Operación cinismo (+Cronología)

Reproduzco, para empezar estas consideraciones, un revelador párrafo incluido en reciente artículo de la agencia informativa IPS.

“Pat Buchanan, asesor principal de tres mandatarios norteamericanos y dos veces aspirante a la candidatura presidencial republicana, describió en una ocasión al Congreso de los Estados Unidos como territorio ocupado por Israel, por su apoyo ciego e implacable a Tel Aviv, lo que le da alas al sionismo para violar sistemáticamente los derechos palestinos y la legislación internacional”, asegura el texto. Solo añadir, que no pocos ocupantes de la Oficina Oval también hicieron y hacen lo mismo que su legislativo, incluido el demócrata Joe Biden.

Así, en el instante mismo en que se escriben esta líneas, y por tercera vez en unos pocos días, la actual administración estadounidense vetó la posibilidad de que el Consejo de Seguridad de la ONU reclame a Israel el cese de sus renovados y criminales ataques militares contra la Franja de Gaza, el fin de la expulsión de palestinos de la ciudad de Al Quds, y la ocupación forzada de sus tradicionales centros de culto en esa disputada urbe, entre otras acciones violatorias de las prerrogativas de la población árabe.

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Para los representantes de Washington ante el máximo organismo internacional, y por orientación de la Casa Blanca, mientras mueren civiles palestinos y los bombardeos y cañoneos sionistas hacen ruinas barriadas enteras, “hay que darle tiempo a la tarea diplomática”, reducida —incuestionablemente— a intentar imponer a los palestinos nuevas e infames condiciones bajo la presión de los misiles y las bombas, y la bochornosa renuncia a toda resistencia.

Porque, a qué viene entonces que mientras USA sabotea la respuesta internacional al actual genocidio, entregue con urgencia a los sionistas 735 000 000 de dólares en “armas guiadas de precisión”, según acaba de anunciar el rotativo norteamericano The Washington Post. Un suministro bélico adicional anunciado por demás al Congreso desde el pasado 5 de mayo.

A ello se une la noria retórica en torno al “derecho de Israel de defenderse” frente a la hostilidad de los movimientos armados palestinos, como si estos fuesen un ejército invasor proveniente de un país territorial e institucionalmente constituido, y no contingentes de patriotas recluidos en los ripios de su nación originaria de la que fueron expulsados a viva fuerza para confinarlos en verdaderos círculos del infierno, como lo hizo USA con sus indígenas en el siglo diecinueve, o con la población de Vietnam del Sur en los días de su agresión imperial en Indochina durante la pasada centuria.

Está claro en ese sentido que el equipo Biden apuesta por darle al sionismo tiempo suficiente para propinar “una buena lección” a la resistencia palestina, arrinconarla contra la pared, y luego pasar la factura de las demandas más desmedidas y atroces a cambio de unos días de respiro, con segura conclusión cuando a los regímenes de Tel Aviv se les antojen nuevas medidas expansionistas y xenófobas, como ya es inicua tradición.

Por lo demás, no es extraño que Washington sabotee en el Consejo de Seguridad todo posible señalamiento contra su ahijado pródigo en Medio Oriente.

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Al fin y al cabo, según destacan estudiosos del tema, desde 1993 los Estados Unidos ha vetado todas y cada una de las resoluciones de esa entidad de la ONU sobre el tema de la agresividad sionista y el respeto a los derechos palestinos.

Como indicó la representación de China, país que hoy preside el Consejo de Seguridad, “únicamente la obstrucción de un país” ha impedido que esa entidad hable “con una sola voz” sobre la actual tragedia en Oriente Medio.

“Llamamos a Estados Unidos a asumir sus debidas responsabilidades, tomar una posición equilibrada y, junto a la mayoría de la comunidad internacional, apoyar los esfuerzos para mejorar la situación, reconstruir la confianza y avanzar hacia una justa solución política”, recalcó la delegación del gigante asiático.

Fuentes: La Vanguardia y Animal Político.