanto, más que un asunto de “seguridad nacional”, lo que está detrás del encono de la Casa Blanca contra Huawei es “la lucha por el dominio de la quinta generación de tecnologías de telefonía móvil, la llamada 5G”… y a buen entendedor…
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